El 65% de los médicos españoles ha sufrido alguna agresión en consulta a lo largo de su carrera profesional, según la 5ª Encuesta sobre la Situación de la Profesión Médica en España que la Organización Médico Colegial (OMC) presentada el pasado mes de mayo. En concreto, 515 médicos fueron agredidos en 2017, 80 casos más que el año anterior cuando la cifra registrada fue de 495.
Todavía no están publicados los datos correspondientes a los primeros meses de 2018 pero con la agresión que este jueves sufrió un médico de Urgencias en Toledo se suma un caso más y se pone sobre la mesa esta problemática que aumenta cada año.
Como respuesta, el Gobierno de Castilla-La Mancha activó el Plan Perseo, un programa para actuar ante este tipo de sucesos. Además, el Servicio de Salud ofrece a sus profesionales asesoramiento jurídico ante las agresiones sufridas en consulta.
La mayoría de las CC.AA. tienen mecanismos de prevención y actuación ante las agresiones a sanitarios.
Y estas iniciativas no son un caso aislado: la mayoría de las Comunidades Autónomas disponen de medidas específicas para actuar ante las agresiones como por ejemplo el protocolo de la Región de Murcia aprobado en 2010, el de Andalucía editado en 2015, el impulsado por el Colegio Oficial de Médicos de Burgos este mismo año o diagrama para la resolución de conflictos laborales para el Ingesa ratificado la semana pasada.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad junto con el Ministerio de Interior presentaron en 2017 una serie de medidas para paliar esta problemática que incluía la figura del Interlocutor Policial Sanitario a través de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior.
A pesar de la implantación de los protocolos autonómicos y las medidas a nivel nacional, las agresiones médicas aumentan cada año: ¿qué está fallando? “Se está haciendo mucho desde las comunidades, la policía y la guardia civil y no sabemos qué hacer para combatir esta lacra”, explica a Consalud Vicente Matas, coordinador del Centro de Estudios del sindicato médico de Granada.
La eduación sanitaria podría ser una herramienta para reducir y prevenir las agresiones en el ámbito sanitario.
En su opinión, es inconcebible que sigan dándose casos como lo ocurrido en Toledo y alerta de la dificultad de implantar medidas en cada centro. “Uno se siente impotente porque hay muchos centros de Primaria y es imposible garantizar su seguridad al cien por cien”, comenta.
A su juicio, es necesario buscar más medidas preventivas y educación sanitaria sin olvidar que no solo hay agresiones físicas sino verbales, aunque reconoce que es un reto difícil.