El eurodiputado del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, Nicolás González Casares, afronta una legislatura europea que a buen seguro estará marcada por nuevos avances en el ámbito sanitario comunitario. En un contexto mundial de incertidumbre por la salida de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con la experiencia previa de crisis como la de la Covid-19, González defiende en ConSalud.es la eficacia de nuestros sistemas de salud, así como nuestras políticas de salud pública, como un factor protector para Europa. Además, apunta a la urgencia de avanzar en un consenso sobre la reforma del paquete farmacéutico en el marco de la Unión Europea.
¿Cuáles son las prioridades en Salud que se ha marcado el Grupo Socialista y usted en particular durante la presente legislatura europea?
En material de salud, para la población de la Unión Europea las muertes evitables siguen estando relacionadas con enfermedades no infecciosas y muy especialmente con los riesgos asociados a hábitos de vida; siendo el principal, en su contribución a la mortalidad, el tabaquismo. La Comisión debe trabajar ya una propuesta para revisar la legislación del tabaco y reforzar la regulación si realmente queremos una generación libre de humo.
"Los nuevos productos como el cigarrillo electrónico, vapeadores de sabores, pouches de nicotina y demás son productos mercadotécnicamente orientados a conseguir nuevos fumadores entre los jóvenes europeos"
Los nuevos productos como el cigarrillo electrónico, vapeadores de sabores, pouches de nicotina y demás son productos mercadotécnicamente orientados a conseguir nuevos fumadores entre la población joven, y la Unión Europea no puede permitirse no entrar a regular esto con determinación.
¿Cuáles diría que son actualmente las cuentas pendientes o iniciativas legislativas sanitarias que no pueden demorarse mucho más?
Desde luego, la reforma del paquete farmacéutico debe avanzar. No debería demorarse el trabajo en sacar adelante una posición común por parte de la presidencia polaca. Toca reflexionar, pues el mundo ha cambiado en los últimos meses y en materia de concesión de propiedad intelectual internacional se debería pensar si realmente queremos conceder beneficios a quienes nos frenan con aranceles, porque eso no es promover innovación en Europa.
¿Puede adelantarnos algún campo concreto en el que se esperan próximos avances?
En cuanto a la conocida como Critical Medicines Act, esperamos una propuesta de la Comisión sobre la materia. No deben perder el objetivo de que el fin último del paquete es poner fin a la escasez de medicinas. Si interviniendo en ello conseguimos algo positivo en materia de política industrial, bienvenido; pero debe haber una prioridad de salud pública.
La anterior Subcomisión de Salud Pública (SANT) se ha transformado en una comisión permanente de pleno derecho. ¿Qué lectura hace de ello? ¿Supone dotar a la salud de un papel aún más preponderante en Europa?
Hemos visto en los últimos cinco años que los Estados europeos tienen que cooperar de forma muy estrecha si quieren realmente realizar una acción eficaz en materia de salud. Por ejemplo, el reporte de la Critical Medicines Alliance indica la pertinencia de realizar compras conjuntas de medicinas para abordar el problema de escasez, entre otras medidas.
El hecho de que tengamos una comisión legislativa responde a esta necesidad y a la necesidad de articular una política europea de salud pública coherente
Muchas soluciones pasan por una mayor cooperación y europeización de los problemas comunes. El hecho de que tengamos una comisión legislativa responde a esta circunstancia y a la necesidad de articular una política europea de salud pública coherente.
¿Debe Europa dar un paso al frente en su colaboración con la OMS tras la salida de los EE.UU. de Donald Trump? ¿Qué puede suponer esto para la salud global?
Europa nunca ha abandonado el multilateralismo y para nosotros la perspectiva OneHealth es una prioridad. Por solidaridad, porque el derecho a la salud no puede entenderse sin una visión humanista que es necesariamente universal; pero también por eficacia. No habrá muro tan alto, ni Europa-fortaleza con las alambradas suficientes que proteja a los europeos de otro brote pandémico u otras amenazas sanitarias similares o climáticas.
"Una de las cosas que tiene encima de la mesa la Unión Europea es llevar adelante a ese respecto las negociaciones del Acuerdo sobre prevención, preparación y respuesta frente a pandemias que prepara la OMS"
Por eso esta es una perspectiva que no solo es moralmente buena, sino que también es la única eficaz. Abandonar la ciencia y la cooperación lleva al caos. Ojalá lo que veamos en Estados Unidos sea una vacuna tan efectiva contra la extrema derecha como las que la industria europea produjo contra el Covid-19.
Precisamente, una de las cosas que tiene encima la Unión Europea es llevar adelante a ese respecto las negociaciones del Acuerdo sobre prevención, preparación y respuesta frente a pandemias que prepara la OMS. La Comisión negocia en nombre de todos los Estados Miembros, y ahí debe poner todos los esfuerzos de su parte porque ese acuerdo salga adelante, entre otras cosas porque no podemos reaccionar con miedo a todo lo que estamos viendo.
"La resiliencia, capacidad de respuesta y eficacia de nuestros sistemas de salud, así como nuestras políticas de salud pública en general, son un factor protector para Europa"
Tenemos que decirle al mundo que Europa responde de forma coherente a todo lo que siempre hemos defendido y, con acuerdos como este, protegeremos mejor tanto a la población europea como a la de muchos otros países de riesgos como el que supuso la pandemia.
En el actual contexto mundial de belicosidad, ¿teme que la preocupación de la UE por su seguridad aparque otros aspectos tan importantes como el de avanzar en la salud comunitaria del continente?
Igual que no podemos esperar construir una 'Eurofortaleza' que nos aísle de los riesgos del mundo; tampoco podemos esperar que un entendimiento puramente militar de nuestra seguridad nos proteja de las amenazas. La resiliencia, capacidad de respuesta y eficacia de nuestros sistemas de salud, así como nuestras políticas de salud pública en general, son unfactor protector para Europa tan necesario e importante como los misiles, los soldados y las bombas. La articulación de nuestra seguridad tiene que tener una perspectiva social, política, y militar y de salud.
La reflexión es evidente: EE.UU. se desliza en el caos con el ejército más poderoso del planeta como respaldo. La capacidad militar será necesaria, pero quien piense que es lo único que necesitamos no ha entendido tampoco qué es lo que Europa hace bien y tenemos que seguir haciendo mejor.