La compra conjunta de vacunas contra la Covid-19 por parte de los 27 Estados miembros de la Unión Europea era un proyecto que, sobre el papel, parecía sólido y acertado ante la gran demanda de dosis en un mercado global en el que la producción se encuentra limitada. Una iniciativa a través de la cual las naciones europeas garantizaban su parte una vez que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y la Comisión Europea autorizasen el uso de las distintas vacunas.
Lo cierto es que pocos son los que cuestionan (al menos abiertamente) la estrategia comunitaria basada en la compra conjunta. Los problemas han comenzado a surgir con la poca transparencia con la que se han realizado los contratos con los fabricantes y la gestión que se está haciendo. El mejor ejemplo lo encontramos en la reciente polémica protagonizada con AstraZeneca.
Las campañas de vacunación contra la Covid-19 no avanzan al ritmo esperado en Europa. Los retrasos en la producción y la limitación de dosis están generando disparidades dentro y fuera de las naciones y cada vez son más las voces que piden explicaciones sobre la lentitud con la que se está desarrollando el proceso.
En este sentido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ha respondido durante horas a los legisladores de la Unión Europea sobre estas y otras cuestiones relacionadas con la vacunación en el viejo continente, mientras asumía la responsabilidad de un plan de control de exportaciones que ha enfurecido a Reino Unido e Irlanda. Cabe señalar que las explicaciones dadas en la Eurocámara se producen después de la invitación por parte del Grupo Liberal a la presidenta que aceptó la propuesta con dos condiciones: solo se reuniría uno por uno con los distintos grupos parlamentarios y a puerta cerrada.
Las explicaciones dadas en la Eurocámara se producen después de la invitación por parte del Grupo Liberal a la presidenta que aceptó la propuesta con dos condiciones: solo se reuniría uno por uno con los distintos grupos parlamentarios y a puerta cerrada
El pasado martes 2 de febrero tres grupos en el Parlamento Europeo interrogaron a Von der Leyen y se ha fijado otra sesión para este miércoles 3. La crisis de las vacunas en Europa ha alcanzado su punto crítico con los contratos de exportación de la Unión Europea y la noticia de que AstraZeneca recortaría el suministro de vacunas a los 27 hasta marzo en un 60% debido a problemas de producción. Incluso si tenemos en cuenta los nueve millones de dosis adicionales anunciados el pasado domingo por la presidenta de la Comisión el déficit de dosis continúa siendo al menos del 50%.
Aún quedan interrogantes en torno a la decisión de la Comisión, rápidamente revertida, de invocar el artículo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte del acuerdo del Brexit. La medida, parte del esfuerzo de la Unión Europea para impulsar el suministro de vacunas entre sus Estados miembros, habría establecido controles fronterizos para Irlanda.
Von der Leyen ha repetido ante los legisladores los mismos argumentos que ha expresado ante los medios de comunicación con los que ha intentado hacer un llamamiento a la calma ante las críticas por el lento avance de la vacunación, y la indignación generada por el asunto de los controles fronterizos.
Hasta la fecha los países de la Unión Europea han administrado las primeras dosis a alrededor del 3% de sus ciudadanos. Un porcentaje muy lejano del 9% de Estados Unidos o del 14% de Reino Unido de acuerdo a los datos recogidos por Our World in Data. Se espera que los problemas de suministro disminuyan a partir del segundo trimestre de 2021 pero el incremento de la producción continuará siendo uno de los grandes desafíos.