El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), celebrado este miércoles 15 de junio en Valencia, ha dado luz verde a la actualización del “Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos 2022-2024” (PRAN). Un documento que ha contado con la participación de 10 ministerios, 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones profesionales, universidades, la totalidad de las comunidades autónomas y más de 300 colaboradores expertos bajo la coordinación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Una iniciativa que nace como parte del concepto de “One Health”.
La resistencia a los antibióticos se erige como una de las grandes amenazas para la salud pública a nivel global. A finales del pasado mes de mayo la directora de la Aemps, María Jesús Lamas, advertía de que nos acercamos a una “era postantibiótica”, como consecuencia de la resistencia a los antimicrobianos. Una situación que puede provocar un aumento de las infecciones multirresistentes sin tratamiento y que, actualmente, se cobra la vida de más de 4.000 personas cada año.
En 2012 la presión internacional para abordar el problema de la resistencia a los antibióticos a nivel nacional iba en aumento. Sin embargo, aunque España estaba en su máximo índice de consumo de antibióticos, la lucha contra la resistencia todavía no era una prioridad de la agenda política española. Ese mismo año la Aemps inició el proyecto que culminó en 2014 con la aprobación del PRAN.
El PRAN se encuentra estructurado en seis líneas estratégicas: vigilancia, control, prevención, investigación, formación y comunicación. Reconoce que los esfuerzos aislados no son suficientes para atajar el problema al que nos enfrentamos que no conoce fronteras entre sectores. Razón por la que la columna vertebral del PRAN es el concepto “One Health” que incluye la salud humana, animal y el medioambiente.
Hasta la fecha el PRAN ha puesto en marcha un total de 80 medidas en todo el ámbito nacional y, entre sus logros, destaca la notable reducción del consumo de antibióticos. Desde el inicio del PRAN en el 2014 hasta el 2020 inclusive, el consumo en salud humana registró una bajada del 32,4%, mientras que las ventas de antibióticos veterinarios se redujeron casi un 57%.
NUEVOS RETOS Y OBJETIVOS
El objetivo principal del primera PRAN (2014-2018) se focalizó en involucrar al mayor número de agentes posible en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, el segundo (2019-2021) estableció objetivos cuantitativos y acciones más concretas y específicas. Al término de este, y con el propósito de tener una perspectiva más objetiva de las acciones y los logros alcanzados, el equipo de coordinación del PRAN elaboró y difundió una encuesta de calidad entre las sociedades científicas, entidades colaboradoras y grupos de trabajo del PRAN para valorar las funciones que se han coordinado.
El nuevo PRAN se centra en expandir la vigilancia de nuevos antimicrobianos, incluyendo antifúngicos y antimicóticos en salud humana, antivirales y antiprotozoarios en sanidad animal, así como el control de otros microorganismos como hongos resistentes u otros microorganismos que surjan de relevancia clínica
El análisis de los resultados de esta encuesta ha destacado acciones valoradas positivamente y que requieren continuidad (la implementación de los Programas de Optimización del uso de Antibióticos (PROA) y la función de los Coordinadores Científico Técnicos PROA (CCT-PROA), las actuaciones en la redacción de las normas de certificación, la implementación de las guías terapéuticas antimicrobianas del Sistema Nacional de Salud (SNS), los Programas Reduce, la vigilancia de bacterias patógenas clínicas y bioseguridad e higiene) y también ha servido para identificar nuevos objetivos y acciones para el nuevo PRAN (2022-2024).
ACCIONES 2022-2024 EN SALUD HUMANA
En salud humana será necesario implementar mejoras en la herramienta de indicadores hospitalarios y mapas de consumo, su desagregación por grupos de edad y población, la elaboración de un marco de trabajo en centros sociosanitarios, así como desarrollar acciones específicas de trabajo en colaboración con otros profesionales de la salud como enfermeros y odontólogos.
Entre los principales objetivos establecidos en la actualización de PRAN para el periodo 2022-2024, se establece como prioritario:
- Consensuar los objetivos de reducción de consumo de antibióticos con las comunidades autónomas.
- Mejorar la accesibilidad y dar mayor difusión de los datos de consumo.
- Desarrollar indicadores que permitan un mejor conocimiento de la situación clínico/epidemiológica de España.
- Impulsar acciones que permitan un análisis desagregado y homogéneo de los datos de consumo.
- Mejorar la herramienta de consumo en base a las necesidades que se vayan identificando.
En cuanto a las principales acciones para 2022-2024:
- Adaptación de los mapas de consumo al formato del ECDC para una mejor interpretación conjunta.
- Adaptación de los indicadores consensuados entre el ECDC, Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Agencia Europea del Medicamento (EFSA y EMA respectivamente por sus siglas en inglés) para tener indicadores nacionales comunes a los europeos.
- Incorporar indicadores de consumo cuantitativos, cualitativos y de resultado en los distintos ámbitos sanitarios.
- Realización de informes semestrales de consumo hospitalario y comunitario que se enviarán de manera activa a cada CC. AA.
- Implementación de los indicadores de consumo antibiótico hospitalario en la herramienta de consumo del PRAN.
- Apoyo a una herramienta para conocer el consumo por estancias hospitalarias.
- Desagregación de los datos por provincia, tarjeta sanitaria y edad.
- Desagregar los datos de consumo con los datos obtenidos de nuevos sectores adheridos al PRAN (centros sociosanitarios, clínicas odontológicas).
- Incluir la vigilancia del consumo de antifúngicos y antituberculosos en la herramienta de consumo del PRAN.
Dentro de la salud humana es necesario poner el foco en las denominadas como “infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria” (IRAS), para las que también se han fijado una serie acciones para el periodo 2022-2024:
- Desarrollo de la primera encuesta nacional de prevalencia y uso de antimicrobianos en centros de larga estancia.
- Implementación de la encuesta de prevalencia de IRAS y uso de antimicrobianos en centros de larga estancia integrada en la vigilancia europea del ECDC.
- Análisis y difusión de datos obtenidos de la encuesta en dichos centros de larga estancia.
- Análisis y difusión de los datos recogidos de la vigilancia de las IRAS ya implementada.
- Participación en el estudio europeo de incidencia de un año del ECDC de infecciones en residentes de centros de larga estancia.
- Continuar el desarrollo de los cinco módulos de vigilancia de las IRAS.
SANIDAD ANIMAL, PAPEL FUNDAMENTAL
En sanidad animal se impone la necesidad de estar más cerca del campo y de fortalecer el diálogo con los diferentes sectores gracias a una nueva organización de los grupos de trabajo: Grupo de trabajo de vigilancia de consumo, Grupo de trabajo de vigilancia de resistencias Grupo de trabajo para mejorar la disponibilidad de medicamentos veterinarios y alternativas al uso de antimicrobianos y Grupos de trabajo “Reduce”.
La columna vertebral del PRAN es el concepto “One Health” que incluye la salud humana, animal y el medioambiente
Los tres primeros grupos serán transversales y aportarán datos a cada uno de los grupos “Reduce”. A su vez, dentro de cada grupo “Reduce” se crearán subgrupos de trabajo para trabajar en vigilancia del consumo y de resistencias, en planes de acción estratégicos preventivos de higiene y bioseguridad, en medidas de control de infecciones y de consumo de antibióticos y en estrategias de comunicación y formación.
Esta forma de trabajo permitirá diseñar soluciones a la medida de las necesidades específicas de cada sector de producción. También cabe destacar que, tras dos planes de acción, las acciones concernientes a los antibacterianos están consolidadas, aunque siempre sujetas a cambios y ampliaciones.
De este modo el nuevo PRAN se centra en expandir la vigilancia de nuevos antimicrobianos, incluyendo antifúngicos y antimicóticos en salud humana, antivirales y antiprotozoarios en sanidad animal, así como el control de otros microorganismos como hongos resistentes u otros microorganismos que surjan de relevancia clínica.
Se continuará profundizando en el conocimiento del papel que desempeña el medioambiente en la producción y la transferencia de resistencias y se amplían los esfuerzos para aumentar la concienciación en un mayor número de sectores.