El Ministerio de Sanidad ha actualizado esta semana el informe de agresiones a profesionales sanitarios. Con datos de 2021, se notificaron un total de 10.170 episodios violentos, tanto físicos como no físicos, lo que supuso el mayor dato desde que hay registros. Sin embargo, y a pesar de este aumento anual, las administraciones sanitarias son conscientes de que existe mucha más violencia de la que se notifica.
En el documento publicado, el Ministerio subraya que el incremento de agresiones notificadas puede deberse a varias razones. Por un lado, la “mayor concienciación” del problema por parte de los profesionales, así como por “una mayor receptividad y respaldo” de las administraciones, desde donde ahora “se les anima a denunciar y notificar”, cuando antes “pasaban desapercibidas”.
El incremento de las notificaciones se debe, Según Sanidad, a una mayor recogida de datos, a la mejor coordinación y al incremento real de las agresiones
Por otro lado, apuntan a una recogida “más exhaustiva” de datos, así como a “una mayor colaboración y coordinación” entre instituciones para la transferencia de información. Además, subrayan que esta subida de las notificaciones también bebe ciertamente, y por encima de todo, de un “incrementorealdeagresiones” y de la recuperación paulatina de la actividad asistencial tras la Covid-19.
HECHOS QUE DIFICULTAN LA NOTIFICACIÓN
Pero a pesar de todas estas circunstancias, desde el departamento que lidera Carolina Darias advierten de que la cifra real de profesionales sanitarios del SNS que sufren agresiones puede ser superior ya que aún se dan situaciones que dificultan la libre notificación de los sucesos acontecidos.
En esta línea, el Ministerio de Sanidad pone de manifiesto en el informe que “podría ser posible que sólo una parte del personal que trabaja en los sistemas sanitarios autonómicos notifiquen las agresiones y todavía existan numerosos incidentes violentos que no hayan salido a la luz”.
La sobrecarga en el trabajo de los profesionales o la asociación con el miedo y desesperación de los pacientes, posibles causas de las agresiones que no se notifican
De forma particular se refieren al apartado de “causas frecuentes de agresión”. Los datos indicaban que las más frecuentes son la atención percibida por el usuario (35,8%) y las relacionadas con las demandas del usuario (23,74%). No obstante, desde el Ministerio precisan que “cabe la posibilidad de que la cifra real de agresiones notificadas sea superior a la que se puede observar en este apartado”.
COVID-19, AMENAZAS VIRTUALES Y DOMICILIOS
Por otra parte, Sanidad señala otras situaciones que podrían haber dificultado una mayor notificación de casos. Se refieren, por ejemplo, a las restricciones derivadas de la evolución de la pandemia, llevando a la posibilidad “de que a pesar de que se hayan producido agresiones reales, los propios profesionales no las hayan notificado por las propias consecuencias de la crisis”.
Sanidad resalta de fijar un "enfoque diferenciado y multidisciplinar" a las situaciones de acoso que se producen en las redes sociales
En particular, mencionan aspectos como “la sobrecarga de trabajo, la paralización de procesos judiciales, o el aumento del teletrabajo”. Además, apuntan a agresiones que “por la situación y la tensión en sus puestos de trabajo no las hayan considerado importantes o las hayan asociado al miedo y desesperación por parte de los pacientes y sus familiares” ante una crisis “sin precedente alguno”.
Al mismo tiempo, en el documento citan otras situaciones de violencia fuera del ámbito sanitario que podrían no haber sido notificadas. Son, por ejemplo, las “situaciones de acoso o amenazas en sus propios domicilios”. Además, Sanidad sabe de la existencia de hechos violentos “e incluso situaciones de acoso en las redes sociales”, modalidad para la que consideran necesario “un enfoque diferenciado y multidisciplinar”.
MÁS VISUALIZACIÓN Y MÁS DATOS
Por estas razones, el Ministerio de Sanidad cree que es “incontestable” continuar con “la visualización” de esta problemática, así como “la concienciación y la sensibilización” de los profesionales y de la propia población. De hecho, reconocen que muchas de las denuncias presentadas “no se hacían efectivas previamente a las campañas divulgativas”.
Junto a ello, apuntan a “continuar con la recopilación de datos” y la “realización de estudios” con el objetivo de “obtener una serie de datos más consolidados y establecer una tendencia”. Finalmente, invitan a hacer “una reflexión” a todos los ámbitos de la sociedad para tener en cuenta el papel de los profesionales sanitarios “con el cuidado y la mejora de la salud de la población”.