La esperanza de vida aumenta año a año y con ella el envejecimiento de la población y la cronificación de enfermedades. Estas cuestiones están haciendo que los países comiencen a replantearse sus sistemas de salud para abordar estas nuevas dinámicas. Además, algunas entidades como el Banco de España o la AIReF, ya han alertado en sus últimos informes de que debemos transitar hacia modelos más eficientes teniendo en cuenta esta nueva realidad. Por ello, desde la OCDE se ha emitido un informe que recomienda una serie de “mejores prácticas en salud pública”, para hacer frente a la situación. Este modelo pasaría por una transformación a una sanidad más “integrada”.
Todos los países pertenecientes a la OCDE han aumentado notablemente su esperanza de vida en los últimos años. En el caso de españa ha pasado de una esperanza de vida de 72 años en 1970 a casi 84 en la actualidad. De hecho, nuestro país se encuentra en el tercer lugar en cuanto a esperanza de vida, sólo por detrás de Japón (84.4) y Suiza (84). Las estimaciones, además, indican que casi dos tercios de la población de 65 años o más viven con una o más enfermedades crónicas. Estos pacientes a menudo requieren atención multidisciplinar, por lo que la OCDE recomienda modelos de atención integrados y centrados en el paciente. “Los modelos de atención desempeñan un papel clave para hacer que los sistemas de salud sean más resilientes”, explica en el informe.
España ha pasado de una esperanza de vida de 72 años en 1970 a casi 84 en la actualidad
La primera de las recomendaciones pasaría por algunos cambios en la gobernanza. “Los sectores de atención social y de la salud a menudo están fragmentados, lo que dificulta la implementación de modelos de atención integrada para toda la población”. En este sentido, la OCDE recomienda incorporar a los servicios de salud la atención social y cubrir así todos los servicios de manera integrada. También se aconseja, aunque en España no se podría aplicar de igual manera dado que nuestra sanidad es pública, considerar modelos de pago innovadores (adicionales, agrupados, capitados integrales…).
En segundo lugar, se propone poner el foco en el personal, ya que la actual cultura de “estancos” impide que los profesionales brinden atención multidisciplinaria centrada en el paciente. Para ello se aconseja invertir en programas de formación para mejorar las competencias del personal sanitario, incluyendo habilidades “duras” (salud digital, herramientas TIC) y “blandas” o transversales (asesoramiento conductual, comunicación, construcción de relaciones…). También se recomienda incorporar nuevos roles profesionales que redunden en esta integración, como la figura de los administradores de casos, el especialista de referencia, el enfermero de enlace hospitalario o el médico de atención domiciliaria.
Los modelos de atención desempeñan un papel clave para hacer que los sistemas de salud sean más resilientes
Asimismo, se recomienda atender a las herramientas digitales y sistemas de información en salud, que “juegan un papel clave en el apoyo a la atención integrada”. Ello pasa por fomentar la inclusión digital de poblaciones vulnerables, promover el uso de herramientas digitales entre los sanitarios, y realizar cambios institucionales y organizativos para transformar digitalmente el sector salud. En este caso destacan acciones como crear una estrategia digital general, fortalecer el intercambio de los datos de salud ydesarrollar la capacidad institucional y operativa en este sentido.
En cuanto a “monitorización y evaluación” se habla de recopilar datos, que luego sean comparables de manera internacional, sobre los cambios en las experiencias de los pacientes para determinar su eficacia y la manera de aplicarlos.
Las herramientas digitales y sistemas de información en salud, que juegan un papel clave en el apoyo a la atención integrada
Por otro lado, la OCDE recomienda centrarse en la igualdad en salud. Y es que, “las poblaciones vulnerables corren un mayor riesgo de sufrir una fragmentación de la atención”. Para ello sería necesario evaluar el impacto de los modelos de atención integrada en diferentes grupos de población y adaptarse en consecuencia, y promover la alfabetización en salud entre las poblaciones vulnerables.
La última de las recomendaciones pasa por ampliar los estudios de casos de integración y transferirlos. Por ejemplo, aquellos casos en los que se ponen en marcha programas integrales en una región concreta, deberían ampliar el servicio a todo el país. Para ello es necesario mejorar los vínculos dentro de los propios países para poder actuar de manera cohesionada.
ESPAÑA COMO EJEMPLO EN LA OCDE
Este informe describe los hallazgos que se han alcanzado tras la revisión de 13 estudios de casos de atención integrada seleccionados, entre los que se encuentran 4 modelos españoles. Se trata del Programa de hospitalización en el hogar de Cataluña. El Hospital-at-Home ( H@H ) ofrece a los pacientes atención domiciliaria aguda que, de otro modo, se brindaría en un entorno hospitalario.
El informe describe los hallazgos de 13 estudios de casos de atención integrada seleccionados, entre los que se encuentran 4 modelos españoles
Otro de los modelos de estudio es el de atención integrada para pacientes multimórbidos, que forma parte dela estrategia para la cronicidad en elPaís Vasco. Incluye una evaluación integral de línea de base; planes de atención individualizados; atención de un equipo multidisciplinario; alta hospitalaria coordinada; programas de empoderamiento de pacientes; y un sólido sistema de información de salud. Los pacientes elegibles se identifican a través de un sofisticado sistema de estratificación de riesgo, que cubre el 100% de la población.
Asimismo, se estudiaron los servicios sanitarios de Badalona. El Ayuntamiento de este municipio desarrolló una organización asistencial integrada que aglutina a los sectores sanitario y sociosanitario: Badalona Serveis Assistencials. Finalmente, se investigaron también los Planes de Acción Personalizados (PAP) de Andalucía. El programa PAP describe un proceso formal mediante el cual los médicos y los pacientes colaboran para crear un plan de tratamiento longitudinal en personas con una o más enfermedades crónicas.