La Asociación Española de Cirujanos ha firmado junto a más de 30 organizaciones de pacientes, sanitarios y otras organizaciones científicas un Manifiesto en favor de la Salud Osteoarticular y de combatir la Obesidad. Y es que, según los datos de la asociación, en España hay más de siete millones de personas diagnosticadas de artrosis y más de tres con osteoporosis. Además, se estima que la cantidad de fracturas óseas por fragilidad aumente cerca de un 30% y que en 2030 se alcancen los 420.000 casos, vinculados a una alta tasa de morbi-mortalidad, lo que "supone un creciente problema de salud pública", se ha destacado desde la asociación.
"A pesar de la necesaria prevención de estas enfermedades, así como el diagnóstico precoz, su tratamiento y seguimiento, en la actualidad hay una baja prescripción de tratamiento antiosteoporótico, incluso tras una primera fractura por fragilidad y teniendo en cuenta el riesgo de que aumente entre 2 y 5 veces la posibilidad de que se vuelva a producir", se ha lamentado.
Aunque las patologías osteoarticulares afectan en mayor proporción a personas mayores y mujeres, también se diagnostica en jóvenes por diversos factores como el deporte, la menopausia precoz, otros procesos articulares y en gran medida a la obesidad.
"En la actualidad hay una baja prescripción de tratamiento antiosteoporótico, incluso tras una primera fractura por fragilidad y teniendo en cuenta el riesgo de que aumente entre 2 y 5 veces la posibilidad de que se vuelva a producir"
Actualmente, España es uno de los países europeos con mayor índice de obesidad infantil y juvenil. Un 23,3 % de niños tienen sobrepeso y un 17,3 % presentan obesidad. Además, el 80% de los adolescentes con obesidad llegan a la edad adulta manteniendo esta situación.
Como ha destacado la asociación, la salud articular, el dolor asociado, y la obesidad, afecta de manera directa a la movilidad de las personas y a su autonomía, además de estar vinculada a otras comorbilidades como el dolor crónico, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la alteración psico-emocional y anímica, etc.. Todo ello, genera el consumo de recursos sanitarios y de afectación laboral, teniendo un importante impacto no solo en los pacientes sino también en la sociedad.
Según la coordinadora de la sección de Cirugía Bariátrica y Metabólica de la Asociación Española de Cirujanos, la Dra. Mª Dolores Frutos, “el abordaje de la obesidad debe incluirse como tratamiento de primera línea, ya que mejora el pronóstico de las articulaciones, y consecuentemente la calidad de vida y reducción de costes. Con pérdidas del 5% del peso se empieza a mejorar el pronóstico de las patologías osteoarticulares, mientras que con pérdidas del 10% en combinación con el ejercicio se reduce la sintomatología y la calidad de vida percibida por los pacientes”.
“La cirugía bariátrica está aprobada en la actualidad como tratamiento puente efectivo en pacientes con obesidad clínicamente severa que necesitan una cirugía ortopédica articular. Además, la cirugía bariátrica antes de la artroplastia completa de rodilla o de cadera ha demostrado disminuir el tiempo operatorio, la duración del ingreso hospitalario y las complicaciones tempranas. Es interesante destacar que casi el 30% de los pacientes que se someten a cirugía bariátrica rechazan la cirugía ortopédica prevista gracias a la mejoría de sus síntomas con la perdida de peso”, añade.
Ante esta situación, las distintas sociedades firmantes del manifiesto piden: la inclusión por parte de las autoridades sanitarias en los planes de salud, tanto a nivel nacional como autonómicos; disponer de datos objetivos que sustenten la evidencia y permitan establecer indicadores asistenciales y de calidad, incluyendo la experiencia del paciente; planes de intervención basados en la promoción de salud, desde una perspectiva salutogénica, centrados en el origen de la enfermedad, con la persona como elemento principal, e implementar guías preventivas y de práctica clínica que aceleren el diagnóstico precoz y su tratamiento.
También se reivindica la mejora de la educación sanitaria y empoderamiento de la población en obesidad y salud articular, así como potenciar el papel activo de las organizaciones de pacientes en el acompañamiento, conocimiento de los factores de riesgo, identificación, prevención y abordaje; así como practicar la personalización individual del tratamiento, desde un prisma holístico del paciente, facilitando el acceso a dichos recursos y su cobertura.