El Ministerio de Sanidad quiere dar un impulso definitivo a la tramitación de la esperada Ley de prevención de los efectos negativos del consumo de alcohol en menores. Prometida en 2016 por la exministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el departamento que ahora lidera Carolina Darias ha tomado esta iniciativa como prioridad, como así quedó recogida en el Plan Anual Normativo para este 2022.
En esta línea, Sanidad ha iniciado este viernes el trámite de consulta públicaprevia a la elaboración del texto. Según recuerdan, este proceso ya se llevó a cabo en 2018, cuyas aportaciones fueron “recibidas y analizadas” y, según apuntan, “se tendrá en cuenta”. Sin embargo, consideran que debido al tiempo transcurrido, aconsejan “abrir un nuevo periodo de consulta”. Así, los sujetos, organizaciones y asociaciones podrán enviar sus aportaciones (menores-sinalcohol@sanidad.gob.es) hasta el 8 de abril.
Sanidad apuesta impulsar "medidas eficaces" dirigidas a proteger a los menores "frente a las consecuencias negativas" del consumo de alcohol y redundar en "la percepción de riesgo"
En el documento presentado, el Ministerio de Sanidad subraya la necesidad de “proteger a los menores de edad frente a las consecuenciasnegativas del consumo de alcohol”, así como “incrementar en el conjunto de la sociedad la percepción del riesgo que, para la salud de nuestros menores, comporta este consumo”.
En este sentido, desde el área que dirige Darias pretenden impulsar “medidas eficaces” para “evitar la problemática” asociada al consumo de alcohol en menores y con ello “hacer plenamente efectivos el derecho a la protección de la salud” de estas personas y “la tutela efectiva de la salud pública”, recogida en el artículo 43 de la Constitución Española.
SIN MEDIDAS ESPECÍFICAS
Por ahora, el Gobierno no ha detallado cuáles son las medidas concretas que contendrá la ley para proteger a los menores. En el texto presentado, de apenas dos páginas para justificar la norma, Sanidad insiste en que el objetivo principal es “la protección de las personas menores de edad, conforme a los mandatos constitucionales de protección de la infancia y de tutela de la salud pública”.
Por ahora, no se detallan medidas concretas; en los últimos años sonaron actuaciones como la imposición de sanciones, la limitación de la publicidad o incrementar los impuestos
Para ello, se marcan “objetivosespecíficos” como son la prevención del consumo de estas bebidas y los daños que pueda causar; impedir las actividades y conductas destinadas a “promover, favorecer o facilitar” este consumo; incorporar en el diseño y ejecución de las políticas públicas “actuaciones basadas en la evidencia científica” dirigidas a prevenir este práctica; y “promover hábitos saludables entre los menores de edad, y su educación frente al consumo de bebidas alcohólicas”.
Por ninguna parte aparecen planteamientos que han estado encima de la mesa en los últimos años. Por ejemplo, Dolors Montserrat llegó a plantear la imposición de sanciones a padres, vendedores o locales que permitieran que los menores bebiesen alcohol. También sonaron propuestas como la limitación de la publicidad de bebidas alcohólicas en páginas web y redes sociales, restringir las llamadas “happy hour” o subir los impuestos a estas consumiciones.
DATOS PREOCUPANTES
Desde hace años, las autoridades sanitarias alertan de un aumento del consumo de alcohol en menores de edad. Según la última Encuesta ESTUDES, y pese a que la venta de bebidas alcohólicas a este colectivo está prohibida, hasta un 74% de los menores de entre 14 y 18 años afirman haber probado el alcohol alguna vez en su vida. En esta línea, un 48% dice haberse emborrachado alguna vez en la vida.
El Ministerio subraya la “amplia evidencia científica” que existe sobre la vulnerabilidad de los menores que consumen “por estar en etapas de desarrollo”
De igual modo, Sanidad advierte que la edad de inicio en el consumo de alcohol en España “sigue siendo muyprecoz”. Para el consumo ocasional es de 14 años de media entre los adolescentes que consumen y para el consumo más habitual y con periodicidad semanal, 15,2 años.
Junto a estos datos, el Ministerio subraya la “amplia evidencia científica” que existe sobre la vulnerabilidad de los menores que consumen “por estar en etapas de desarrollo”, con afecciones al hígado, el páncreas y el cerebro, y porque “interfiere con el desarrollo madurativo del sistema nervioso central”. Además, apelan a “daños psicosociales” como un “peor rendimiento académico”, posibles “conflictos familiares” y “causa de accidentes”.
Finalmente, alertan sobre el “pocoriesgo” que perciben los menores en el consumo de bebidas alcohólicas. Esta circunstancia, y según indica evidencia científica, muestra que “cuando combinamos una menor percepción de riesgo, mayor tolerancia y mayor disponibilidad, nos encontramos con mayores prevalencias de consumo”.