Casi en cada declaración que emite, Dolors Montserrat presume del Sistema Nacional de Salud (SNS) como “uno de los mejores del mundo”. La última vez ha sido esta semana, tanto en su participación en un programa de TVE como en los plenos del Congreso y el Senado, donde ha alardeado de tener “una de las mejores sanidades del mundo” como un “dato objetivo”. No obstante, algunos informes internacionales rebaten esta visión optimista.
Es el caso del elaborado por una organización de consumidores de Suecia, Euro Health Consumer Index, especializada en sanidad y que colabora con la Comisión Europea. En este documento, se analizan los sistemas sanitarios de hasta 35 países y España ha quedado ubicada en un lugar nada relevante: el puesto 18. En concreto, ha obtenido una puntuación de 709 puntos, de un máximo de 1.000.
Entre las debilidades del SNS que este informe ha identificado destacan el acceso a nuevos medicamentos, las listas de espera para especialista y cirugía, la mortalidad por EPOC o las infecciones por MRSA
Los países que mayor calificación han obtenido han sido los Países Bajos (927 puntos), Suiza (904) y Noruega (865). Por su parte, países del entorno también superan a España, como pueden ser el caso de Alemania (849 puntos), Francia (815), Portugal (763) o Reino Unido (761). Mientras, el sistema sanitario español se ubicaría por encima del de Irlanda (689) o el de Italia (682). En la cola, Rumanía, con 497 puntos.
DESCENTRALIZADO Y DEPENDIENTE DE LA PRIVADA
En la calificación, el informe destaca que el SNS es un sistema “muy descentralizado” y que depende “demasiado” de la búsqueda de una atención sanitaria privada para buscar la “excelencia real” o “como complemento de la asistencia sanitaria pública”. Aún así, consideran que España, en 2016, ha ofrecido mejores indicadores que en años anteriores, y que, además, se debe tener en cuenta que los sistemas de países muy poblados, como el español, “requiere de habilidades de gestión considerables”.
Aún así, Euro Health Consumer Index ha identificado las principales debilidades del sistema sanitario español, dándole una mala nota. Por ejemplo, el acceso a nuevos medicamentos, la mortalidad por EPOC, las infecciones por estafilococo resistente a la meticilina (MRSA), y las listas de espera para un especialista, para la cirugía de más de 90 días y para la exploración por tomografía computarizada.
Con todo, la calificación de España según los seis parámetros definidos ha sido la siguiente: información y derechos de los pacientes (87 puntos); accesibilidad y listas de espera (112 puntos); resultados (238 puntos); alcance de los servicios prestados (94 puntos); prevención (107 puntos); y farmacia (71 puntos).