Tres médicos de la Unidad del Dolor del Hospital Puerta del Mar de Cádiz (Andalucía) han sido los últimos en sufrir una agresión por parte de un paciente. Según ha informado Diario de Cádiz el agresor, que reclamaba un cambio de medicación, se abalanzó sobre uno de los facultativos, agarrándolo por la camisa. Cuando el profesional sanitario reclamó ayuda, dos compañeros acudieron para intentar separar al agresor y, en el forcejeo, el paciente también cargó contra ellos. Instantes después, agentes de la Policía Nacional detuvieron al hombre en el propio centro.
En este difícil contexto, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) anunció, hace unas semanas, que Andalucía es la comunidad autónoma donde se registran más agresiones a profesionales. De hecho y atendiendo a detalles concretos, esta organización sindical señala que, cada día, 2,4 sanitarios son víctimas de una agresión en la citada autonomía. Así, en la última década los sanitarios andaluces han sido víctimas de un total de 8.907 agresiones, tanto físicas como no físicas, siendo el año 2011 en el que más se registraron.
"El objetivo es mejorar la seguridad en los centros y la sensación de seguridad para los profesionales. Esto es muy importante para poder prestar una atención sanitaria de calidad"
No obstante, esta problemática también afecta a muchas otras regiones de nuestro país. Según un estudio del Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), estos ataques a profesionales sanitarios aumentaron un 37% en el año 2016, hasta situarse en las 495. Unas agresiones que, por otro lado, no cesan. Prueba de ello son los últimos ataques sufridos por médicos en Canarias o Melilla.
Ante la oleada de agresiones que ha sacudido los centros sanitarios españoles, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el Ministerio del Interior han creado el interlocutor policial sanitario, una figura que se encuadra dentro del demoninado 'Protocolo sobre medidas policiales a adoptar frente a agresiones a profesionales de la salud'.
En declaraciones a ConSalud.es, José Alberto Becerra, coordinador nacional del Observatorio de Agresiones de la OMC, ha advertido que, mediante esta figura, "se va a vigilar y proteger los centros, incluso con presencia física en aquellos donde existan muchas agresiones". "El objetivo es mejorar la seguridad en los centros y la sensación de seguridad para los profesionales. Esto es muy importante para poder prestar una atención sanitaria de calidad", sentencia.