El Parlamento Europeo ha fijado ya su posición sobre el etiquetado de los "desayunos". Concretamente, se trata de la directiva que determina las normas sobre composición, nomenclatura, etiquetado y presentación de una serie de alimentos y bebidas habituales para este momento del día, como la miel, los zumos o las mermeladas.
Así, este mismo martes, se ha votado en el parlamento, con 522 votos a favor, 13 en contra y 65 abstenciones, esta propuesta. Las dos grandes medidas que se incluyen son la indicación clara del país de origen y el contenido específico del azúcar en estos productos.
Concretamente, los eurodiputados quieren que aparezca el nombre del país donde se ha recogido la miel. En el caso de los zumos de frutas, confituras, jaleas y mermeladas y el puré de castañas endulzado, tendrá que aparecer el país de origen de la fruta utilizada en la etiqueta delantera. Si la miel o fruta utilizada proceden de varios países, deberán aparecer en orden descendente en función de la proporción.
Las nuevas técnicas que eliminan los azúcares naturales en los zumos, confituras, jaleas o leche, no deberán conducir al uso de edulcorantes
Además, y para atajar el fraude en la miel, el Parlamento propone un sistema de trazabilidad que permita identificar el origen, con una excepción para los pequeños apicultores de la UE. También plantean establecer un laboratorio de referencia para la miel, que ayude a detectar si ha habido adulteración mediante análisis sistemáticos.
En cuanto al azúcar, el parlamento también sugiere que se permita la etiqueta "solo azúcares naturales" para los zumos de frutas. "Para satisfacer la creciente demanda de productos con bajo contenido de azúcar, los jugos de frutas reformulados pueden etiquetarse como jugo de fruta de azúcar reducido", se ha destacado.
Igualmente, las nuevas técnicas que eliminan los azúcares naturales en los zumos, confituras, jaleas o leche, "no deben conducir al uso de edulcorantes para compensar el efecto de la reducción del azúcar en el sabor, la textura y la calidad del producto final". Además, las etiquetas tampoco deben contener declaraciones sobre propiedades positivas, como los beneficios para la salud.