Los fármacos de acción sintomática lenta (SYSADOA, por sus siglas en inglés SYmptomatic Slow Acting Drug for OsteoArthritis) son un grupo terapéutico de medicamentos concebidos para el tratamiento de la artrosis, una patología considerada como la enfermedad reumatológica más frecuente en España.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, dirigido por María Luisa Carcedo, baraja entre sus múltiples planes de actuación dejar de financiar estos fármacos en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS). Así lo publicó en exclusiva ConSalud.es el pasado 25 de octubre, explicando que el propósito del Gobierno podría ser la obtención de capital para la financiación de otros tratamientos que se han aprobado en las últimas fechas, como es el caso de Champix.
A juicio del doctor Josep Vergés, presidente de la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI, por sus siglas en inglés Osteoarthritis Foundation Internacional), la decisión del departamento sanitario supondría un "grave perjuicio" para los millones de pacientes con artrosis en nuestro país.
"Estamos muy preocupados porque los pacientes no tengan acceso a unos tratamientos que presentan una sólida evidencia"
En declaraciones a este medio, el doctor Vergés explica que los SYSADOA, concretamente el condroitín sulfato y la combinación condroitín sulfato más glucosamina, son un grupo de fármacos "eficaces" y "seguros" que han demostrado en diversos ensayos clínicos su buen hacer en artrosis de rodilla y dedos, donde apenas han presentado efectos adversos.
En este contexto, el máximo representante de OAFI indica que la artrosis en una "enfermedad de género". De hecho, la Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE), relativa al año 2017, revela que la artrosis es la principal patología crónica entre las mujeres de más de 15 años de edad.
Por todo ello, el presidente de la Fundación Internacional de la Artrosis se pregunta lo siguiente: "¿Por qué la artrosis tiene que ser una enfermedad en la que los pacientes no tengan derecho a tener un tratamiento correcto?". "Estamos muy preocupados porque los pacientes no tengan acceso a unos tratamientos que presentan una sólida evidencia", finaliza.
EL PACIENTE, PERJUDICADO
En la misma línea se muestra farmacéutico Eloi Merencio, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), quien defiende la "eficacia" y la "garantía" de esta familia de medicamentos.
"En aquellas autonomías en las que está muy instaurado el tratamiento de los SYSADOA, los pacientes nos dicen que estos fármacos les funcionan muy bien"
"En aquellas autonomías en las que está muy instaurado el tratamiento de los SYSADOA, los pacientes nos dicen que estos fármacos les funcionan muy bien, por lo que la desfinanciación podría ser un perjuicio para su salud articular", afirma a ConSalud.es.
Una situación que derivaría en que los pacientes se vean obligados a "rascarse el bolsillo" y que tenga que ser la propia ciudadanía de nuestro país la que tenga que financiarse sus tratamientos frente a la enfermedad de la artrosis.
UN MERCADO DECISIVO
Toda vez conocidos los medicamentos que se verían damnificados por la decisión del departamento sanitario, es preciso apuntar que los SYSADOA son un grupo terapéutico que genera entre 35 y 40 millones de euros al año. Un mercado que está compuesto, casi en su práctica totalidad, por tejido empresarial español.
Si Sanidad toma la decisión de desfinanciar este grupo terapéutico, un millón de personas se verán afectadas en España y no tendrán otra alternativa que ofrezca seguridad y eficacia avalada
Si finalmente Sanidad toma la decisión de desfinanciar este grupo de medicamentos, un millón de personas se verán afectadas en España y no tendrán otra alternativa terapéutica que ofrezca seguridad y eficacia avalada por diversos estudios clínicos.
Todo ello a pesar de que tan solo el 5% de los costes en el tratamiento de la artrosis corresponden a los fármacos. El 46% son costes asistenciales, el 22% son las bajas laborales, el 13% son los ingresos hospitalarios y, por último, el 7% las pruebas diagnósticas.