El pasado 7 de febrero, Rosa Romero fue elegida de nuevopresidenta de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados tras iniciarse la nueva legislatura. En dicha sesión, y una vez tomó posesión, la diputada del PP tomó la palabra y en su primer discurso mencionó los “muchos retos” que presentaba el ámbito sanitario, entre ellos una alerta sanitaria por el coronavirus que se había originado en China y que apenas contaba con un caso conocido en España. Ni por asomo se imaginaba ella, ni ningún político español, las dimensiones que tomaría la pandemia. Ocho meses después, Romero concede una entrevista a ConSalud.es donde recuerda el “dolor” y la “tragedia” que se palpaba en las primeras comisiones de Sanidad tras declararse el estado de alarma en el país y en la que al mismo tiempo se muestra especialmente crítica con las actuaciones que ha desarrollado el Ministerio de Sanidad.
Durante unas semanas, la Comisión de Sanidad del Congreso fue uno de los focos más relevantes durante la pandemia, coincidiendo con un confinamiento estricto. ¿Cómo vivió esos primeros plenos?
La Comisión de Sanidad era prácticamente una de las pocas reuniones que se celebraban en España y en el Congreso, en una situación tan trágica como era la de las semanas de marzo y abril. Eran sesiones muy reducidas, donde no participaban todos los miembros por estar en estado de alarma e incluso la mesa de la Comisión estaba reducida a la mínima expresión. Fue muy duro. En aquellas comisiones se palpaba lo que estaba viviendo España, con mucha seriedad y donde se notaba el dolor que se vivía en aquel momento. Eran nada más que noticias de gente que fallecía, de hospitales desbordados, de profesionales sanitarios sin medios para poder luchar contra el virus… Esa tragedia que vivía España se palpaba en la Comisión de Sanidad. Fueron largas en el trabajo de los portavoces y del ministro dando explicaciones. Esas comisiones no se me van a olvidar en la vida.
“Me preocupa que después de aquella época tan dura, en esta segunda ola de nuevo nos pilla otra vez el toro. Que no hayamos aprendido creo que es muy triste y muy lamentable”
Pero conforme pasaban las semanas, empezaron a ser comunes las críticas al Ministerio de Sanidad y al Gobierno. ¿Ha sido difícil llevar las sucesivas sesiones en una situación de tal dificultad?
LaComisión era difícil porque, en primer lugar, recordaremos que había días de casi 1.000 fallecidos. También difícil porque veíamos a los sanitarios que no tenían los medios de protección que necesitaban. Y porque no se tenía muy claro qué era lo que había que hacer ni se daban las decisiones concretas. Recuerdo a los portavoces pidiendo explicaciones de si eran necesarias las mascarillas o no, si las iban a exigir, etc. Ha habido mucha improvisación. En la Comisión, desde el primer día los portavoces fueron exigentes en pedir explicaciones pero también en hacer propuestas, todos las hacían. Pero, lógicamente, pedían explicaciones porque quien tenía la información era el Ministerio de Sanidad.
Rosa Romero junto a Salvador Illa, ministro de Sanidad, antes de una Comisión (Foto: Flickr PP)
Es verdad que el tiempo ha ido diciendo lo que ha pasado. Es terrible, porque se llegó tarde en mi opinión. Se tenía que haber actuado mucho antes, desde aquel 30 de enero que la OMS declaró la emergencia internacional sanitaria. En España nos hubiéramos preparado tomando medidas antes, porque las que hubo que tomar han sido de las más estrictas en todo el entorno pero hemos tenido los peores datos en gestión de la pandemia en número de fallecidos y de contagios. Lo que me preocupa es que después de aquella época tan dura, en esta segunda ola de nuevo nos pilla otra vez el toro. Que no hayamos aprendido creo que es muy triste y muy lamentable.
El ministro Illa se ha mantenido en su papel y no ha entrado en polémicas hasta la última sesión, en la que sí respondió a su compañera Ana Pastor, quien le había pedido que dimitiera. ¿Cómo vivió esa tensión entre una ex ministra de Sanidad y el actual ministro?
Yo apoyo totalmente la posición de Ana Pastor, conoce perfectamente el mundo sanitario y al haber sido ministra de Sanidad habla con más autoridad si cabe. Tanto ella como el PP, y ahora hablo como diputada popular, lo que en todo momento hemos pedido eran criterios homogéneos para toda España o que se estuviera preparado para la segunda ola como ya lo estaban advirtiendo expertos y científicos. El PP ha tendido la mano. Hemos llegado a grandes acuerdos en la Comisión de Reconstrucción, con medidas que había que poner en marcha, reformas legislativas, la creación de una Agencia Nacional de Salud Pública que fijara criterios homogéneos y donde hubiera expertos que avalaran las decisiones. Si las medidas que están tomando no están avaladas por técnicos y expertos, eso quiere decir que las decisiones están siendo políticas.
“El mensaje que trasladaba Sánchez en julio de que se había vencido al virus fue tremendamente irresponsable e hizo daño, porque dabas a entender que esto se había acabado”
Eso es negativo para luchar contra la pandemia y para la coordinación y el liderazgo que tiene que asumir el Ministerio de Sanidad. Políticamente, la situación está siendo mucho más tensa y tiene su explicación. En un principio, la pandemia llegó y lo más importante que había que pedir y exigir era proteger a los sanitarios y escuchar a los científicos. Pero, una vez pasada la primera ola, no nos puede pasar lo mismo y que en verano no se hayan hecho las reformas que pactamos con el Gobierno.
Además de Ana Pastor, la portavoz del PP Cuca Gamarra ha pedido la dimisión del ministro de Sanidad. ¿Usted también cree que debe dimitir?
Estoy de acuerdo con la decisión de Cuca Gamarra y, por supuesto, con la de mi partido como diputada del PP. Están planteando ahora en octubre unos indicadores comunes para toda España y un plan de actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión del virus, cuando se tenía que haber hecho en mayo o junio. The Lancet decía que “cómo es posible que en España la desescalada se hizo tan rápido sabiendo que iba a haber una segunda ola”. Lo más triste es que se tengan que tomar ahora medidas muy duras de confinamiento por no haber hecho el trabajo antes.
Usted misma ha dirigido sus críticas a Illa en una reciente sesión de control al Gobierno. Más allá de su visión como diputada del PP, ¿qué opinión le merece?
En lo personal, no tengo nada que decir. Tenemos una relación de respeto institucional en lo que él representa al Gobierno y yo presido una Comisión que tiene la función de controlarle. Ese es el papel que cada uno tenemos que desarrollar, en base a lo que nos marca nuestro reglamento y la Constitución Española. Pero, es verdad que con el conocimiento que tengo después de trabajar meses en la Comisión de Sanidad, de haber sido testigo en primera línea de la gestión de la pandemia y viendo lo que dicen expertos y organismos prestigiosos a nivel internacional, España es el país del mundo que peor ha gestionado la crisis sanitaria del Covid-19.
Rosa Romero, diputada del PP, durante una sesión de control al Gobierno (Foto: Congreso)
¿Por qué no se tomó en serio el virus? Soy muy crítica con el Gobierno porque lo demuestran los datos oficiales y científicos, y también lo soy con no conocer los datos reales de fallecidos. Es muy duro que una familia que no ha podido despedir a un familiar, que encima no esté reconocido de qué ha fallecido. El INE, el MoMo, el ISCIII hablan de un exceso de mortandad de 50.000 fallecidos. Está claro que han fallecido por el Covid-19, por síntomas relacionados. O, por ejemplo, que seamos el único país que los fines de semana no informe de los datos, cuando son muy importantes para conocer la situación y tomar las decisiones.
Se ha hablado mucho de la responsabilidad individual de los ciudadanos para que cumplan con las medidas. A nivel general, se ha cumplido. Pero, ¿no cree que lo que está fallando ahora es la responsabilidad institucional de las distintas administraciones?
Efectivamente hay que apelar a la responsabilidad ciudadana, porque son muy importantes las medidas que nos dicen las autoridades sanitarias. No me canso de decirlo, porque también es mi obligación y responsabilidad por el cargo que ocupo, que cumplan las medidas: mascarillas, la distancia social, la higiene, evitar contactos fuera de nuestro grupo habitual, etc.
"Al exigir la responsabilidad ciudadana, el primero que debe ser responsable es el que debe ejercer el liderazgo, que es el Ministerio de Sanidad"
Pero claro, al exigir responsabilidad ciudadana, el primero que debe ser responsable es el que debe ejercer el liderazgo, que es el Ministerio de Sanidad. En primer lugar en la coordinación de las medidas, no puede ser que cada comunidad autónoma establezca las que considere oportuno, tiene que haber unos indicadores y criterios comunes, homogéneos y avalados por expertos. No puede ser que en verano, después de la desescalada Sánchez dijera que “hemos vencido al virus” cuando todos sabían que la pandemia no terminaba y que había que seguir vigilantes. Ese mensaje que se trasladaba en julio era tremendamente irresponsable e hizo daño, porque dabas a entender que “esto se ha acabado”.
Mientras, la mayoría de ciudadanos (70%) piden que sean Gobierno y CC.AA., en colaboración, quienes se hagan cargo de la lucha contra la pandemia, según el último barómetro del CIS. ¿Está primando más el interés partidista que la voluntad de acuerdos?
Sí estoy de acuerdo en que esto es una cuestión de cogobernanza. Las comunidades autónomas tienen la competencia en la gestión sanitaria y el Ministerio la tiene en la gestión de la pandemia. Efectivamente, se tiene que hacer desde la coordinación y la colaboración. Pero, claro, no puede ser que se haya dejado en manos de las autonomías, porque hay cuestiones como la salud pública que le corresponde liderarlo al Ministerio, que conoce lo que está ocurriendo en todo el territorio nacional. Por eso, las medidas y los indicadores deben consensuarse y acordarse con las comunidades. Desde luego, la imposición del estado de alarma a Madrid es una temeridad, mientras que en Navarra, con más casos, no se están tomando esas decisiones. El virus no entiende de fronteras, pero es importante que las medidas sean iguales para todos en función de indicadores y criterios técnicos, no políticos. No hay que polemizar, claro que no, pero primero el Gobierno de España se tenía que haber puesto las pilas y haber trabajado en la segunda ola. De nada sirve si son diferentes en Madrid o en mi tierra, Castilla-La Mancha. Es malo para la lectura de los ciudadanos, que se pierden, y por el virus, que afecta a la vida de las personas.
Rosa Romero, presidenta de la Comisión de Sanidad (Foto: Flickr PP)
Según esta misma encuesta, las principales preocupaciones de los ciudadanos son la situación sanitaria por el coronavirus, la crisis económica, pero también el mal comportamiento de los políticos. ¿Hace alguna autocrítica?
Efectivamente, el ciudadano quiere que se le den soluciones, no quiere vernos enzarzados en peleas que no sean productivas. Pero en eso, el que más responsabilidad tiene es el que está en el Gobierno y la situación no ayuda. En la primera fase, el PP estuvo apoyando los estados de alarma porque entendíamos que era necesario en aquel momento. También hemos apoyado el RD de “nueva normalidad” y hemos llegado a un gran acuerdo por la sanidad en la Comisión de Reconstrucción. Pero no puede ser que se lleve a la máxima expresión y hacernos comulgar con ruedas de molino. El PP, en la responsabilidad que tenemos de ejercer la oposición y de controlar al Gobierno, no puede permitir lo que está pasando, donde hay falta de criterios y de decisiones técnicas, frente a lo que creemos que son decisiones políticas. No queremos broncas, queremos acuerdos pero con el que tiene la responsabilidad.
"En política tenemos que ser muy prácticos y, sobre todo, útiles. Si de entrada vemos que la moción de censura no va a ser útil para el ciudadano, para qué perder tiempo en esto si hay muchas cosas que hacer"
En Europa se están tomando diferentes medidas. Algunas duras como los toques de queda o los cierres de bares y restaurantes. ¿Cree que son oportunas para España?
En Europa también sería bueno que hubiera unos criterios homogéneos para todos. Hay países que están tomando unas medidas, y otros otras diferentes. Soy defensora de que las medidas que haya que tomar estén avaladas por los técnicos, que haya un comité de expertos en el Ministerio de Sanidad y en la Agencia Nacional de Salud Pública que debe ponerse en marcha de forma urgente y que ahí se evalúen, con los datos reales de lo que está pasando, las medidas que hay que tomar. Estas deben ser las que mejor consideren los técnicos y expertos para que no se propague el virus, lo contengamos, salvemos vidas y apoyar a los sanitarios. No digo si son mejores las de Francia, las de Bruselas, las de Holanda o las de Italia. Deben estar avaladas por los técnicos y en eso siempre va a estar de acuerdo el PP.
La semana pasada se debatió en la Comisión la propuesta del sindicato de Enfermaría (Satse) para que España fije por ley un ratio de pacientes por enfermero y que se acerque a la media de la UE. ¿Cree que es posible que esta vez sí salga adelante?
Estamos de acuerdo con esa Iniciativa Legislativa Popular, que efectivamente llegó al Congreso hace unos años pero que por las sucesivas convocatorias electorales no ha podido tramitarse. En esto hay mucho que mejorar y mucho que hacer. Que se vaya a aprobar definitivamente la ley, no sabría qué decirle, pero que el procedimiento va a seguir sí porque tenemos legislatura por delante como para poder completar su trámite al completo. Es muy importante la labor de las enfermeras. Este año, además, es el año internacional de las enfermeras y matronas, declarado por la OMS. ¡Quién nos iba a decir el año que les iba a esperar a las enfermeras y a todos los sanitarios! Es importante que mejoremos los ratios por población. Soy de una tierra muy despoblada como Castilla-La Mancha, sé la importancia que tiene contar con un profesional sanitario cerca. Es esencial en el ámbito de la prevención, por ejemplo en un día como el de ayer, el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, al igual que el diagnóstico precoz. Ahí están también la labor de la atención primaria y de salud pública, crucial para evitar muchas enfermedades y tratarlas a tiempo.
"La salud pública es nuestra economía y es nuestra vida, y es algo que en los últimos años se ha dejado en un plano secundario. Tiene que ser una prioridad en la agenda del país"
Esta semana es la moción de censura de Vox contra el Gobierno de coalición. Algunos diputados del PP ya han manifestado que prefieren una abstención al no. ¿Qué opina usted?
En este momento, estamos en pleno debate interno de cuál va a ser nuestra posición, que se conocerá en la votación. En mi opinión, será porque he sido alcaldesa, en política tenemos que ser muy prácticos y, sobre todo, útiles. Al trabajar en política cercana, he intentado siempre que mi trabajo sea productivo de cara a que tuviera una repercusión directa en el ciudadano. Ahí está la utilidad del político, del partido y del servicio que nosotros hacemos. De entrada, veo que es una moción que no cuenta con los votos que sumen para quitar a este Gobierno, aunque sea cierto que es el peor Gobierno en el peor momento. Los votos de los diputados son los que emanaron de las últimas elecciones generales. Ojalá dieran los votos, pero en ese caso el PP habría presentado la moción de censura hace tiempo. Si de entrada vemos que no va a ser útil para el ciudadano, para qué perder tiempo en esto si hay muchas cosas que hacer.
¿Cómo vaticina el resto de la legislatura en la Comisión de Sanidad? ¿Habrá más acuerdos que discrepancias?
A esta Comisión le espera muchísimo trabajo. Hasta ahora, se incidía en que la gestión sanitaria estaba transferida a las comunidades autónomas, pero se ha demostrado que es muy importante, más que nunca, que la sanidad debe ser un tema de Estado, que necesita de una coordinación nacional y que la salud pública tiene que ser una prioridad en la agenda del país. La salud pública es nuestra economía y es nuestra vida, y es algo que en los últimos años se ha dejado en un plano secundario. Hay mucho que hacer, no sólo en el recorrido de la gestión de esta pandemia y decisiones importantes que hay que tomar en el ámbito de la salud pública, también en otros temas como son las enfermedades crónicas o en estar preparados para otros posibles virus que puedan venir. Espero que haya mucho acuerdo, la salud de los ciudadanos es un tema que debe estar por encima de ideologías y de partidismo, es de Estado. Y junto a los expertos y a los profesionales, es muy importante contar con las asociaciones de pacientes, que tienen que tener una voz en los órganos sanitarios donde se decide y se debate.