Este viernes 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de Lucha Contra el Sida, una afección que cada vez está más controlada a nivel mundial, pero que sigue conllevando un gran estigma asociado. Desde España ya se han llevado a cabo numerosas campañas para paliar esta situación y, hace precisamente 2 años, el pasado 2 de diciembre de 2021, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, aprobó el Plan de Prevención de VIH y otras ITS 2021-2030.
No obstante, estos no han sido los únicos pasos que se han dado en materia de lucha contra la discriminación que sufren las personas con VIH/Sida, tanto a nivel nacional como internacional. Ejemplo de ello es la implementación de las herramientas del Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al VIH. Igualmente, hace unas semanas, el exministro de Sanidad, José Miñones, participaba en el Congreso Internacional HepHIV, sobre hepatitis y VIH, que se celebró en el marco de la Presidencia española del Consejo de la UE. En esta ocasión, Miñones informaba de que el 96,6% de las personas diagnosticadas en España reciben tratamiento antirretroviral, lo que supone la superación del objetivo del 95% marcado por ONUSIDA para 2023. Igualmente, uno de los retos de Gobierno en este sentido es el de lograr que el 95% de las personas infectadas sean diagnosticadas y que el 95% de las tratadas tengan la carga viral suprimida.
Asimismo, José Miñones suscribía también la declaración de intenciones de adhesión de España a la Alianza Mundial de acciones para eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH de ONUSIDA el pasado mes de septiembre. Esta firma tuvo lugar en la reciente Reunión de Alto Nivel 'VIH y Derechos Humanos: acción política para alcanzar cero estigma', dentro de los actos de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. "Pocas enfermedades infecciosas a lo largo de la historia han tenido los niveles de estigma y discriminación que han acompañado al virus de inmunodeficiencia humana", manifestó el exministro.
"Pocas enfermedades infecciosas a lo largo de la historia han tenido los niveles de estigma y discriminación que han acompañado al VIH"
Todas estas acciones van en línea con la estrategia española de prevención y control de VIH anteriormente mencionada. En este sentido, cabe destacar que el gran objetivo de este plan es el de impulsar y coordinar las acciones para la eliminación del VIH y las ITS como problema de salud pública en 2030. Así, 42 años después de que se diagnosticase el primer caso de esta afección en España, el horizonte es el de eliminarla por completo. Para ello, el plan establece tres enfoques principales. El primero de ellos es el de los derechos, género, situación migratoria y diversidad sexual. Este enfoque trata de tener en cuenta y abordar de forma explícita la desigualdad y evitar las discriminaciones.
El segundo de los enfoques es el de los determinantes sociales de la salud. La implicación del empleo, la vivienda, los ingresos, la educación, el origen geográfico y la situación migratoria, las redes de apoyo o la participación sociales, entre otras, marcan una diferencia en el riesgo de infectarse, en la vivencia y en la evolución de la enfermedad y el estigma y discriminación asociados a la misma. El tercer enfoque sería el de la participación comunitaria y acciones basadas en la evidencia científica y la innovación. Así, se trabaja de manera complementaria con las instituciones y entidades de la sociedad civil que promueven acciones que fomenten la educación, formación, conocimiento, empoderamiento y la participación de las personas con infección.
Además, otro de los puntos clave de este plan es la definición de la población a la que se dirigen las acciones. Para definir estos grupos diana se han tomado como referencia las definiciones de ONUSIDA para personas especialmente vulnerables al VIH y que incluye a hombres homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, personas que ejercen la prostitución, personas trans, personas que consumen y que se inyectan drogas, personas migrantes, incluyendo menores extranjeros no acompañados (MENAS), y personas que se encuentran en prisión, y adicionalmente a las personas que usan drogas en las relaciones sexuales. Además, el plan incluye acciones diferenciadas por grupo de edad, infanto-juvenil, adulta y población de más de 50 años que está envejeciendo con el VIH.
42 años después de que se diagnosticase el primer caso de esta afección en España, el horizonte es el de eliminarla por completo
Igualmente, y de manera más concreta, se establecen cuatro objetivos estratégicos. El primero de ellos es el de promover la prevención combinada del VIH y otras ITS. Aquí se incluyen acciones de promoción de la salud sexual integral desde la formación, la educación y los hábitos saludables. También se habla de promoción del uso del preservativo y del lubricante, incluyendo medidas para facilitar su acceso entre la población. También se introduce la promoción de la profilaxis pre y post exposición.
El segundo de los objetivos estratégicos es el de promover el diagnóstico precoz de la infección por el VIH y otras ITS, es decir, garantizar que todas las personas con el VIH conozcan su estado serológico, que sería una prioridad para el control de la epidemia en España. Igualmente, se busca promover el tratamiento temprano, y el manejo de la cronicidad de la infección. En este sentido, se plantea una asistencia socio-sanitaria humanizada incorporando la atención a la cronicidad para detectar precozmente las comorbilidades y los factores de riesgo modificables, identificando a las personas con mayor riesgo de tener un peor estado de salud.
Finalmente, el cuarto de los objetivos es el de mejorar la calidad de vida de las personas con el virus, garantizando la igualdad de trato y de oportunidades, la no discriminación y el pleno ejercicio de los derechos humanos de las personas afectadas de manera alineada con los objetivos del Pacto Social.