La marcha de Patricia Lacruz, Directora General de la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, puede abrir una nueva era en la relación entre el ministerio de Sanidad y la industria de los medicamentos en la que los pacientes pueden verse beneficiados si cambia de forma radical la política del ejecutivo.
César Hernández, el sustituto de Lacruz, tiene una oportunidad para escuchar las demandas de los profesionales sanitarios y, sobre todo, de los pacientes que han pedido al Gobierno que los fármacos y los tratamientos más innovadores, especialmente en la lucha contra el cáncer, se incorporen de forma rápida a la sanidad pública.
Han sido demasiados los errores cometidos por la ya ex Directora General de la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, como el intento de desfinanciación de los SYSADOA o las trabas para eliminar el visado de la EPOC. Hernández tendrá que velar ahora por una gestión a favor de los pacientes y una mejor relación con el sector salud.
Otro de los principales retos que tiene por delante Hernández es avanzar en la financiación de los medicamentos contra el cáncer. Cuando nos comparamos con países avanzados, España queda mal parada. Alemania o Dinamarca financian el 90 y 80% respectivamente de estos medicamentos innovadores frente al 53% de nuestro país.
Otro de los principales retos que tiene por delante Hernández es avanzar en la financiación de los medicamentos contra el cáncer
La presidenta de la GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer) denunciaba que la oncología es una de las especialidades que mayor perjuicio sufre con los retrasos generados durante la pandemia. Fármacos, que según todos los expertos, han demostrado solidez, seguridad y eficacia clínica.
Al retraso sufrido por las obligaciones generadas por la COVID-19 y los problemas de financiación de los medicamentos, hay que sumar el retraso en la aprobación de estas terapias innovadoras ya disponibles para pacientes con necesidades urgentes sin que lleguen a tener el visto bueno del Ministerio.
Este tema, ya recurrente, llegó incluso al Congreso de los Diputados donde se aprobó una propuesta para que se incorpore de forma inmediata los nuevos fármacos contra el cáncer como máximo en un periodo de 180 días. Y es que en este sentido los datos son muy preocupantes. Según la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia), en su último informe anual sobre ‘Indicadores de acceso a terapias innovadoras’, los pacientes españoles tardan una media de 500 días en acceder a una de estos medicamentos. Especialmente preocupante es la situación de quien padece algún tipo de cáncer, sometidos a retrasos en el diagnóstico y el agravamiento de los pronósticos.
Si, como ya hemos realizado con la financiación de los medicamentos, comparamos estos datos con el resto de grandes países europeos, España vuelve a estar a la cola. En Alemania la espera para la aprobación de los medicamentos es de 133 días, en Francia de 240 y en Italia de 429
Hasta ahora, el ministerio ha justificado estos retrasos para la inclusión de fármacos al Sistema Nacional de Salud y se ha remitido siempre al ‘Documento Informativo sobre la financiación y fijación de precio de los Medicamentos en España’ y detallando que en 2021 se resolvieron 2.891 expedientes de medicamentos, un 21% más que en 2020 y 96 más que en 2019.