Hace menos de un mes que Dolors Montserrat cumplió su primer año en el ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Un mandato no precisamente destacable por sus acciones en materia sanitaria. Portavoz del Gobierno y activista contra el desafío independentista, Montserrat ha sido, hasta el último aliento, la principal patrocinadora de la candidatura de Barcelona por albergar la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Una apuesta que el ‘procés’ se ha terminado de llevar por delante este lunes quedando eliminada en la primera fase de la votación.
El referéndum del 1 de octubre empezó a ennegrecer el futuro de la agencia en la capital condal. Con la aplicación del artículo 155 de la Constitución en la comunidad, y el consiguiente cese de todo el Govern, entre ellos el titular de Salud, Toni Comín, y la toma de control de la ministra de la sanidad catalana, la candidatura era prácticamente insostenible.
De hecho, a principios de este mes el Financial Times publicaba el augurio que se daba por sentado entre parte del sector sanitario pero nadie se atrevía a afirmar, dando por perdidas las opciones de Barcelona. En cambio, Montserrat hizo oídos sordos y continuó mostrando públicamente su optimismo. “Somos la mejor candidatura técnicamente. Vamos a seguir trabajando para que el próximo 20 de noviembre la #EMA venga a España”, escribía en su cuenta de Twitter el 9 de noviembre.
Además, y a vueltas con la independencia, el enfriamiento entre las relaciones entre gobierno central y catalán clavó la puntilla para el traslado de la agencia europea a España. Lo que en un momento se vio como la unidad entre Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento en torno a la candidatura de Barcelona para ser sede de la EMA, el conflicto manifiesto entre administraciones ha terminado por convertir este asunto en un arma arrojadiza entre las partes.