Al poco de tomar posesión Salvador Illa, el departamento de Patricia Lacruz fue protagonista de un misterioso bulo que circulaba por el Ministerio, y que publicó en exclusiva ConSalud.es, donde se daba por hecho que la plaza de Subdirección General de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios ya estaba adjudicada a Dolores Fraga (la elegida de Patricia Lacruz) y que por ello los funcionarios no se planteaban concursar. Esta información llegó rápidamente a los oídos del propio ministro que se interesó por el tema y no le gustó nada que ese tipo de rumores circularan por la Institución. Lo cierto es que después de destapar el tema ConSalud.es la plaza sigue vacante desde que se convocara en febrero de 2020, después del cese de Carlos Lens.
Este hecho fue, posiblemente, el primer detonante que distanció al equipo de Faustino Blanco y al ministro, pero no fue el único.
Este hecho fue, posiblemente, el primer detonante que distanció al equipo de Faustino Blanco y al ministro, pero no fue el único. La iniciativa del Ministerio en lanzarse a la aventura de comprar en el mercado Chino sin dejarse aconsejar por expertos, tal y como publicó ConSalud.es, costó muy caro en dinero y en pérdida de prestigio del Ministerio de Sanidad.
La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) facilitó un listado detallado de los fabricantes nacionales e internacionales, así como, los principales importadores de mascarillas, batas, guantes, equipo de protección (EPI), etc. indispensables para luchar contra la pandemia del Covid-19 al cual hizo caso omiso el Ministerio y optó por comprar a proveedores que, o no tenían las garantían mínimas para su uso o el producto que entregaron no tenía la calidad adecuada. El resultado fue desastroso: más de 640.000 test fallidos comprados a China y miles de mascarillas defectuosas que fueron repartidas entre las Comunidades Autónomas poniendo en peligro a unos profesionales sanitarios cuyas fuerzas y capacidades estaban ya muy mermadas. Patricia Lacruz se erige como una de las manos ejecutoras de muchas de las decisiones tomadas en esta crisis como consecuencia inherente al cargo que ostenta y posiblemente el resultado de su gestión sea el fruto de su animadversión por la industria sanitaria española ya que ni siquiera consultó a las empresas propuestas por Fenin.
Su comparecencia en rueda de prensa el 28 de marzo fue lamentable y con toda seguridad el motivo de que no haya vuelto a aparecer ante los medios de comunicación. Quienes la han tratado en privado confirman que aquella intervención es una copia exacta de su comportamiento.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, compareció durante 14 semanas consecutivas en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados para informar sobre la evolución de la Covid-19, de las medidas aprobadas por el Gobierno y para responder a las preguntas de la oposición. Sin embargo, no todos los gestores que han estado en primera línea durante la crisis se han sometido a este control. La última estaba programada para el martes, 30 de junio a las 11:00 horas. Según la agenda del Congreso de los Diputados, en esta ocasión estaba previsto que comparecieran Faustino Blanco, secretario general de Sanidad; Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública; María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps); y Marina Pollán, directora general del Centro Nacional de Epidemiología, pero esa cita fue desconvocada una vez más sin motivos aparentes.
Después de varios intentos y de presiones por parte de la oposición, al final se produjo la comparecencia de los altos cargos, excepto Faustino Blanco que alegó problemas de salud para comparecer ante la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados pero no impidió que estuviera presente, en "calidad de público", para ver que declaraban sus compañeros. Una nueva polémica provocada por el número dos del Ministerio de Sanidad.
Continuará...........