La Comisión de Sanidad del Congreso aprobó este pasado 29 de noviembre una iniciativa del Grupo Parlamentario Mixto, a instancia del diputado del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Néstor Rego Candamil, para que se regule la jubilación y se establezcan coeficientes reductores, durante 2025, que permitan el retiro profesional a los 60 años a los sanitarios con largas carreras laborales. Un derecho que ya ha alcanzado a otros grupos profesionales, dada la penosidad y riesgos de su trabajo, pero que todavía está pendiente en este colectivo. Por ello, el disputado de BNG acerca a ConSalud.es las claves de esta PNL, la cual espera que pueda aprobarse definitivamente durante el próximo año.
Su grupo parlamentario logró sacar adelante una PLN -defendida por usted- relativa a la jubilación de las personas trabajadoras en la sanidad pública. ¿Podría comentarme brevemente las principales razones que les han llevado a elevar esta demanda al Gobierno?
Creemos que sobran las razones, porque esta es una vieja reivindicación de los trabajadores y trabajadoras de la sanidad. Estamos hablando de un sector con riesgos laborales específicos (biológicos, químicos, psicosociales…) y que presenta una elevada tasa de problemas de salud laboral. Numerosos estudios señalan, por ejemplo, el impacto negativo que suponen los turnos rotatorios y su relación con enfermedades cardiovasculares, depresión, síndromes metabólicos e incluso cáncer. Todos estos efectos son crónicos y no desaparecen cuando se abandona el trabajo.
El porcentaje de incapacidades laborales entre el personal de entre 45 y 64 años se incrementa en 68%, con respecto a otras franjas etarias que también desarrollan su trabajo durante la noche
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que una persona con un empleo a turnos sufrirá un envejecimiento prematuro de cinco años por cada 15 trabajados de noche. Igualmente, también existen estudios sobre las consecuencias en la salud de las trabajadoras y trabajadores mayores de 55 años, que realizan trabajos nocturnos. Según estas investigaciones, el porcentaje de incapacidades laborales entre el personal de entre 45 y 64 años se incrementa en 68%, con respecto a otras franjas etarias que también desarrollan su trabajo durante la noche.
En el BNG entendemos que es de justicia que se empiecen a aplicar coeficientes reductores a estos profesionales y que se posibilite la jubilación anticipada a aquellas personas trabajadoras que tengan largas carreras de cotización. Porque, además, estamos hablando de un sector muy feminizado y esto permitiría poner fin a la desigualdad y a la discriminación existente. Esto no solo ha sido defendido por el BNG a través de esta Proposición No de Ley, sino que lo demanda el conjunto del personal en la sanidad y su representación sindical, como la Confederación Intersindical Galega (CIG) que es el sindicato de mayor representación en el sector en Galicia.
Parece una deuda pendiente. ¿Cuál cree que es la causa que está llevando a demorar durante tantos años la aplicación de coeficientes reductores al colectivo sanitario? ¿Puede tener que ver con la falta de profesionales en el SNS?
No creemos que exista ninguna justificación para que, a estas alturas, aún no se estén aplicando coeficientes reductores. Muchos otros sectores ya tienen establecidos estos coeficientes en función de sus características específicas y, por cierto, está abierto un proceso para revisar (y entendemos que aumentar) los sectores profesionales en que deben ser aplicados.
El BNG lleva ya décadas reclamando que se elimine esta Tasa, porque estamos hablando de un servicio esencial para garantizar el bienestar social y que, por lo tanto, es necesario cuidar y mejorar
Las restricciones derivan de las políticas de recortes que se vinieron aplicando en el sector público, especialmente desde el año 2010, pero ya con anterioridad. Entre ellas, aplicando una Tasa de Reposición de Efectivos que limitó las posibilidades de incorporación de más personal en los servicios públicos, incluida la sanidad. El BNG lleva ya décadas reclamando que se elimine esta Tasa, porque estamos hablando de un servicio esencial para garantizar el bienestar social y que, por lo tanto, es necesario cuidar y mejorar.
Terminar con la discriminación de género que vive el sector sanitario es otro de los focos que recogen en la PNL. ¿Cómo diría que se refleja esta discriminación en el sector sanitario?
Es evidente, porque hoy el sanitario es ya un sector muy feminizado. Los datos hablan por sí solos: del total de plantillas en Galicia, las mujeres representan más del 55%. Si atendemos, por ejemplo, a los datos de la sanidad pública, el porcentaje de mujeres es aún mucho mayor: 78.4% frente al 21,6% de hombres.
Existen otros sectores, con características y riesgos laborales específicos, y altamente masculinizados, que ya tienen reconocidos el derecho a una jubilación anticipada, por lo que, de forma indirecta, se está discriminando un sector
Existen otros sectores, con características y riesgos laborales específicos, y altamente masculinizados, que ya tienen reconocidos el derecho a una jubilación anticipada, por lo que, de forma indirecta, se está discriminando un sector en el que existen profesiones con alta presencia de mujeres. También por esto reclamamos que se negocien con el sector las condiciones de aplicación de coeficientes reductores.
Pone en valor el esfuerzo de las plantillas durante la pandemia, en la que fallecieron muchos sanitarios tratando de salvar vidas. ¿Cree que la llegada de este derecho al sector de la salud es la forma de saldar una deuda pendiente y transforma esos aplausos de entonces en medidas que cuiden a quienes nos cuidan?
Es exactamente eso. Seguramente hay aún muchísimas deudas pendientes con los trabajadores y trabajadoras de un servicio público no siempre adecuadamente tratados. Pero aplicar estos coeficientes sería empezar a hacer justicia y cuidar a quien nos cuida cuando lo necesitamos.
Desde que presentamos la PNL hasta que pudo ser debatida y aprobada, pasaron algunos meses que, sin duda, hacían inviable cumplir con el plazo de 2024
Por eso, en nuestra PNL quisimos recordar y poner en valor el esfuerzo y sacrificio que el personal sanitario y el conjunto del personal de la sanidad realizó durante la pandemia, con un coste muy alto. Porque el Covid-19 implicó durante meses una dedicación muy superior a la derivada de las obligaciones laborales ordinarias, un elevado número de contagios, fallecimientos y secuelas de Covid persistente. Es positivo el reconocimiento a todas las personas que durante el confinamiento y a lo largo de la pandemia continuaron prestando asistencia para garantizar el bienestar de la población, a pesar de que su propio estado de salud también se estaba viendo afectado, pero no hay mejor aplauso que el que se transforma en derechos. También por esto es de justicia reconocer la posibilidad de jubilación voluntaria anticipada.
Ahora queda en manos del Ministerio de Sanidad y de las futuras negociaciones legislativas convertir esta propuesta en una realidad normativa. Hay diferentes ministerios implicados. Además, plantean hacerlo dentro de 2025. ¿Es optimista con que se pueda lograr en un corto plazo?
Desde que presentamos la PNL hasta que pudo ser debatida y aprobada, pasaron algunos meses que, sin duda, hacían inviable cumplir con el plazo de 2024. Por eso acordamos un transaccional con los partidos del Gobierno para que, a lo largo de 2025, en el ámbito de la negociación del Foro para el Diálogo Social, de la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud, se negocien y aprueben los coeficientes reductores para la jubilación voluntaria del personal de la sanidad, cuando el o la trabajadora haya cumplido los 60 años y cuente con largas vidas laborales y de cotización de más de 40 años.