Las agresiones a profesionales sanitarios continúan siendo un lastre para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Los últimos datos publicados por la Policía Nacional, relativos a 2021, fijan la cifra de denuncias en 225 atestados, lo que supone un aumento del 14% de las denuncias de agresiones respecto a las presentadas el año anterior.
Las causas estimadas de este repunte se deben a la vuelta de la atención sanitaria de manera presencial a los centros sanitarios y la vigilancia del cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias por la COVID-19. Además, la labor de concienciación que llevan a cabo los interlocutores policiales sanitarios, está impulsando la interposición de denuncias como única fórmula para visibilizar y poder evaluar realmente la dimensión del problema.
"Exigimos tolerancia cero frente a la violencia física o verbal, alertamos sobre la deficiente gestión sanitaria y reclamamos más recursos y más medidas de protección ante esta creciente conflictividad"
De las 225 denuncias recibidas, un 48% lo fueron por agresiones físicas, siendo el colectivo de médicos el que más denuncias interpuso con un 58% del total, seguido por el de enfermeros que suman un 27% y el de técnicos que supone un 15%. Además de las denuncias recibidas, los agentes de seguridad ciudadana tuvieron que realizar un total de 9.000 intervenciones tanto en hospitales como en atenciones sanitarias en domicilios.
No obstante, y pese al buen hacer del Instituto Armado, las organizaciones sindicales advierten que las denuncias representan una pequeña parte del total de los casos. Así lo expone la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) con motivo del Día europeo contra las agresiones en el ámbito sanitario que se conmemora este sábado, 12 de marzo.
"Exigimos tolerancia cero frente a la violencia física o verbal, alertamos sobre la deficiente gestión sanitaria y reclamamos más recursos y más medidas de protección ante esta creciente conflictividad, agravada durante la pandemia por la falta de recursos humanos en los centros", subrayan desde la entidad.
Entre las causas que enumera el sindicato figuran "los miles de contagios, el colapso de la Atención Primaria, el retraso en la atención de patologías no Covid, la presión hospitalaria y una mayor crispación social han provocado un aumento en el número de agresiones al personal de la sanidad".
"Los miles de contagios, el colapso de la Atención Primaria, el retraso en la atención de patologías no Covid, la presión hospitalaria y una mayor crispación social han provocado un aumento en el número de agresiones al personal de la sanidad"
El ámbito de la Atención Primaria, que supone más de 50% de los casos (51,1%) se mantiene a la cabeza de las estadísticas, seguido de los hospitales que sube cinco puntos y se sitúa en el 22%; Urgencias de Atención Primaria (7,9%) y Urgencias de Hospitales (7,7%). Las agresiones en atención domiciliaria “in Itinere” suponen ya el 1,7% del total, según datos de la Organización Médica Colegial (OMC).
A nivel autonómico, Cataluña es la región donde se han comunicado mayor número de agresiones (210 en 2021), seguida de Andalucía, con 135. Si se observa la incidencia por comunidades, Cataluña (5,3); Cantabria (4,1) y Extremadura (3,6) son las autonomías donde se registra la tasa de incidencia acumulada de agresiones superior, que a nivel nacional se posiciona en un 2,2 por cada 1.000 colegiados.
Por todo lo anterior, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) defiende que es urgente y necesario garantizar que los profesionales sanitarios puedan ejercer su labor en las condiciones idóneas, sin riesgo de agresiones de ningún tipo, ya que la mejor garantía para la salud de los ciudadanos es que los profesionales que los asisten tengan garantizada su propia salud y seguridad. En este sentido, CESM exige, tanto a la Administración central como a las autonómicas, que aporten todos los recursos materiales y humanos necesarios para acabar con esta "enorme lacra" que deteriora de manera inexorable el Sistema Nacional de Salud.