¿Qué puede suponer para la OMS la retirada de EE.UU.?: Adiós a un 30% de su presupuesto

El país norteamericano es el mayor financiador de la Organización Mundial de la Salud y tiene abiertos importantes programas para paliar crisis sanitarias a lo largo del planeta

Trump saca a Estados Unidos de la OMS (Fotomontaje: ConSalud)
Trump saca a Estados Unidos de la OMS (Fotomontaje: ConSalud)
Javier Leunda, redactor ConSalud.es
21 enero 2025 | 11:35 h
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El nuevo mandato de Donald Trump promete dar mucho que hablar durante los próximos años, también a nivel sanitario. Apenas unas horas después de ser investido presidente de EE.UU., una de sus primeras órdenes ejecutivas ha disparado directamente contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), sacando de un plumazo a su país de la misma. Una intención que nunca había ocultado, pero que finalmente no pudo llevar a cabo durante su anterior mandato. Entre las razones de su salida: la mala gestión de pandemias, los excesivos pagos demandados o la politización de esta institución.

Desde el punto de vista de la OMS, la marcha de Estados Unidos supone un jarro de agua fría. Esta salida implica la pérdida de su mayor donante y socio global a la hora de impulsar sus estrategias de salud. La organización reconocía el pasado mes de diciembre que el país norteamericano era “un defensor de la seguridad sanitaria mundial”, jugando un papel clave en cuestiones como la erradicación de la polio, la asistencia humanitaria, el fortalecimiento de la respuesta mundial frente a riesgos emergentes o la propia transformación eficiente de la OMS.

U.S.A. CIERRA EL GRIFO

A nadie se le escapa que Trump tiene una fuerte determinación por cerrar su cartera a cal y canto frente a estas organizaciones plurinacionales, como ya ha pasado previamente con asociaciones como la OTAN. En el caso de la OMS, lo cierto es que EE.UU. es su mayor financiador. Sólo en el bienio 2022-2023 el país de las barras y estrellas contribuyó con 1.284 millones de dólares a esta institución. Una inversión multimillonaria –hasta el 30% de su presupuesto- que, a buen seguro, la OMS echará de menos en los próximos tiempos.

La Casa Blanca alegaba que la OMS continúa exigiendo "pagos injustamente onerosos" de los Estados Unidos, muy desproporcionados con respecto a los pagos evaluados de otros países

No en vano, en el decreto firmado esta madrugada, la Casa Blanca alegaba que la OMS continúa exigiendo "pagos injustamente onerosos" de los Estados Unidos, muy desproporcionados con respecto a los pagos evaluados de otros países. Concretamente, se refirió a China, país que con una población de 1.400 millones de habitantes, tiene el 300 por ciento de la población de los Estados Unidos, contribuye casi un 90 por ciento menos a esta organización.

CONSECUENCIAS DE LA SALIDA

El perjuicio económico para la OMS perjudicará negativamente a la estrategia global frente a la preparación contra nuevas pandemias, menos vigilancia epidemiológica y mayores dificultades de cooperación internacional en materia de salud. Sin ir más lejos, hasta este momento Estados Unidos de América y la OMS venían impulsando la seguridad sanitaria mundial mediante su renovada alianza de cinco años, que amplía la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial (GHSA) hasta 2028, en apoyo de la aceleración de la implementación del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) en hasta 100 países.

Estados Unidos se asoció con Ruanda y la OMS para abordar el brote de la enfermedad del virus de Marburgo en 2024 mediante una mejor vigilancia, rastreo de contactos y comunicación de salud pública

De la misma manera, Estados Unidos estaba siendo un colaborador clave para detener emergencias como el brote de mpox en la República Democrática del Congo (RDC) y los países vecinos. Desde marzo de 2024, Estados Unidos aportó más de 22 millones de dólares a los esfuerzos de respuesta al mpox, apoyando la distribución de vacunas y el desarrollo de capacidades en seis países africanos. En esta línea, el apoyo de Estados Unidos a la OMS y a los CDC de África para la labor regulatoria encaminada a la distribución de vacunas ha sido fundamental para abordar el brote de mpox.

Además, Estados Unidos se asoció con Ruanda y la OMS para abordar el brote de la enfermedad del virus de Marburgo en 2024 mediante una mejor vigilancia, rastreo de contactos y comunicación de salud pública. Estos esfuerzos reflejan una firme dedicación a enfrentar las crisis sanitarias de manera colaborativa y eficaz. El liderazgo de los Estados Unidos ha sido fundamental también para proteger a las poblaciones vulnerables (como en África durante la lucha contra enfermedades mortales como el ébola) y para garantizar que los sistemas de salud se mantengan fuertes y receptivos durante las crisis.

El Director de la Oficina de Política de Preparación y Respuesta ante Pandemias de la Casa Blanca será quien revisará, rescindirá y reemplazará la Estrategia de Seguridad Sanitaria Global de EE. UU. de 2024 lo antes posible

De la misma manera, Estados Unidos y la OMS se encontraban impulsando mejoras en la salud mundial a través del Plan de acción mundial para acelerar la atención primaria de salud, que se centra en el fortalecimiento de los sistemas de salud y la promoción de la cobertura sanitaria universal; en el fortalecimiento de los sistemas de salud digitales en los países de ingresos bajos y medios, mejorando el acceso equitativo a la atención médica; o en la lucha contra el VIH a nivel mundial, promoviendo la consecución de los objetivos 95-95-95 de poner fin al VIH como amenaza para la salud pública en 2030, entre otras muchas iniciativas que ahora quedan en el aire.

SUS PROPIAS ESTRATEGIAS

A partir de ahora, el Secretario de Estado norteamericano suspenderá las negociaciones sobre el Acuerdo de la OMS sobre pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional, y las medidas adoptadas para hacer efectivo dicho acuerdo y dichas enmiendas no tendrán fuerza vinculante para los Estados Unidos. Asimismo, el Director de la Oficina de Política de Preparación y Respuesta ante Pandemias de la Casa Blanca será quien revisará, rescindirá y reemplazará la Estrategia de Seguridad Sanitaria Global de EE. UU. de 2024 lo antes posible. 

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