Hacía años que el Ministerio de Sanidad no lideraba una campaña informativa de prevención del tabaquismo. De 2007 a 2017 esta labor quedó paralizada. Luego, bajo el mandato de Dolors Montserrat, se inició una acción dirigida especialmente a los jóvenes. Y la última, presentada recientemente por María Luisa Carcedo, tenía como objetivo alertar del riesgo para la salud que supone cualquier forma de tabaco. Entre ellas, los cigarrillos electrónicos.
También llamados vapeadores, estos pequeños depósitos cuentan con un sistema electrónico compuesto por una batería recargable y un atomizador que vaporiza la mezcla introducida en él (líquido con o sin nicotina, propilenglicol, saborizantes y otros compuestos químicos). De esta forma, basta con inhalar el vapor producido para simular un cigarrillo tradicional, puesto que también emite humo.
Sanidad incide en que "aunque puedan parecer diferentes" el resto de formas de consumo "están asociados a los mismos efectos perjudiciales para la salud que los cigarrillos convencionales"
Pero, a pesar de que en muchas ocasiones se ha asociado este método a una nueva forma de dejar de fumar o a una alternativa más saludable, Sanidad avisa de que “su seguridad y eficacia como ayuda para dejar de fumar no han sido demostradas”. Al mismo tiempo, subraya que “no se pueden excluir los riesgos para la salud asociados al uso o exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos”.
En este sentido, desde el departamento que lidera Carcedo han tratado de equiparar cualquier forma de consumir tabaco, redundando en que “aunque puedan parecer diferentes, el resto de productos están asociados a los mismos efectos perjudiciales para la salud que los cigarrillos convencionales”.
CAMPAÑA OFENSIVA
Durante la presentación de la campaña, tanto la ministra de Sanidad en funciones como Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, recalcaron que los cigarrillos electrónicos o los vapeadores “son perjudiciales para la salud”. Carcedo denunciaba que “la publicidad de los nuevos productos del tabaco quiere hacer creer a los jóvenes que fumar un cigarrillo electrónico es sexy o que fumar un vapeador es moderno y estiloso”.
Carcedo alerta que el cigarrillo electrónico "crea adicción, es una puerta de entrada al consumo de tabaco y es un factor de riesgo para el consumo de otras drogas"
No obstante, alertaba que esta forma de tabaco “crea adicción, es una puerta de entrada al consumo de tabaco y es un factor de riesgo para el consumo de otras drogas”. Así, han insistido en que frente a otros tratamientos que sí han demostrado “su seguridad y eficacia” para dejar de fumar, para “los cigarrillos electrónicos no han sido demostradas” y que incluso “pueden prolongar el consumo e implicar riesgos adicionales”.
Por otra parte, Sanidad publicó recientemente una nota informativa tras las seis muertes y los 380 casos de enfermedad pulmonar grave asociados al consumo de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos. Desde el Ministerio, aconsejan a jóvenes, embarazadas y no fumadores usar los cigarrillos electrónicos puesto que “se han hallado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias y a nivel cardiovascular, así como algunas sustancias cancerígenas”.
PRIMERAS POSICIONES EN CONTRA
Sin embargo, esta ofensiva del departamento sanitario se está encontrando ya con algunas posiciones enfrentadas. En esta semana, decenas de personas se manifestaron frente al Ministerio de Sanidad para criticar la campaña, considerándola una “desinformación”. Este colectivo defiende que el cigarrillo electrónico “es un producto completamente distinto al tabaco convencional”.