Han pasado exactamente tres años desde que Pedro Sanchez fuese investido como presidente del Gobierno, 1.095 días que han dado para mucho, una pandemia mundial, la erupción de un volcán, incendios forestales y la vuelta de las trincheras a Europa, todo esto con un parlamento polarizado y con el primer gobierno de coalición de la historia del país.
Dentro de este marco de tiempo y dentro de la situación sin igual del parlamento, único en 40 años de democracia España, el Ejecutivo ha aprobado 192 normas de las cuales 101 son leyes.
Con el comienzo de 2023, el Gobierno afirma que ha cumplido el 73,2% de los compromisos adquiridos por Pedro Sánchez durante el debate de investidura; el 68,9% de los firmados en el Acuerdo de coalición progresista entre el PSOE y Unidas Podemos; el 57,8% de los firmados con otros grupos parlamentarios; el 52,5% de los relacionados con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), y el 73,9% de los anunciados en manifestaciones y declaraciones públicas. En materia sanitaria, el Gobierno de coalición habría cumplido con el 64% de sus promesas electorales.
ILLA, El ELEGIDO
La conformación del Gobierno de coalición trajo la división del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, por entonces dirigido por Luisa Carcedo, en tres áreas diferentes con un líder cada una: Sanidad, para Salvador Illa; Servicios Sociales y Agenda 2030, para Pablo Iglesias, y Consumo, para Alberto Garzón. Sánchez optaba por un cargo político al frente de Sanidad y no por un perfil técnico como venía reclamando el sector. La cuota catalana se imponía así a las reclamaciones sanitarias.
El Gobierno de coalición dividió en tres el ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
Prácticamente nada más llegar al cargo, Salvador Illa y su equipo tuvieron que fijar la atención en la Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 descubierto en Wuhan (China). Una vez declarado el Estado de Alarma, el ministro se convirtió en la principal autoridad competente delegada del Gobierno para gestionar la pandemia, por delante de Margarita Robles(Defensa), Fernando Grande-Marlaska (Interior) y José Luis Ábalos (Transportes, Movilidad y Agenda Urbana). De esta forma, Illa asumió la centralización de las decisiones sobre el SNS, aunque la gestión la mantuvieron las Comunidades Autónomas.
Fue en estos espacios donde Salvador Illa comenzó a recibir las primeras críticas por su gestión. La compra de material y de test de detección fallidos o el retraso en la llegada de los EPI y mascarillas para los profesionales sanitarios propiciaron el desencanto de parte de la oposición y de algunas comunidades autónomas. En la misma línea, también estuvo en el foco por la falta de transparencia que se produjo durante el proceso de desescalada, ya que no se dieron a conocer los miembros del comité de expertos que ayudaban al Ministerio de Sanidad.
Tantas críticas o más recibió también su principal colaborador, Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). Aunque su labor generó tantos seguidores como detractores, este epidemiólogo acumuló predicciones erróneas y declaraciones polémicas que han puesto en duda su labor durante la pandemia.
2021 Y LA LLEGADA DE DARIAS
Pese a las críticas, Salvador Illa fue siempre uno de los ministros mejor valorados del Gobierno de coalición. Esa buena valoración de la opinión pública le valió para dar el salto a la Generalitat de Cataluña. Illa abandonó el ministerio para ser candidato del PSC en las elecciones del 14 de febrero. El exministro ganó las elecciones, pero no pudo gobernar por el pacto entre independentistas. Sánchez optó por Carolina Darias como su repuesto al frente del ministerio.
La buena valoración de Illa en los sondeos le llevó a ser candidato a la Generalitat en las elecciones del 14-F
De nuevo, Sánchez optaba por poner al frente de Sanidad a un perfil político y sin experiencia en el ámbito sanitario. Bien es verdad, que Darias estuvo al frente del ministerio de Política Territorial que junto al de Sanidad coordinaban el Consejo Interterritorial de Salud durante los primeros meses de la pandemia.
Con este nuevo cambio se confirma la inestabilidad del cargo de ministro/a de Sanidad ya que en los últimos 11 años ha habido hasta diez ministros distintos: seis en gobiernos del PSOE y cuatro en gobiernos del PP. De todos, solo dos tenían experiencia sanitaria: Carmen Montón y María Luisa Carcedo.
SANIDAD EN COALICIÓN
Durante estos tres años con Illa y Darias como ministros, Moncloa afirma haber cumplido 79 de los 119 compromisos adquiridos en salud y sanidad, un 63,9%, con visas de que en el próximo semestre se alcance el 69,7%. Ha sido una gestión marcada por la pandemia, tanto de la gestión de la misma como de la posterior campaña de vacunación, en la que el Gobierno ha tratado de aprobar normas importantes.
Han sido los dos años al frente de Darias los que han aprobado más reformas. Desde el Ministerio se han impulsado acciones para reforzar la salud mental como la actualización de la Estrategia de Salud Mental, la aprobación de un Plan de acción específico o la creación de la línea 024 de ayuda a la prevención del suicidio. Y, recientemente, Salud Pública ha avalado la inclusión en el calendario común de nuevas recomendaciones frente a la meningitis B, el VPH o la gripe.
Han sido los dos años de Darias donde más normas importantes se han aprobado: Salud Mental, Primaria, plan INVEAT, ley de Eutanasia...
En materia de inversión, gracias a la llegada de fondos europeos ha sido posible desarrollar el Plan de Inversiones en Equipos de Alta Tecnología (INVEAT) para renovar los equipamientos en hospitales y centros de salud o la convocatoria del PERTE de Salud de Vanguardia, que ha aumentado hasta los 1.500 millones de euros la cuantía prevista.
Otras actuaciones destacadas de los últimos dos años son la aprobación del Real Decreto de creación de especialidades sanitarias y del nuevo sistema MIR así como la ampliación año tras años de las plazas para las FSE, la incorporación de 15 nuevos hospitales a la red de centros CAR-T o la aprobación del Plan de Salud y Medio Ambiente. Y a nivel parlamentario, se ha aprobado la Ley de Eutanasia y gracias a los distintos PGE se han ampliado los servicios de salud bucodental.
LO QUE QUEDA PENDIENTE Y TENSIÓN ENTRE SOCIOS
Hay acciones que todavía no sabemos si se llegarán a aprobar de forma definitiva en el año que queda de legislatura y que le tocará afrontar a un nuevo ministro una vez que Sánchez haga la crisis de Gobierno cuando Carolina Darias se marche a disputar la alcaldía de Las Palmas. El futuro sustituto de Darias tendrá que lidiar con la definición completa y la elección de la sede de la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP). Igualmente, aún tiene que tramitarse en el Congreso la Ley de Equidad, sobre la cual tendrá que lidiar con las divergencias que mantiene con Unidas Podemos, el socio de Gobierno. Rosa Medel, en una entrevista en ConSalud.es, lanzaba unas duras críticas a Darias amenazando con votar en contra de la Ley y tildando a la ministra de no tener "talante de negociación ni de conciliación".
Los retos que tiene por delante en Sanidad son el acceso a nuevas innovaciones terapéuticas, el déficit de profesionales y el sistema MIR
A nivel profesional, está por definir como se llevarán a cabo los procesos de estabilidad en la profesión sanitaria tras haberse anunciado que se hará fijos a 67.300 profesionales. Además, las medidas incluidas en el Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria y el Plan de acción de Atención Primaria aún tienen que ejecutarse.
Junto a estas actuaciones iniciadas pero no culminadas, Darias ha sido objeto de críticas por no resolver problemas vigentes. Entre ellos destaca el principal problema que tiene la Sanidad española, que no es otro que el retraso en el acceso a nuevas innovaciones terapéuticas pese al anuncio de que se modificará la Ley del Medicamento. Por supuesto le siguen la falta de médicos en Atención Primaria, los fallos en el sistema de elección de plazas MIR o el debate sobre la fiscalidad y la financiación del SNS.