Abordaje de la salud mental en la DANA: Médicos sin Fronteras y OMC dan pautas para los sanitarios

Médicos sin Fronteras y la Organización Médica Colegial se unen para ofrecer apoyo a los profesionales sanitarios ante catástrofes como la de la DANA

Psicólogos ofrecen asistencia a personas afectadas por la DANA (FOTO: Pool Defensa)
14 noviembre 2024 | 10:25 h
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La catástrofe de la DANA está provocando que los profesionales sanitarios -tanto de la provincia de Valencia como los que se están desplazando allí desde otras regiones de España- pongan especial foco en la salud mental de los habitantes que han sufrido incontables daños materiales y humanos. Por eso, para dar apoyo a los propios sanitarios y dotarles de herramientas en salud mental que les sirvan para prestar ayuda a los afectados por este desastre natural, la Fundación para la Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (FCOMCI), en colaboración con Médicos sin Fronteras (MSF), han ofrecido este martes el webinar conjunto ‘Claves para la intervención en salud ante situaciones de catástrofe’.

El encuentro fue moderado por la doctora Rosa Arroyo, vicepresidenta segunda de la OMC y del FCOMCI, quien, antes de dar a paso a la doctora Cristina Carreño y a la psicóloga Ariadna Pérez, ambas de MSF, señaló que el motivo de la celebración de este webinar es que pensaron que una manera de ser útiles para los profesionales sanitarios que están en terreno es justamente ofrecer una formación “básica y transversal” en aspectos psicológicos. Después, Carreño indicó que el impacto de estas catástrofes a nivel comunitario, familiar e individual, hacen que sea necesario fomentar las muestras de solidaridad, la apertura de colegios o la normalización de “reacciones normales de los individuos ante situaciones normales”.

"Debemos no patologizar, mantener una actitud abierta, de escucha, normalizar -sin dejar de validar la importancia del problema- y dar información certera"

Algunas de las manifestaciones en salud mental que podrían servir de alerta para los sanitarios son, explicó la doctora Carreño, las emociones ambivalentes y fluctuantes; sentimientos de culpa, vergüenza o rabia; pensamientos negativos intrusivos; o aislamiento y reducción de la cohesión familiar: "El cuidado con el lenguaje que utilizamos, permitir que los familiares reconozcan sus propias capacidades para continuar o promover el contacto con otras personas en situación similar son algunas herramientas que nos ayudarán a abordar estas relaciones de la forma adecuada”, recordó.

Ayudar a recuperar la sensación de seguridad; promover la calma; promover la autoeficacia y la eficacia colectiva; generar conexiones y vínculos; y promover esperanza son, apostilló la experta, los cinco principios básicos en los que deben intervenir los sanitarios ante personas que, recuerda, han sufrido pérdidas económicas o de familiares y que padecen diversas sintomatologías relacionadas con el trauma. “Para llevar a cabo estos pasos en las consultas, todos podemos hacer primeros auxilios psicológicos (PAP). Debemos no patologizar, mantener una actitud abierta, de escucha, normalizar (sin dejar de validar la importancia del problema) y dar información certera”, añadió Carreño.

DISTINTO TIPO DE ATENCIÓN EN FUNCIÓN DE LA EDAD

Ariadna Pérez, desde el punto de vista más psicológico, también citó otros síntomas comunes, como la culpa, la tristeza o el aislamiento, entre otros, que normalmente desaparecen entre los primeros tres o seis meses. Cuando estos síntomas pasan esta temporalidad o se agravan, no obstante, “es importante recomendar apoyo de un especialista”. Y las recomendaciones, matiza, varían en función de la edad del afectado: “Para los más pequeños, entre cero y tres años, es recomendable dar mensajes cortos, usar un lenguaje simple, mantenerse cerca de ellos, mantener rutinas diarias y no solicitar no llorar, no tener miedo. Para los niños con edades comprendidas entre los tres y los seis años, capaces de percibir la relación causa-efecto de una situación, es importante preguntarles cómo se sienten, responder a sus preguntas con ejemplos de la vida diaria, dar instrucciones claras sobre acciones para protegerse o evitar los silencios en su presencia, entre otras indicaciones”.

Por último, en el trato con los jóvenes de siete a once años, cuando ya son conscientes de sus propias emociones y de las de otros, la psicóloga de Médicos sin Fronteras recomienda mantener conversaciones de forma regular para actualizar la información que tienen y resolver sus dudas, mostrar interés en sus preocupaciones, evitar entrar en detalles innecesarios y preocupaciones.

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