El ConsejoInterterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), que se reúne de forma presencial este jueves en Córdoba, ha aprobado entre otros puntos la Estrategia de Salud Mental del SNS para el periodo 2022-2026. Quince años después de que se aprobara la última, las comunidades autónomas tendrán, ahora sí, un nuevo documento marco al que seguir para actuar en el ámbito de la salud mental.
Tras varios meses de discusión, entre el Ministerio de Sanidad, las autonomías, sociedades científicas y asociaciones de pacientes, el Interterritorial ha validado este esperado plan. Sin embargo, a pesar de su extensión (155 páginas), la Estrategia tiene algunas carencias ya que, según ha podido saber ConSalud.es, no tendrá por sí misma un compromiso presupuestario y tampoco habla de ratios mínimas de profesionales.
Pese a no contar con dotación económica en sí misma, Sanidad ha propuesto desarrollar la Estrategia mediante dos planes bianuales con presupuesto
Con respecto al aspecto económico, fuentes autonómicas presentes en el pleno de este jueves apuntan a este medio que el propósito del departamento que lidera Carolina Darias es desarrollar la Estrategia a través de dos planes bianuales, los cuáles sí contarían con presupuesto. Aún así, de forma paralela está el compromiso del Gobierno de impulsar un plan de acción a tres años dotado con 100 millones de euros.
En el documento final, al que ha tenido acceso ConSalud.es, se hace mención en varias ocasiones a la recomendación de “dotar a los servicios de salud mental de recursos humanos, económicos y de espacios físicos necesarios” para desarrollar las estratégicas recogidas. En este sentido, aunque se cita que existe una “reconocida falta de recursos suficientes” para las especialidades relacionadas con la salud mental, no hay un compromiso expreso de llegar a una ratio mínima de profesionales.
Sobre el ámbito laboral, Sanidad pone las esperanzas en el impulso del Registro Estatal de profesionales junto a la actualización del estudio sobre la oferta y necesidades de especialistas médicos. Con estas actuaciones, esperan que “facilite que se formen y se disponga del número más adecuado de profesionales de salud mental para satisfacer las necesidades de la población”.
10 LÍNEAS ESTRATÉGICAS
1. Autonomía y derechos. Entre las recomendaciones, proponen “reducir progresivamente al mínimo imprescindible las intervenciones que van en contra de la voluntad de la persona con trastorno mental”. También plantean un protocolo de actuación y “un registro del uso de las contenciones y otras prácticas coercitivas”, estudiar las quejas en la atención sanitaria o “incluir la participación real y efectiva” de los afectados “en los equipos de salud mental”.
2. Promoción de la salud mental de la población y prevención. Sanidad y autonomías promoverán hábitos de vida saludables entre la población, sensibilizarán a los profesionales y compartirán acciones para los medios de comunicación.
La Estrategia recomienda a los profesionales “tener una adecuada formación” para evaluar a niños y adolescentes con riesgo de depresión “registrando el perfil de riesgo en su historia clínica”
3. Prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida. El plan contempla la formación y capacitación de profesionales sanitarios y de trabajo social “en identificación de grupos de riesgo y en técnicas de entrevista para la detección y manejo del riesgo suicida”. Igualmente, se fomentará una “adecuada continuidad” de cuidado de las personas que han realizado una tentativa de suicidio y se implantarán “protocolos de prevención” en “colegios, universidades, Administración, lugares de trabajo, centros sociosanitarios y centros de atención a personas mayores”.
4. Atención a las personas con problemas de salud mental basada en el modelo de recuperación en el ámbito comunitario. En este punto, recomiendan dotar a la atención primaria “de recursos e instrumentos para el abordaje inicial de la atención a la salud mental”. Además, proponen incorporar la perspectiva de género en esta materia, desarrollar programas socio-sanitarios, entrenar a las figuras parentales, posibilitar la conexión con el paciente ingresado y evita la estigmatización.
5. Salud mental en la infancia y en la adolescencia. Tras aprobarse la especialidad de Psiquiatría infantil y de la adolescencia, la Estrategia recomienda a los profesionales “tener una adecuada formación” para evaluar a niños y adolescentes con riesgo de depresión y otros problemas de salud mental “registrando el perfil de riesgo en su historia clínica”. Además, se deberán hacer “de forma rutinaria” preguntas de síntomas depresivos y de su estado mental “en cada evaluación”.
6. Atención e intervención familiar. Los expertos instan a orientar la formación “hacia la erradicación de actitudes paternalistas o compasivas” y que trabajen “el fomento de la autonomía” de estas personas. Por otra parte, se promoverán acciones formativas “que impliquen a familiares y personas allegadas” y se fomentará el desarrollo de “programas de cuidado o atención en el propio domicilio”.
Las comunidades autónomas deberán regular la participación de profesionales y del movimiento asociativo “en los órganos consultivos y de asesoramiento relacionados con la salud mental”
7. Coordinación. La recomendación es encaminarse hacia una atención basada en “intervenciones complementarias y coordinadas” que proporcionen los cuidados “de forma coherente entre sí, optimizando los recursos disponibles”. Además, se fomentará la disponibilidad de servicios de asesoría y de apoyo para “garantizar que en todas las intervenciones se respeten los derechos de las personas”.
8. Participación de la ciudadanía. Las comunidades autónomas deberán regular la participación de profesionales y del movimiento asociativo “en los órganos consultivos y de asesoramiento relacionados con la salud mental”. Así, se incluirá a personas con este tipo de problemas “en los grupos y comisiones de trabajo en cada departamento de salud”.
9. Formación. La Estrategia recomienda impulsar una formación “desde un modelo centrado en la persona y en el fomento de su autonomía y sus derechos”. Igualmente, se promoverá de forma específica la formación de los profesionales del ámbito de la salud mental y se fomentarán “acciones formativas para las personas que realizan cuidados informales” de estas personas.
10. Investigación, innovación y conocimiento. En este último punto, las comunidades deberán incluir en sus planes de salud mental “la promoción y el impulso a la investigación”. En esta línea, se promoverá el trabajo en red en los sistemas de información e investigación en este ámbito y se desarrollarán estudios de investigación “acerca de la presencia del estigma en los medios de comunicación y redes sociales”.
CRONOGRAMA
El documento aprobado incluye también un cronograma de actuación. Según especifica, la medición de resultados se plantea hacer “a partir del tercer año de la aprobación de la Estrategia”. Así, se dará tiempo a que las comunidades autónomas desarrollen los objetivos incluidos.
Antes, en el primer trimestre de 2022, se constituirá el Comité de Seguimiento y Evaluación. La evaluación del desarrollo de la Estrategia, en base a una serie de indicadores cuantitativos y cualitativos que se aprobarán en los próximos meses, se elaborará a finales de 2025. Mientras, la presentación del informe de evaluación se hará en el Consejo Interterritorial a mediados de 2026.
((NOTICIA EN CONSTRUCCIÓN))