“No nos gusta tanto trabajar en ministerios estancos como en equipo. Abordamos siempre estrategias transversales”. Así definía Isabel Celaá, portavoz del Gobierno, la estrategia que va a seguir el Ejecutivo de Pedro Sánchez y que, desde el punto de vista sanitario, va a permitir que se lleven a cabo políticas que impliquen tanto al Ministerio de Sanidad como a otros departamentos ministeriales.
El caso más reciente lo apuntaba la propia ministra, Carmen Montón, en la presentación del Observatorio de Salud de las Mujeres. En el acto, recordaba el trabajo conjunto que se está desarrollando con la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, para reducir las desigualdades en salud por razón de género y profundizar en la atención a la violencia de género desde la asistencia sanitaria.
La brecha salarial en la profesión sanitaria entre hombres y mujeres o el estudio de incentivos para luchar contra el déficit de facultativos, asuntos que deberá abordar Montón con la ministra de Trabajo
Relacionado con esta cuestión, y en el caso de lograr la igualdad real entre hombres y mujeres, también tendrá un papel crucial la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. Pese a que la profesión sanitaria es mayoritariamente femenina, cada vez crece más la brecha salarial entre sexos: las mujeres cobran hasta 10.000 euros menos al año que los hombres. Según los sindicatos, cuestiones como la conciliación familiar o el techo de cristal incrementan esta diferencia.
Por otra parte, Valerio y Montón tienen la oportunidad de actuar para solucionar el déficit de profesionales sanitarios en ciertas zonas de España. Para ello, las formaciones políticas y las comunidades autónomas proponen que se proporcionen diferentes incentivos: económicos, reducción de las guardias o permisos.
EDUCACIÓN, CIENCIA Y UNIVERSIDADES
Los departamentos que dirigen Isabel Celaá y Pedro Duque también deberán trabajar junto al de Montón para acelerar la homologación de títulos o para luchar contra las pseudociencias
En el ámbito formativo, también se esperan acciones que implican a distintos ministerios. Por ejemplo, y a pesar de que la sanidad está transferida a las comunidades autónomas, el Ministerio de Educación, junto al de Ciencia y Universidades y el de Sanidad, tienen la última palabra para decidir sobre las nuevas facultades de Medicina que se creen en España. De hecho, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) ha dado el visto bueno a la de Alicante.
De la misma manera, están pendientes de aprobarse nuevas especialidades EIR y hay otras, como la de Urgencias y la Enfermedades Infecciosas, que están pendientes de valoración técnica. Además, los departamentos que dirigen Isabel Celaá y Pedro Duque también deberán trabajar junto al de Montón para acelerar la homologación de títulos. Igualmente, se esperan acciones conjuntas para luchar contra las pseudociencias.
HACIENDA, FUNCIÓN PÚBLICA E INTERIOR
Las decisiones que lleve a cabo la ministra Meritxell Batet sobre las OPE, la duración de la jornada laboral o la subida salarial repercutirán sobre los profesionales sanitarios
En las mejoras laborales de los trabajadores la sanidad pública también va a estar implicada Meritxell Batet, encargada de Función Pública. Sus decisiones sobre las ofertas públicas de empleo (OPE), así como la subida salarial, las jornadas de 35 horas o aspectos como la incapacidad temporal repercutirán sobre los profesionales sanitarios. Mientras, será María Jesús Montero, ministra de Hacienda, quien debe dar el paso para reformar el sistema de financiación autonómica y definir los próximos presupuestos sanitarios.
Otro ministro con el que deberá sentarse a trabajar Montón es Fernando Grande-Marlaska, responsable de Interior. Aún está pendiente, por ejemplo, el traspaso de la sanidad penitenciaria y conocer si la figura del interlocutor policía sanitario está dando resultados para disminuir las agresiones a sanitarios. Finalmente, se han de abordar las discriminaciones que existen por cuestiones de salud en el acceso al empleo público.