La exministra de Sanidad y actual presidenta de la Agrupación Mutual Aseguradora (AMA), Ana Pastor, volvió a recordar sus tiempos como presidenta del Congreso de los Diputados con la presentación de su libro ‘Discursos Parlamentarios de Ana Pastor Julián’. En la cita, celebrada en la Cámara Baja, le acompañó la actual presidenta del hemiciclo, Francina Armengol; el líder popular, Alberto Núñez Feijóo; y el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, así como otras muchas figuras del ámbito político y sanitario, como la consejera de Sanidad madrileña Fátima Matute.
De hecho, Pastor ha resaltado en la apertura de su discurso que en la sala había muchas personas a las que “nos une algo: la sanidad”, destacando la gran presencia de “sanitarios y médicos”. Tras lo cual, ha asegurado que la cita se centraba en hablar de “esa trayectoria tan interesante y emocionante” de su vida recogida en el libro. “El camino ha sido largo y quiero dar las gracias aquí a todos los que me han acompañado en el mismo. Es un inmenso honor y una extraordinaria emoción poder estar de nuevo en compañía de todos ustedes”.
Como balance de su trayectoria política y sus años en la presidencia del Congreso, Ana Pastor, afirmó que “valió la pena porque estábamos defendiendo el interés general”
La protagonista de la presentación tomó prestadas unas palabras de Santiago Ramón y Cajal, una figura que siempre le resultó “inspiradora por su doble e indisociable condición de espejo para médicos y español movido por una incombustible devoción a su país”, quien decía que “hay un patriotismo infecundo y vano, el orientado hacia el pasado, y otro fuerte y activo, orientado hacia el porvenir”.

Como balance de su trayectoria política y sus años en la presidencia del Congreso, Ana Pastor, afirmó que “valió la pena porque estábamos defendiendo el interés general”. Y entrado en su libro, escrito por Roberto L. Blanco Valdés, desveló que “los discursos contenidos fueron surgiendo al hilo de momentos y circunstancias diversas”. Pese a lo cual, todos ellos están vinculados con “el mismo espíritu, propósito y razón”: la política como instrumento de acuerdos que redunden en el bien común, velar por las instituciones y renovar el compromiso democrático.
Concluyó deseando que este libro que presenta se vea como “un pequeño testimonio de mi compromiso con España, su democracia y sus instituciones, a las que he procurado servir con dedicación y honestidad”
La exministra de Sanidad reflejó que espera que la promoción de estos propósitos pueda constituir “el humilde legado de su trabajo al frente del Congreso de los Diputados”. Asimismo, concluyó deseando que este libro que presenta se vea como “un pequeño testimonio de mi compromiso con España, su democracia y sus instituciones, a las que he procurado servir con dedicación y honestidad”.
TRAYECTORIA SANITARIA
Al margen de la presidencia de la Cámara Baja, la trayectoria política de Ana Pastor, médico de formación, está estrechamente ligada al ámbito sanitario. En sus comienzos fue jefa de servicio de Planificación Sanitaria de la delegación pontevedresa de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Galicia, gerente de Atención Primaria en la provincia de Pontevedra y, después, directora provincial del Servicio Gallego de Salud (Sergas). Posteriormente, ocupó diversos cargos de responsabilidad política, entre los que destacan su nombramiento como directora general de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface).
Una de sus medidas más recordadas fue la aprobación en 2003 del Plan Nacional para la Prevención y Control de Tabaquismo
Bajo el gobierno de Rajoy, fue ministra de Sanidad y Consumo durante los dos años 2002 y 2004. Un periodo no muy largo de tiempo que, sin embargo, sirvió para remodelar la Administración sanitaria con la aprobación con el apoyo unánime del Parlamento de la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud y con la tramitación de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias. Sin embargo, una de sus medidas más recordadas fue la aprobación en 2003 del Plan Nacional para la Prevención y Control de Tabaquismo, medida que fue bien acogida por los profesionales de la salud, pero que las sociedades científicas vieron insuficientemente financiada.