Cada año se publican 6 millones de investigaciones científicas, según datos de Dimensions publicados por ‘The Conversation’. La ingente cantidad de literatura científica es inabarcable, la idea de “publica o perece”, una máxima. Ante esta realidad es complejo interpretar correctamente los estudios, conocer cuáles son relevantes para el devenir de la profesión o si su contenido tiene una real evidencia científica. Y más, si tenemos en cuenta, que no todo lo que se publica es “verdad”.
Según un análisis preliminar publicado en 'MedRxiv' del que se ha hecho eco ‘Science’, la cantidad de artículos no veraces que se editan en revistas sobre ciencias biomédicas es “alarmante”. Como señala uno de los autores, el neuropsicólogo alemán Bernhard Sabel editor jefe de 'Restorative Neurology and Neuroscience', estamos ante una alerta roja de producción en masa de publicaciones científicas falsas por parte de “servicios de edición comerciales, las llamadas fábricas de papel”. Es decir, aquellos estudios creados con información falsa que se venden a estudiantes, científicos y médicos que quieren medrar en su profesión, o aquellos con contenido plagiado.
Estos datos reflejan que de 2010 a 2020 la tasa de estos documentos se incrementó de un 16 a un 28%
En junio de 2022 el Comité de Publicaciones Éticas (COPE), junto a la Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos (STM) y la editorial de Maverick Publishing Services publicaron el informe ‘Papel Mills’ en el que analizaban el número de revistas afectadas por estos falsos artículos, 77 en 2022, en el que reflejaron que entre un 2 y un 46% de los artículos publicados en una única revista procedían de las fábricas de papel.
La nueva investigación publicada en 'MedRxiv' aumenta el mínimo y establece datos más preocupantes: el 34% de los artículos de Neurociencia publicados en 2020 era falsos, el 24% en el campo de la Medicina. Es, en palabras que refleja en nota de prensa el investigador Sabel, “como si alguien te dijera que el 30% de los que comes es tóxico”.
¿CÓMO SABER QUE NO ES INFORMACIÓN VERAZ?
Estos datos reflejan que de 2010 a 2020 la tasa de estos documentos se incrementó de un 16 a un 28%. Solo en el año de la pandemia Covid-19 se estima que se publicaron 300.000 textos falsos. En Europa supusieron el 5,1% de las publicaciones, según el estudio. La mayor proporción se dio en países como Rusia, Turquía, Egipto e India, donde la tasa varía del 39 al 48%, y China, donde la tasa es superior: el 55%. E irán en aumento.
Solo en el año de la pandemia Covid-19 se estima que se publicaron 300.000 textos falsos
Es por ello que los investigadores encabezados por Sabel dan claves para identificar de forma “fácil, rápida y confiable” estos manuscritos. Estas herramientas se caracterizan por enviar a los autores una encuesta de control de calidad y de petición de los datos originales de la investigación; comprobar el correo en el que se ha mandado, por si es el privado, y la afiliación al hospital, y si cita a otros documentos de servicios de edición comerciales.
Estas son con las que se identifican posibles falsificaciones, pero que no las demuestran. Aun así, los expertos señalan que son herramientas confiables “para alertar sobre informes científicos para su posterior análisis y es una base racional para estimar el valor superior de la publicación falsa en biomedicina”, indican. “La publicación de ciencia falsa es posiblemente la estafa científica más grande de todos los tiempos, desperdiciando recursos financieros, ralentizando el progreso médico y posiblemente poniendo en peligro vidas”, recuerdan en la conclusión del análisis.