Javier Padilla ha vuelto a entrar al trapo en redes sociales. Esta vez, el secretario de Estado de Sanidad se ha pronunciado en X sobre una de las últimas polémicas que ha agitado al sector de los profesionales sanitarios que trabajan en nuestro país, después de que la Dirección General de Salud Pública y Equidad haya dado luz verde a la Guía que valida a los enfermeros para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos para tratar las infecciones del tracto urinario en mujeres (ITU). Con ella, ya son 10 los ámbitos que alcanza la prescripción enfermera, una competencia que, hasta hace no mucho tiempo, solo le correspondía a los médicos.
En concreto, Padilla respondió al comentario de un usuario que aseguraba que, “en la vida real, las enfermeras no quieren hacer nada de eso, ni recetar ni tratar con el médico”. “Todo esto viene por la falta de médicos y la intención de sustituirlos pasando su trabajo a otras categorías”, opinaba el internauta, a quien el secretario de Estado de Sanidad le expuso tres ejemplos concretos para rechazar sus argumentos y recordarle que “la prescripción enfermera no es para sustituir a los médicos”.
“Los médicos de familia haciendo ecografía en Atención Primaria no es para sustituir a los radiólogos. La prescripción social en la consulta de Atención Primaria no es para sustituir a los trabajadores sociales. Que los intensivistas hagan ecocardiografía a sus pacientes no es para sustituir a los cardiólogos”, indicó Padilla. “Adecuar y compatibilizar las funciones a las capacidades de unos profesionales cada vez más y mejor formados no es para sustituir a otras profesiones, es, sobre todo, para mejorar la atención a los pacientes”, insistió.
Y es que la prescripción enfermera, explicó el secretario de Estado de Sanidad, es un “avance competencial imparable" porque no es algo sanitario, "sino una dinámica que lo excede, un factor de estímulo para todas las categorías y profesionales y el lugar donde surgen formas mejores de hacer las cosas”. “Es lo que en inglés se llama ‘skill mix’”, apunta Padilla. Pero no se quedó ahí la cosa…
“Es sorprendente que un secretario de sanidad no conozca la ley. La prescripción enfermera no existe. Y por supuesto que afecta a la seguridad del paciente cuando asumen diagnóstico y tratamiento con el único objetivo de abaratar costes. El modelo inglés es un mal modelo”, le respondió también en X Jorge Fernández, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, quien, tras su mensaje, volvió a recibir la réplica de Javier Padilla. “El concepto de 'prescripción enfermera' claro que existe. Otra cosa es que su materialización en el ámbito del medicamento -que no es lo único que se prescribe y que implica, entre otras cosas, finalismo- no lo haga en el marco legislativo de nuestro país en la actualidad”, escribió.
“Es sorprendente que un secretario de sanidad no conozca la ley. La prescripción enfermera no existe"
Después, para terminar su argumentación, Padilla le recordó al facultativo que conocía "algo" la ley. “Me resulta muy sorprendente esa interpelación en forma y fondo, pero bueno, entiendo que cada cual a su modo”, manifestó el representante del Ministerio de Sanidad, quien, como especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, pertenece precisamente a uno de los colectivos profesionales que más se han opuesto a esta nueva medida. “Conviene utilizar la terminología jurídica que existe en España para no confundir a la población. No pasa nada por asumir un error”, le espetó Fernández para dar por cerrado el “debate” en redes sociales... pero no en la práctica real.
MUCHAS VOCES EN CONTRA
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) emitió, a los pocos días de la aprobación de la Guía, un comunicado en el que mostraba su rechazo a la medida, puesto que consideran que la prescripción de medicamentos es un acto únicamente médico y que requiere un “alto grado de responsabilidad y formación”. “No solo implica la elección del fármaco adecuado, sino que es el resultado final de un proceso que se inicia con la anamnesis o exploración física y la realización de pruebas clínicas, que continúa con un planteamiento diagnóstico y finalmente termina con un plan de manejo terapéutico”, indican.
En la misma línea va la argumentación del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), que ha decidido ir un paso más allá recurriendo la citada Guía. Y es que, señalan desde el CGCOM, apoyando así lo que el facultativo del Hospital Virgen de las Nieves respondió a Javier Padilla en X, la Guía “no se ajusta al objetivo del Real Decreto 954/2015, de 23 de octubre, ya que vulnera el marco normativo de la profesión médica y los pactos interprofesionales acordados tanto en su elaboración como en el tratamiento de la información que posteriormente se difunde”. "Tanto la legislación europea como la española reservan en exclusiva a médicos, odontólogos o podólogos, en el ámbito de sus competencias respectivas, la facultad de instaurar tratamientos con medicamentos sujetos a prescripción médica", añaden.
"No entendemos este resquemor hacia unas actuaciones que favorecen una atención sanitaria eficaz y ágil"
El último estamento colegial en sumarse al rechazo de la medida ha sido el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), que, como el CGCOM, ya había recurrido guías de prescripción enfermera anteriores. Lo volverán a hacer con la de las infecciones del tracto urinario, puesto que consideran que la atribución de competencias “que exceden el marco competencial de los profesionales de enfermería" va en detrimento de las que ostentan los farmacéuticos. En concreto, critica el CGCOF, esta Guía vulnera uno de los puntos de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos, que, recuerdan, “concede expresamente a los farmacéuticos la competencia específica para realizar el seguimiento del tratamiento a través de los procedimientos de atención farmacéutica”.
Desde el Consejo General de Enfermería (CGE), por su parte, se muestran “sorprendidos” por todas estas quejas, y defienden la prescripción enfermera: "Lejos de esta intención alarmista y lesiva para la sociedad y los pacientes, estas actuaciones de las enfermeras suponen un beneficio indudable en la atención sanitaria, pues agilizarán distintos procesos asistenciales y se garantiza un seguimiento más estrecho del paciente”. "No entendemos este resquemor hacia unas actuaciones que favorecen una atención sanitaria eficaz y ágil. Es una prescripción colaborativa, bien definida y que no implica riesgo alguno para el paciente como algunos quieren hacer creer en un discurso alarmista y algo retrógrado”, lamenta Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.