La crisis del coronavirus está sacando lo mejor y lo peor de cada casa. Cierto es que nadie pensaba que podía ocurrir una situación de este tipo, que esto solo sucedía en las películas, pero una vez más la realidad supera la ficción y sin darnos cuenta nos hemos visto envueltos en una situación surrealista para la que nadie estaba preparado.
Por diferentes motivos, y aunque digan lo contrario, lo cierto es que el Ministerio de Sanidad reaccionó tarde a la crisis y su director de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, calculó mal. El resultado: demasiados contagios y demasiados muertos.
En esta crisis se ha juntado la inexperiencia en el sector salud del recién nombrado Ministro de Sanidad, con el peor equipo ministerial, en el peor momento y, además, sin ser elegido por Salvador Illa, sino que le fue poco menos que impuesto. Esto ha hecho que la gestión de la crisis por parte del equipo ministerial (y no tanto del ministro) ha sido bastante nefasta.
"El Ministerio de Sanidad reaccionó tarde a la crisis y su director de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, calculó mal. El resultado: demasiados contagios y demasiados muertos"
Empezamos con el número dos, Faustino Blanco, Secretario General de Sanidad. Ocupó este mismo cargo con la anterior ministra y todas las quinielas le situaban fuera del ministerio con la llegada de Salvador Illa. Él mismo lo insinuó en varias ocasiones a sus colaboradores más cercanos incluso llegó a decir que “ya no pinto nada en este ministerio”. Y así parecía ya que el propio Illa entrevistó en varias ocasiones para el cargo a un exdiputado del PSOE, gran conocedor del sector sanitario, excelente profesional y con una enorme experiencia, lo que parecía la mano derecha perfecta para un ministro nuevo en el sector. Cuando todo parecía que estaba cerrado, se interpuso el “clan” asturiano y la anterior ministra, María Luisa Carcedo, con el apoyo de Carmen Montón, también exministra de sanidad, forzaron la máquina del Partido para que continuara en el puesto de Secretario General de Sanidad Faustino Blanco, y con él, el resto de su equipo. El resultado ha sido que, durante la crisis del coronavirus, Faustino Blanco ha estado totalmente desaparecido, no se sabe si por su incompetencia, porque le ha apartado el ministro o por ambas cosas, pero resulta cuanto menos extraño que en la crisis sanitaria más importante que estamos padeciendo en los últimos 100 años, el Secretario General de Sanidad brille por su ausencia.
Patricia Lacruz, Directora General de Cartera Básica y de Servicios del SNS y de Farmacia, forma parte del equipo de Faustino Blanco. Llegó al ministerio de la mano de Carmen Montón y ha sobrevivido, hasta el momento, a todos los vaivenes del ministerio en este periodo de tiempo. Destacada y conocida por su animadversión por la Industria Farmacéutica, es una persona que no se caracteriza por su capacidad de diálogo y de negociación, y no duda en dejar plantados en una reunión a sus interlocutores si se queda sin argumentos y no está conforme con lo que se está exponiendo. Se fía muy poco de todo lo que venga de las empresas sanitarias y parece como si pensara que todos le van a engañar, lo que supone una prueba inequívoca de su inseguridad.
Pilar Aparicio, Directora General de Salud Pública, también se incorporó al equipo Ministerial de la mano de Carmen Montón en junio de 2018, proveniente del Instituto Carlos III donde ocupaba el puesto de directora de la Escuela Nacional de Sanidad. Compareció al inicio de la crisis mostrando su preocupación por la evolución de la pandemia, pero al igual que el resto de los directores claves del ministerio, su aparición ha sido muy escasa, dejando todo el protagonismo a Fernando Simón y al propio ministro.
Continuará...........