El Ministerio de Sanidad ha sometido al trámite de información pública el proyecto de Real Decreto por el que se establecen los criterios de calidad en Medicina Nuclear. Hasta el próximo 15 de marzo, la iniciativa podrá recibir aportaciones de las diferentes entidades sociales para su mejora o revisión.
Según reza el resumen ejecutivo del RD, la propuesta de regulación contempla la adecuación de “la estructura, recursos, organización y funcionamiento de las unidades asistenciales de Medicina Nuclear a los parámetros de suficiencia, eficacia y seguridad que impone la actual evidencia científica, alcanzando los máximos estándares de calidad y seguridad, con los programas de garantía de calidad como el instrumento esencial para la consecución de los anteriores objetivos”.
La propuesta tendrá un impacto de género "positivo" por incorporar prescripciones sobre medidas especiales a adoptar en procedimientos durante el embarazo y la lactancia
Uno de los objetivos principales que se persiguen, por tanto, es “la necesidad de revisar y adecuar los criterios de calidad por los que se rigen las unidades asistenciales de Medicina Nuclear a las previsiones genéricas y referencias particulares contenidas en el Real Decreto 601/2019, de 18 de octubre, sobre justificación y optimización del uso de las radiaciones ionizantes para la protección radiológica de las personas con ocasión de exposiciones médicas”.
IMPACTO DE GÉNERO, LA INFANCIA Y LA FAMILIA
Esta propuesta normativa sí tendrá un “impactodegéneropositivo” ya que incorpora “determinadas prescripciones relativas a medidas especiales a adoptar en procedimientos diagnósticos o terapéuticos durante el embarazo y la lactancia, que constituyen para la mujer una ampliación y mejora de las garantías de protección radiológica en dichas exposiciones”.
El proyecto de RD también incorpora prescripciones que constituyen "una ampliación y mejora de las garantías de protección radiológica en las exposiciones de niños y adolescentes”
Igualmente, subrayan cómo el proyecto “tiene un impacto positivo en la infancia y adolescencia, ya que incorpora determinadas prescripciones que constituyen una ampliación y mejora de las garantías de protección radiológica en las exposiciones de niños y adolescentes”.
Además, también lo tiene sobre la familia “a través de los efectos directos en el ámbito de la salud pública, la asistencia sanitaria, la calidad y seguridad de las prestaciones y los derechos y garantías de los pacientes”.