Cuando llamamos por teléfono a Tamara Contreras, médica intensivista en el Hospital Mateu Orfila de Menorca, nos responde extasiada. Viene de hacer tres días seguidos de guardia, y dentro de apenas unas horas pondrá rumbo a Madrid para reunirse nada más y nada menos que con Mónica García, ministra de Sanidad. Cogerá el avión a las siete de la mañana, y poco después de terminar, a eso de las tres de la tarde, tomará otro de vuelta a la isla. “Yo tengo que seguir trabajando, claro”, asegura.
Tamara entregará, en la sede del Ministerio de Sanidad, las más de 100.000 firmas que ha logrado reunir en tan solo un mes y medio en su petición de Change.org. Y es que el objetivo de esta iniciativa es, precisamente, acabar con las famosas guardias de 24 horas que tanto cansan física y mentalmente a los médicos de nuestro país. “Llevo 20 horas despierta, 18 de ellas trabajando. ¿Quieres que te atienda cuando tu vida dependa de lo que yo haga? YO NO”, reza su petición, iniciada el pasado 3 de marzo.
“Se pusieron en contacto conmigo médicos de todo el país para expresar esa sensación de ya no poder más"
“Yo me acababa de leer ‘Egoísmo del bueno’, de José Antonio Ritoré, el creador de Change, y se me quedó en la cabeza todo el tema del activismo, de visibilizar un problema y luchar por él. Así que un día que venía de una guardia quise contar lo que me había pasado y cómo me sentía”, explica a ConSalud.es la médica, cuya cuenta de Instagram, @uci_para todos_, en la que divulga sobre el ejercicio de la Medicina centrado en los servicios de urgencias, cuenta ya con 17.000 seguidores. La bola de nieve fue así creciendo en redes sociales, hasta llegar al momento actual.
“Se pusieron en contacto conmigo médicos de todo el país para expresar esa sensación de ya no poder más. Me iban diciendo ‘yo lo he dejado’ o ‘yo lo voy a dejar’, porque es imposible conciliar esto con la vida familiar. Es terrible tener vocación y que sea el sistema el que te empuja a irte”, denuncia Tamara, quien lamenta, en su petición, lo mucho que sus hijas la echan de menos: “Dicen que siempre estoy cansada”.
“Los médicos trabajamos muchísimo, y es importante que la gente sepa que cuando hacemos una guardia no libramos dos o tres días, que es lo que se suele pensar. Nadie se piensa que cuando llega a las dos de la mañana a una UCI el médico que le está atendiendo lleva allí desde las ocho de la mañana del día anterior”, insiste. Así, para lograr un mayor impacto del mensaje, la especialista expuso en la petición de Change.org el citado caso de su guardia del 3 de febrero, cuando le sonó el busca a las tres de la mañana: “Me temblaban las manos del cansancio y del estrés”.
"Es terrible tener vocación y que sea el sistema el que te empuja a irte”
“Un chico de 21 años politraumatizado se desangraba. Cinco minutos antes soñaba no recuerdo el qué, y de repente le estaba canalizando para transfundirle sangre e intubándole para evitar una parada cardiaca. A las 7 de la mañana conseguimos que se estabilizara”, recordaba Tamara. “Me costaba hilar una frase. Se me caían los párpados. Tenía palpitaciones y la cabeza me martilleaba. Y no fue una excepción. Esta es la realidad de nuestro actual sistema sanitario, que obliga a que los médicos hagamos jornadas de 24 horas, poniendo en riesgo la vida de nuestros pacientes”, añadía.
“En ese momento de madrugada, por muy cansado que tú estés, sacas fuerzas de donde no las hay cuando tienes delante a un paciente que se puede morir. Pero una vez que pasas ese momento de estrés máximo, te viene el bajón posterior. Te sientes como si te hubiera pasado un camión por encima, y llegas a casa súper cansado, sin poder disfrutar de tus hijos ni de nada bonito. Llevas 24 horas encerrada y ahora te tienes que volver a encerrar para poder descansar”, señala a este medio Tamara, quien se ha puesto como objetivo alcanzar las 150.000 firmas.
UNA REUNIÓN ESPERANZADORA
Ante tal éxito de la petición, que pide implementar un máximo de 12 horas de guardias médicas, como ya hizo Reino Unido en su momento, la médica decidió programar un viaje a Madrid para entregar las firmas en mano. Pero lo que no se esperaba es que la propia Mónica García quisiese reunirse con ella: “Yo di el paso porque tenía confianza en quienes tenemos ahora al mando, que son médicos asistenciales, y por eso sentía que era el momento oportuno. Se unen todos los factores para que de aquí pueda salir algo bueno en algún momento”, afirma.
“Lo primero que voy a hacer es, por supuesto, escuchar, escuchar y escuchar, y ayudar en la medida de lo posible. Pero también hacer ver que el cambio tiene que ser urgente, porque llevamos anclados 50 años en un mismo sistema organizativo que ya ha estallado. Los médicos dejan sus especialidades para irse a otras en las que no tienen guardia, y los residentes ya eligen plaza en función de la calidad de vida”, reivindica Tamara, que tiene programada su reunión con la ministra a las 11:30. “Yo he sido la que me he comprado mi vuelo y he gestionado todo”, sentencia.