El cambio climático se erige ya como la mayor amenaza para la salud pública y podría ser el desencadenante de la próxima pandemia a la que la humanidad tenga que hacer frente. Nos encontramos en un escenario en el que el clima de la Tierra cambia rápidamente y estamos siendo testigos de un importante aumento de los eventos meteorológicos extremos. Una fotografía que ha llevado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a acelerar sus esfuerzos en materia de seguridad y protección del medio ambiente.
A pesar de que muchos piensan que la labor de la OTAN se limita a acciones de defensa, durante década se ha ocupado de problemas de seguridad medioambiental que pueden provocar desastres humanitarios, tensiones entre países y violencia. Entre sus acciones la OTAN brinda apoyo de socorro en casos de desastres, se centra en lo riesgos medioambientales de las actividades militares y de la seguridad en general, entre los que destacan aquellos que afectan al suministro de energía mediante la búsqueda de formas para mejorar la eficiencia energética en las Fuerzas Armadas a través de tecnologías innovadoras.
La OTAN ha dado respuesta a los desafíos de seguridad relacionados con el medio ambiente como los eventos climatológicos adversos, el aumento del nivel del mar, el riesgo de inundaciones, agotamiento de los recursos naturales, degradación de la tierra, peligros geológicos y contaminación. Factores todos que pueden afectar en diferentes grados a la salud de las poblaciones que los sufren.
En este sentido cabe destacar las acciones desarrolladas por la Alianza para limpiar, por ejemplo, los restos de las guerras que ponen en peligro a miles de personas en todo el mundo incluso décadas después de la finalización de los conflictos bélicos.
En materia de seguridad ambiental la OTAN está desarrollando iniciativas a través de su Programa de Ciencia para la Paz y la Seguridad (SPS, por sus siglas en inglés), el Centro Euroatlántico de Coordinación de la Respuesta a Desastres (EADRCC, por sus siglas en inglés) y proyectos del Fondo Fiduciario. Los fondos fiduciarios fueron establecidos por los Estados miembros y socios con el fin de proporcionar recursos para ayudar a los países a implementar proyectos prácticos en las áreas de desmilitarización, transformación de la defensa o desarrollo de sus capacidades.
La OTAN ha dado respuesta a los desafíos de seguridad relacionados con el medio ambiente como los eventos climatológicos adversos, el aumento del nivel del mar, el riesgo de inundaciones, agotamiento de los recursos naturales, degradación de la tierra, peligros geológicos y contaminación
Desde 1969 el SPS de la OTAN ha brindado apoyo a actividades de cooperación que abordan cuestiones de seguridad medioambiental, incluidas las relacionadas con la defensa. Desde que la OTAN comenzó a trabajar con los Estados miembros y sus socios en la década de 1990 a través de actividades científicas, se ha incluido la seguridad ambiental como una de las principales actividades de cooperación a la hora de abordar aquellos problemas que amenazan la seguridad de los países.
La OTAN comenzó a desarrollar su política de protección medioambiental a finales de la década de 1970, lo que dio lugar a una serie de directrices y normas. En la actualidad, la política ambiental de la OTAN establece que las fuerzas dirigidas por la OTAN “deben esforzarse por respetar los principios y políticas ambientales en todas las condiciones”.
El trabajo centrado en la protección del medio ambiente por parte de la OTAN se realiza a través de:
- Grupo de Trabajo de Protección Ambiental (EPWG, por sus siglas en inglés)
Su principal objetivo es reducir los posibles impactos nocivos de las actividades militares en el medio ambiente mediante el desarrollo de políticas de la OTAN, documentos de estandarización y mejores prácticas en la planificación e implementación de operaciones y ejercicios.
- Equipo de Especialistas en Eficiencia Energética y Protección Ambiental (STEEEP, por sus siglas en inglés)
Su principal misión es integrar las normas de protección ambiental y eficiencia energética en los requisitos y especificaciones técnicas para armamentos, equipos y materiales en las fuerzas navales de los Estados miembros y sus socios.
En la actualidad, la política ambiental de la OTAN establece que las fuerzas dirigidas por la OTAN “deben esforzarse por respetar los principios y políticas ambientales en todas las condiciones”
Décadas de actividades de grupos de expertos allanaron el camino para la elaboración del documento de política general sobre "Principios y políticas militares de la OTAN para la protección del medio ambiente", acordado por el Comité Militar de la OTAN en 2003 y actualizado en 2011. Este describe las responsabilidades de los comandantes militares para la protección del medio ambiente.
Durante la preparación y ejecución de actividades militares. También reconoce la necesidad de "una armonización de los principios y políticas ambientales para todas las actividades militares dirigidas por la OTAN”. Ofrece instrucciones a los comandantes de la OTAN para que apliquen " las mejores medidas de protección ambiental factibles y practicables", con el objetivo de reducir los impactos ambientales causados por la actividad militar.
El documento se complementa con varios Acuerdos de Estandarización de Protección Ambiental de la OTAN (STANAG, por sus siglas en inglés) y Publicaciones Conjuntas de Protección Ambiental Aliadas (AJEPP, por sus siglas en inglés), que se centran en proteger el medio ambiente durante el desarrollo de las actividades militares de la OTAN.
En 2021, la OTAN adoptó un ambicioso Plan de Acción de Seguridad y Cambio Climático para incorporar las consideraciones sobre el cambio climático en la agenda política y militar de la OTAN.