El Consejo de Ministros ha aprobado, finalmente, el cese de la obligatoriedad de las mascarillas en los centros sanitarios, incluyendo farmacias, centros de salud, y residencias para personas mayores. Esta decisión fue ratificada hace unos días por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España.
La medida, eso sí, no ha estado exenta de polémica. Desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) se han matizado algunas cuestiones sobre esta decisión. Óscar Zurriaga, presidente de la SEE, ha querido hacer constar que, en algunos ámbitos, esta retirada podría haberse producido antes.
En las farmacias esta retirada podría haberse producido antes
“Particularmente, en el ámbito de las farmacias, su uso está siendo cada vez menor y se tienen más dificultades para poder cumplir la medida”, ha destacado. Además, “la ciudadanía no entiende por qué para entrar en una farmacia era necesaria una mascarilla, y para entrar en la tienda de al lado, donde puede haber más gente, no hacía falta esta mascarilla”, ha añadido.
Por otro lado, Zurriaga también ha destacado que, desde la sociedad española de epidemiología, los expertos ya se habían manifestado en otras ocasiones sobre esta obligatoriedad en centros hospitalarios. “Sería interesante y relevante” poder seguir manteniendo el uso de las mascarillas en determinados ámbitos de los centros hospitalarios, “sobre todo en aquellas zonas comunes de los centros hospitalarios donde puede haber una mayor concentración de personas y donde pueden estar juntas personas con algún tipo de vulnerabilidad”.
Ojalá la mascarilla haya venido para quedarse en cuanto a su uso voluntario
Igualmente, los epidemiólogos han querido hacer constar que “ojalá la mascarilla haya venido para quedarse” en cuanto a su uso voluntario para las personas que presenten “algunos síntomas de índole respiratoria”. En estos casos, podrían utilizarse, precisamente, para proteger y no contagiar a las demás personas.
“Esto que ya veíamos en otros países, fundamentalmente asiáticos, ojalá también se pueda mantener en el tiempo en nuestro país". En definitiva, "proponemos que en algunos lugares" de los centros se puedan "mantener las mascarillas y nos gustaría que se pudieran seguir utilizando de manera voluntaria por aquellas personas que tengan necesidad de hacerlo para la protección de otras”, ha concluido.
DISIDENCIAS EN CUANTO A LA APROBACIÓN
Pese a su ratificación en el interterritorial, lo cierto es que no todas las comunidades autónomas están del todo de acuerdo con la medida. Concretamente, voces del partido popular, como la de Enrique Ruiz Escudero, exconsejero de Sanidad de Madrid, censuraron que era una medida de carácter electoralista. Escudero aludía a la defensa que su partido había venido haciendo en cuanto a esta retirada de la obligatoriedad y la negativa del gobierno a su aprobación. Que se cambie ahora de criterio "cuando la situación epidemiológica y asistencial es exactamente la misma", dijo, "es una desgracia".
También la consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Catalina García, se mostró disonante con esta medida antes del último Consejo Interterritorial, en el que se debatió. La consejera prefería mantener el uso obligatorio de la mascarilla en centros sociosanitarios como residencias y en "ciertos servicios" sanitarios. También pedía que su uso volviese a los centros en periodo de alta frecuentación.
Algunas entidades también se han mostrado en contra de esta medida. Es el caso de la Federación Andaluza de Organizaciones de Mayores (FOAM). Desde esta plataforma se llegó a tachar de "locura"la retirada de las mascarillas.