Una de las principales causas de muerte relacionadas con el trabajo en Europa es el cáncer. Este devastador dato de la UE se explica dada la exposición en el lugar del trabajo a ciertos agentes químicos específicos. Por ello, estas patologías podrían reducirse si se eliminase la exposición a carcinógenos o mutágenos en el desempeño de las labores profesionales. Además, la exposición puede provocar otros problemas de salud graves, como enfermedades respiratorias y trastornos neurológicos.
Si bien la necesidad de limitar estos agentes está clara, todavía sigue siendo difícil establecer su causalidad en el cáncer, ya que el tiempo entre la exposición y la aparición de la enfermedad puede ser de hasta 50 años. No obstante, desde la Unión Europea ya se están dando pasos en esta dirección. De hecho, ya se han adoptado los nuevos límites de exposición a carcinógenos y mutágenos en el trabajo.
Con esta nueva propuesta “los trabajadores se beneficiarán de una mayor protección gracias al establecimiento de límites de exposición a los compuestos de acrilonitrilo y níquel y a la reducción de los límites al benceno”, según se ha explicado desde el Parlamento Europeo. Esta propuesta, además, ya incluye a las sustancias que tienen efectos adversos sobre la reproducción y pueden causar problemas de fertilidad o infertilidad (reprotóxicas). Igualmente, se hace mención a los trabajadores que manipulan medicamentos peligrosos. Estos recibirán una mejor formación sobre cómo manipularlos de forma segura.
Una de las principales causas de muerte relacionadas con el trabajo en Europa es el cáncer
Esta iniciativa se enmarca dentro del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y protegerá a un número estimado de 1.121.500 trabajadores que se encuentran expuestos a los tres cancerígenos considerados. Serán los empleadores quienes deben identificar y evaluar los riesgos asociados a la exposición para los trabajadores para evitar la exposición.
Igualmente, cuando sea técnicamente posible, el proceso o agente en cuestión debe sustituirse por otro menos peligroso. Se deben tener en cuenta, además, los agentes químicos peligrosos que derivan del propio proceso de producción, como polvo, humos y gases generados durante la combustión o los procesos.
Algunos estudios a los que hace referencia la eurocámara apuntan a que las sustancias reprotóxicas, por su parte, tienen graves consecuencias en la salud reproductiva, incluida la reducción de la fertilidad o directamente la infertilidad, la disfunción eréctil, el ciclo menstrual y la ovulación, abortos espontáneos, muerte fetal, bebés que nacen demasiado pronto o demasiado pequeños, defectos de nacimiento y trastornos del desarrollo infantil. Así, con una menor exposición, estos casos podrían reducirse.
La normativa protegerá a unos 1.121.500 trabajadores que se encuentran expuestos a los tres cancerígenos considerados
Por ello, el impacto de estas medidas en la salud de todos los trabajadores y trabajadoras es innegable ya que se aplica en numerosos sectores industriales, por lo que alcanzaría a mucha población. Entre estos sectores se encuentra, por ejemplo, la fabricación industrial y fabricación de textiles; producción de productos químicos; productos informáticos; refinerías de petróleo; pigmentos, vidrio, metales y aleaciones; tratamiento de superficies metálicas; baterías; o laboratorios.
Dentro del 1.1 millón de personas a las que se va a proteger, entre 10.000 y 33.000 estarían expuestas al acrilonitrilo, unas 87.500 al níquel, y más de un millón al benceno. Igualmente, y aunque este no sea el principal motivo de la normativa, las empresas también se verán beneficiadas, dado que se reducirán los costes debidos a enfermedades relacionadas con el trabajo y al cáncer en términos de ausencia de personal, pérdida de experiencia, pagos de seguros y disminución de la productividad. El impacto en el propio sistema sanitario también iría en esta línea.
El texto acordado fue aprobado por el Coreper y por los eurodiputados por 686 votos a favor, cuatro en contra y cuatro abstenciones. Con ello, el Consejo dio luz verde definitiva al texto. Tras su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea, los países de la UE tienen hasta el 5 de abril de 2024 para formalizar la directiva.