Como cada año, el Tribunal de Cuentas Europeo ha publicado el informe de cuentas de las agencias europeas. Este organismo es el que se encarga de auditar de manera externa las finanzas de las agencias y, con este documento anual, expone los resultados de los distintos organismos que componen la unión. Existen varias agencias sanitarias en la UE, aunque dos de las más importantes son la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).
La EMA es la agencia que garantiza la evaluación, supervisión y farmacovigilancia de los medicamentos de uso humano y veterinario en la UE. Está agencia está además en el punto de mira de la Presidencia Española del Consejo, pues se quiere modificar su sistema de tasas y la manera en que se financia.
En cualquier caso, atendiendo a sus datos del 2022, observamos que la EMA contó el pasado año con un presupuesto de 543 millones de euros. Esta financiación se ha incrementado en los últimos años, pues en el 2021 el presupuesto fue de 483 millones de euros. Igualmente, desde el TCE se señala que el pasado año la organización contaba con 895 trabajadores, frente a los 878 del año 2021. Se observa que la EMA es la cuarta agencia de la UE con más empleados a su cargo, por detrás de Europol, la Oficina de Propiedad Intelectual y la agencia de guarda de fronteras y costas.
La EMA contó el pasado año con un presupuesto de 543 millones de euros
El tribunal llama la atención sobre las obligaciones relacionadas con la propiedad inmobiliaria de la agencia. “A 31 de diciembre de 2022, el importe total pendiente estimado de los gastos de alquiler y servicios asociados, así como del seguro del propietario, que deberá pagar la EMA hasta el final del contrato de arrendamiento, ascendía a 366 millones de euros”. Pese a que la agencia podría ser considerada responsable de pagar estos gastos de su sede, desde el tribunal se hace hincapié en que “la EMA y su Consejo de Administración han insistido en la necesidad de resolver esta cuestión a nivel político con la Comisión Europea y el Parlamento Europeo”.
En líneas generales, desde la auditoría se constata que las cuentas de la EMA, son “en todos sus aspectos significativos, legales y regulares”. Otro de los apuntes que se realizan tiene que ver con la suficiencia de adquisición de vacunas contra el coronavirus. “Tras las dificultades iniciales, se consiguieron suficientes dosis, pero el rendimiento del proceso no se ha evaluado suficientemente”, se destaca.
Otra de las cuestiones que la auditoría analiza es si los organismos cuentan con políticas que respondan a la crisis climática. 27 de las 43 agencias de la UE (el 63%) han establecido planes corporativos para mejorar la eficiencia energética y la neutralidad climática de sus actividades. “Esto es importante porque las agencias de la UE desempeñan un papel significativo en diversos ámbitos políticos y, de alguna manera, representan a la UE en sus Estados miembros de acogida”, explican. En el caso de la EMA, se cuenta con un plan de este tipo, aunque no publica una declaración medioambiental ni tampoco ha implantado una auditoría interna que evalúe su rendimiento medioambiental.
La ECDC ha disminuido su presupuesto aunque ha aumentado su personal
En esta auditoría también encontramos las cifras correspondientes al Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), otra de las agencias europeas relacionadas con la salud, aunque algo más pequeña que la EMA. Esta agencia reúne y difunde información en materia de prevención y control de las enfermedades humanas y emite dictámenes científicos al respecto, además de coordinar la red europea de organismos que operan en este ámbito.
En este caso, vemos que la entidad contó el pasado año con un presupuesto de 172 millones, lo que supone un reducción con respecto al 2021, periodo en el que se contó con una financiación de 195 millones. Eso sí, pese a la bajada en los fondos, la agencia ha aumentado en gran medida su personal, pasando de los 311 empleados en 2021 a los 335 en el 2022.
La auditoría destaca también la fiabilidad y la legalidad de las cuentas en este organismo. No obstante, sí que se han observado insuficiencias en los sistemas de gestión y control de las subvenciones en esta entidad. Concretamente, dado que los beneficiaros de estas subvenciones eran autoridades públicas, el IVA de sus actividades no podía ser subvencionable, por lo que se han observado “gastos no conformes”. En cuanto a la existencia de planes para responder a la crisis climática, vemos que la ECDC no cuenta con ninguno de ellos.