Ana Cañas, doctora en Ciencias Ambientales por la Universidad de Alcalá, se ha convertido en la nueva directora del Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en sustitución de Argelia Castaño.
Cañas lleva desde 2007 en el CNSA donde entró como ayudante de investigación. Su labor se ha centrado durante estos años en el área de biomonitorización humana, que permite conocer los niveles de exposición de la población a contaminantes ambientales a través de su medida en muestras humanas, como orina, sangre y pelo.
Desde 2019, ha trabajado como jefa de Área de Toxicología Ambiental del CNSA-ISCIII, puesto desde el que ha coordinado investigaciones sobre los posibles efectos de los contaminantes a la salud humana, la forma de reducir el uso de animales de experimentación en ensayos toxicológicos o análisis de los niveles de exposición de la población a diversas sustancias.
Sus labores como directora del CNSA-ISCIII, que se centrarán "en actividades de gestión, organización, coordinación y priorización de las diferentes líneas de investigación del centro”
En 2012 era nombrada asesora científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de análisis químicos de muestras y biomonitorización humana. Además, entre 2019 y 2021 participó activamente en la redacción de la propuesta del Partenariado Europeo para la Evaluación de Riesgos de Sustancias Químicos (PARC), que dio comienzo el año pasado y en el que participan 200 instituciones de 28 países europeos. Ana Cañas es Investigadora Principal de la participación del ISCIII en PARC.
En los próximos años, Cañas compatibilizará su liderazgo del proyecto PARC y su labor para consolidar la biomonitorización humana con sus labores como directora del CNSA-ISCIII, que se centrarán "en actividades de gestión, organización, coordinación y priorización de las diferentes líneas de investigación del centro”, explica Ana Cañas.
Actualmente el centro de investigación está inmerso en el análisis de la calidad del aire mediante el estudio de los niveles de gases y partículas atmosféricas; la investigación de contaminantes gaseosos y particulados en ambientes interiores de edificios; el desarrollo y validación de nuevos métodos de medición de contaminantes en diversas matrices, tanto ambientales como humanas; la evaluación de los niveles de exposición de la población a contaminantes a través de la biomonitorización humana; el desarrollo de nuevos biomarcadores para evaluar niveles de exposición y efectos; el empleo de ensayos ecotoxicológicos y el desarrollo de modelos de laboratorio alternativos para tratar de reducir el uso de animales de experimentación en la evaluación toxicológica; y el análisis de exposición a radiación ionizante de origen natural como el radón, artificial y no ionizante. En último término, se lleva a cabo la integración de los resultados sobre exposición y peligrosidad de los contaminantes para estimar el riesgo sobre la salud.