Los próximos 29 y 30 de junio Madrid acogerá la celebración de la cumbre de la OTAN, con motivo del aniversario del 40º aniversario de la adhesión de España a la Alianza Atlántica, cuya finalidad es garantizar la libertad y la seguridad de los países miembros por medios políticos y militares.
A través de los medios políticos promueve los valores democráticos y permite que los miembros consulten y cooperen sobre cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad para solventar problemas, fomentar la confianza y, a largo plazo, evitar conflictos. El uso de los medios militares se fundamenta en el compromiso de la OTAN de la resolución pacífica de controversias. Cuando los esfuerzos diplomáticos no dan sus frutos, la fuerza militar emprende operaciones de gestión de crisis. Estas operaciones se llevan a cabo bajo la cláusula de defensa colectiva del tratado fundacional de la OTAN (artículo 5 del Tratado de Washington) o por mandato de las Naciones Unidas, por sí sola o en cooperación con otros países y organismos internacionales.
Desde el punto de vista de la protección de la salud hay que hablar del apoyo médico-militar que presta la OTAN. Su principal misión es preservar y mantener la salud y la fuerza de combate de las fuerzas armadas. A través de la cooperación entre civiles y militares, los servicios médicos militares fortalecen y facilitan los esfuerzos para hacer a problemas médicos como la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2. Además de estas funciones, el apoyo médico es una de los dominios de planificación clave para sus operaciones.
Con el estallido de la pandemia los servicios médicos militares apoyaron a las autoridades civiles, apoyaron las reservas médicas nacionales y la cooperación civil y militar para luchar contra el virus. En este sentido hay que hablar del Comité de Jefes de los Servicios Médicos Militares de la OTAN (COMEDS), principal organismo de asesoramiento médico militar dentro de la OTAN.
En estos dos últimos años de pandemia COMEDS ayudó a coordinar los aspectos médicos militares de la pandemia entre los países miembros y socios para identificar problemas que requerían armonización, atención inmediata, decisión o acción. A pesar de que la mayoría de los países miembros de la OTAN cuentan con sistemas de salud robustos, a menudo carecen de la capacidad suficiente para tratar a un gran número de pacientes como sucedió en los momentos más críticos de la pandemia. En este sentido la colaboración civil-militar demostró un gran valor apoyando el papel fundamental de la estrecha cooperación entre las autoridades civiles y militares.
“Si bien el personal y las unidades médicas militares ayudaron a los civiles en las pruebas, el seguimiento y el tratamiento de los pacientes, las fuerzas armadas brindaron apoyo logístico y otros servicios, según se requería”
“Hay planes nacionales de respuesta a la pandemia, pero no siempre la capacidad y los recursos para hacer un seguimiento, por lo que, en casi todos los países, se solicitó a las fuerzas armadas que apoyaran la lucha contra la pandemia. Si bien el personal y las unidades médicas militares ayudaron a los civiles en las pruebas, el seguimiento y el tratamiento de los pacientes, las fuerzas armadas brindaron apoyo logístico y otros servicios, según se requería”, exponen desde la OTAN.
La comunidad médica militar de la OTAN también desarrolla nuevos conceptos de apoyo médico para las operaciones, con énfasis en la innovación y la eficacia, la atención médica multinacional, la modularidad de las instalaciones de tratamiento médico y las asociaciones.
La Junta Asesora de Futuros de COMEDS (CFAB, por sus siglas en inglés), en colaboración con la Organización de Ciencia y Tecnología de la OTAN (STO, por sus siglas en inglés) y Allied Command Transformation (ACT) para el desarrollo de capacidades médicas, apoya los preparativos para futuros desafíos médicos-militares.
Los futuros eventos, crisis o conflictos que la OTAN pueda enfrentar en los próximos años son una preocupación directa para la comunidad médica y militar. Las tecnologías emergentes y disruptivas (EDT, por sus siglas en inglés) se definen como tecnologías o descubrimientos científicos cuyos efectos en las funciones empresariales, de seguridad y de defensa de la Alianza no están del todo claros y se espera que tengan un efecto importante en la OTAN en el período 2020-2040. El desarrollo de EDT brinda a la OTAN la oportunidad de repensar su enfoque de las operaciones, incluso para mantener su ventaja tecnológica en el apoyo médico-militar.
“COMEDS mantiene su compromiso de servir a la OTAN y a los estados individuales para enfrentar estos desafíos futuros de naturaleza volátil, incierta y compleja. COMEDS, como organismo de coordinación clave, continuará brindando apoyo para identificar y desarrollar nuevas herramientas, formas y soluciones para equipar a Alliance con un soporte médico ágil, receptivo, efectivo, innovador y optimizado”, exponen.