Las agresiones a sanitarios son una lamentable realidad que permanece presente en nuestra actualidad. En las últimas semanas se han venido conociendo nuevos casos a lo largo del país que vuelven a poner de relieve la importancia de adoptar medidas efectivas para proteger a las personas que nos cuidan y que velan por nuestra salud. No en vano, la práctica totalidad de las CC.AA. recogen estrategias y protocolos de actuación para evitar estos episodios de violencia física o verbal que padece el personal de los centros de atención al paciente. Sin embargo, esto no ha evitado que durante lo que va de verano haya habido que lamentar estos indeseables comportamientos.
El último caso documentado ocurrió este mismo lunes 14 de agosto en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. La incidencia se produjo durante la reevaluación de un paciente por parte de los profesionales sanitarios de centro. Tras dicha evaluación, al considerar no estar de acuerdo con la misma, uno de los acompañantes del ingresado empujó y lanzó al suelo a una facultativa, que para más inri se encontraba visiblemente embarazada. El marido de la agredida y los dos guardias de seguridad de los que disponía el centro acudieron para inmovilizar al agresor.
"No se están tomando las medidas necesarias para proteger a los profesionales” en el hospital clínico malacitano
Tras esta circunstancia, otros diez acompañantes del usuario, que se encontraban aguardando fuera del recinto, entraron para iniciar una pelea. "Todo un desmadre en el control de acceso al hospital, y generando un momento despreciable e impropio de un espacio como este, que culminó con la fuga de los cobardes agresores", según trasladó el Sindicato Médico de Málaga (SMM), quien insistió en que "no se están tomando las medidas necesarias para proteger a los profesionales” en el hospital clínico malacitano.
Una circunstancia similar tuvo lugar durante la pasada madrugada del 5 de agosto en una consulta médica de Oropesa del Mar (Castellón), donde, según relatan los propios facultativos, los compañeros que estaban de guardia atendieron a un paciente que llegó inconsciente en ambulancia. Un varón drogado que cuando se despertó destrozó toda la consulta, además de insultar e incluso pegar puñetazos y patadas a la doctora y la enfermera presentes”. Tras lo cual, “huyó por la ventana” y “a pesar de que los sanitarios avisaron enseguida a las fuerzas de seguridad tardaron 20 minutos en llegar”,lamentan.
POCA CONCIENCIACIÓN Y CARENCIAS ASISTENCIALES
Estos dos últimos episodios constatan la preocupación por parte de los sanitarios, especialmente los desplegados en guardias nocturnas y servicios de Urgencias. De este modo, los actos de violencia han llevado a numerosos profesionales a alzar la voz, mostrar su malestar y exigir medidas a los responsables políticos. El secretario general de CCOO Sanidad en Granada, Félix Alonso, trasladó recientemente a ConSalud.es su preocupación por este goteo de casos protagonizados por “una parte minoritaria de la población que no se siente bien atendida” y, de manera “injustificada y agresiva”, acaba descargando “su impaciencia y su ira” en las personas que les cuidan.
Estas dilaciones “mal gestionadas” conllevan que algunos ciudadanos acaben pagando su frustración con los propios empleados
En opinión del facultativo andaluz, las agresiones son actos intolerables e injustificados, pero que, en muchos casos, tienen su raíz en “falta de recursos” que padecen los centros de salud. Esta circunstancia acarrea que muchos pacientes tengan que enfrentarse a “largas listas de espera” hasta poder ser atendidos en los centros de Atención Primaria, Hospitalaria y Urgencia”. Estas dilaciones “mal gestionadas” conllevan que algunos ciudadanos acaben pagando su frustración con los propios empleados del punto de atención, “no sólo sanitarios”, aclara.
Otra de las fuentes del problema, compartida por los diferentes colectivos sanitarios, apunta a unafalta de “formación y concienciación” en la ciudadanía. “Se hace necesaria una campaña de información para trasladar a las personas que los sanitarios están ahí para ayudarles, se encuentran haciendo su trabajo y han de ser tratados con respeto. Hace falta más educación ciudadana”, remarca Alonso, quien también invita a que los gobernantes trasladen a la población “la verdadera realidad” en relación a la falta de recursos, sobrecarga asistencial y esperas que el paciente va a encontrase al acudir a su centro de salud.
MAYOR INCIDENCIA EN VERANO
En la misma línea, esta semana el Sindicato de Enfermería (Satse) en Andalucía alertaba sobre "el aumento de la conflictividad detectado en los centros durante los meses de verano", causado por malestar de los pacientes ante la reducción de los servicios que sufre la durante los meses estivales. No en vano, todas las CC.AA., en mayor o menor medida, se enfrentan por estas fechas a la dificultad de cubrir las bajas por vacaciones en sus servicios de salud. Esto lleva a una, aún mayor, falta de recursos humanos y materiales; así como al cierre total o temprano de muchos centros de salud.
“No se está contratando a la gente necesaria para atender un centro de salud en verano, pero que los gobernantes se lo trasladasen a la sociedad sería asumir el fallo”
De esta manera, cuando un ciudadano se dirige a un punto médico y lo encuentra cerrado, o bien repleto de personas a la espera de ser atendidas, le genera una fuerte frustración. Esto se suma al hecho de que la salud resulta un pilar esencial para las personas y lleva a algunos pacientes a una desesperación que no saben canalizar, fruto también de lidiar con su dolencia o patología se está contratando a la gente necesaria para atender un centro de salud en verano, pero que los gobernantes se lo trasladasen a la sociedad sería asumir el fallo”, remarca Félix Alonso.
Un prisma de concienciación social en el que el presidente del sindicato CSIF en Valencia, Fernando García, plenamente, según trasladó a nuestro medio: “Al ciudadano no se le puede mentir, porque luego llama a una ambulancia del SAMU y se encuentra que no lleva médico; o llega el verano y se da de bruces con centros de salud cerrados. Este desconocimiento, a la postre, lo paga el personal que está tratando de atender de la mejor manera posible”. De esta manera, la mejor planificación e inversión recursos por parte de los responsables políticos, así como la pedagogía de las personas -especialmente quemadas en verano-, parecen las mejores herramientas para poner fin a estas agresiones a sanitarios.