La obesidad y el sobrepeso es uno de los problemas que más preocupan a los expertos. No en vano, tal y como indican los datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, en el año 2019 los pequeños españoles presentaban una prevalencia de exceso de peso de un 40,6%. De todos ellos, hasta un 17,3% presenta obesidad. Además, las niñas tienden más al sobrepeso (24,7 % frente al 21,% en niños) y los niños a la obesidad (19,4% frente al 15% en niñas).
Pero, ¿qué factores pueden promover o fomentar esta situación entre los más pequeños? Desde la entidad lo tienen claro: los factores socioeconómicos tienen un rol importante en la obesidad infantil de nuestro país. Así, se explica que la pobreza infantil, "más allá de la escasez de recursos económicos, impacta también de forma negativa y de manera muy importante en el bienestar y la salud, afectando en España al 27,4% de los niños y adolescentes en el año 2019".
Es más, la entidad afirma que "la prevalencia de obesidad infantil es inversamente proporcional al nivel socioeconómico familiar". La obesidad, además de otros factores, puede estar muy condicionada por los estilos de vida y los hábitos alimentarios de las personas, así como su nivel de actividad física. Si bien estos factores no son únicos, sí que pueden ser determinantes, y los factores socioeconómicos determinan a su vez estas cuestiones.
"La prevalencia de obesidad infantil es inversamente proporcional al nivel socioeconómico familiar"
Los datos de la entidad apuntan que la prevalencia de obesidad en escolares de hogares con bajo nivel de ingresos duplica, o triplica en algunos casos, la de quienes viven en hogares con alto nivel de renta. Igualmente, la situación de los padres también puede ser un condicionante en estas situaciones. Concretamente, se explica que si los propios progenitores tienen sobrepeso u obesidad, la prevalencia en los pequeños aumenta.
Por otro lado, un peso elevado en el momento del nacimiento también puede ser un factor condicionante en el futuro. Este peso estaría por encima de los cuatro kilos y "es ligeramente más frecuente entre los escolares de menor nivel de renta". Además, también en las etapas más tempranas encontramos otras circunstancias que pueden afectar, como la lactancia. Sería mayor la prevalencia de obesidad infantil "en niñas que no recibieron lactancia materna en comparación con aquellas que la recibieron durante 6 o más meses".
También los padres tienen un importante papel a la hora de detectar las situaciones en las que los pequeños están presentando sobrepeso. "Un elevado porcentaje de los progenitores no reconoce correctamente (infraestima) la situación ponderal de sus hijos", se explica. Además, esta situación aumentando a medida que descienden los ingresos del hogar o su nivel de estudios, o si los progenitores tienen exceso de peso. Igualmente, un factor relacionado con la transmisión intergeneracional de la obesidad es la existencia de antecedentes familiares de enfermedades como hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia.
En cuanto a los hábitos alimentarios. "también se observa una mayor prevalencia de obesidad entre aquellos escolares con una menor adherencia a la dieta mediterránea", se informa. Al igual que las actividades deportivas: "Los niños que participan en actividades extraescolares deportivas, hábito que es más frecuente en escolares de mayor nivel de renta, tienen menor prevalencia de obesidad".
La prevalencia de obesidad es superior en aquellos escolares que tienen en su habitación un ordenador, televisión o videoconsola
Más concretamente, los pequeños que practican actividad física intensa durante 1 hora o más al día tienen una prevalencia de obesidad "sensiblemente menor" a aquellos considerados no activos y sedentarios. Además, los escolares con comportamientos sedentarios también suelen tener hábitos alimentarios menos saludables. Al respecto del sedentarismo, la prevalencia de obesidad es superior en aquellos escolares que tienen en su habitación un ordenador, televisión o videoconsola.
Los hábitos de sueño también se ponen de manifiesto en este informe. En este sentido, se afirma que "existe una relación inversa entre el tiempo dedicado a dormir y la prevalencia de obesidad, de forma que en los escolares que más tiempo dedican a dormir la prevalencia de obesidad es menor que en los que menos duermen".
Por ello, desde la entidad se lanzan cuatro recomendaciones principales para abordar esta situación: facilitar una alimentación saludable, con los centros escolares como ejes de acción; promover la actividad física diaria y el ocio activo en los escolares; reforzar la educación y sensibilización a los progenitores; y continuar desarrollando la vigilancia epidemiológica de la obesidad infantil y sus determinantes.