Mucho trabajo tiene por delante la nueva Secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, para poner orden en el Ministerio y poder enfrentarse con garantías al futuro incierto de la sanidad en nuestro país.
De momento no tendrá que batallar con Faustino Blanco, lo que supone sin duda un gran alivio para la nueva inquilina de sanidad ya que ha sido, junto con su equipo, el verdadero artífice de poner palos en las ruedas al propio ministro.
En la nueva etapa que se inicia en la sanidad española hay cosas que mejorar pero, por encima de todas ellas, debería cambiar el concepto que parece haberse instalado en el seno del ministerio durante la pandemia: la mentira como norma.
son muchas las intervenciones por parte del equipo ministerial y del propio Gobierno que han faltado a la verdad y en algún caso, que han mentido deliberadamente.
Y es que son muchas las intervenciones por parte del equipo ministerial y del propio Gobierno que han faltado a la verdad y en algún caso, que han mentido deliberadamente.
Antes de declararse oficialmente la pandemia, tanto Fernando Simón como el propio ministro, transmitían a la opinión pública que España estaba preparada para lo que pudiera venir y que estaba todo controlado. Además, repetían hasta la saciedad que era muy difícil que en nuestro país se produjera un contagio generalizado. Estas afirmaciones, que tenía como objetivo tranquilizar a la población, pronto nos dimos cuenta de que estaban muy alejadas de la realidad.
El resultado ya lo conocemos: más de 300.000 contagiados y cerca de 30.000 muertos oficiales. Lejos de estar preparados, nos pilló sin recursos, con un equipo ministerial incompetente que ha gestionado pesimamente las compras de materiales a China y que ha puesto en peligro a miles de personas, ostentando el terrible récord europeo de ser el país con mayor número de profesionales sanitarios contagiados.
Estos son sólo algunas de las irregularidades y falsedades que el Ministerio de Sanidad ha cometido durante esta crisis, pero destacaría una que está por encima de todas ellas: el famoso Comité de Expertos. Creado por el Gobierno para analizar, establecer y determinar que comunidades autónomas podían pasar a la siguiente fase de la desescalada, ha sido utilizado por el Gobierno para justificar las medidas adoptadas y respaldar, “en nombre de los expertos” las decisiones tomadas.
En innumerables ocasiones, los medios de comunicación solicitamos al ministro SalvadorIlla y al presidente PedroSánchez que dieran la lista del Comité de Expertos. Siempre se han negado alegando que querían mantener el anonimato para evitar presiones e influencias externas, a pesar de que la ley obligaba a dar los nombres. Hasta llegó a decir el ministro que cuando todas las regiones estuvieran en la nueva normalidad, se daría a conocer la lista del comité de expertos.
Ha tenido que ser el Defensor del Pueblo el que destapara la gran mentira del Gobierno.
Ha tenido que ser el Defensor del Pueblo el que destapara la gran mentira del Gobierno. Nunca ha existido este comité de expertos externo, ha sido el propio equipo ministerial y ahora sabemos que muchas de las decisiones tomadas han sido más políticas que profesionales, como fue el caso de Madrid, que el “Comité de Expertos” no dejo pasar de la fase uno a pesar de tener mejores datos que otras Comunidades Autónomas que si pasaron.
En cualquier país serio este hecho hubiera ocasionado la dimisión inmediata del ministro, de todo su equipo e incluso del propio presidente del Gobierno. Con estas iniciativas España se posiciona más cerca de una república bananera que de un país europeo serio.
Por eso decimos que mucho trabajo tiene por delante la nueva Secretaria de Estado de Sanidad. Tiene la obligación de devolver el prestigio y la credibilidad al ministerio y esto pasa necesariamente por cambiar el equipo ministerial de primer nivel en su totalidad. Ya no está Faustino Blanco, pero todavía permanecen Patricia Lacruz, Pila Aparicio, Rodrigo Gutiérrez, incluso el propio Fernando Simón, como portavoz oficial del ministerio, entre otros, que no deberían tener cabida en la nueva normalidad del Ministerio de Sanidad.