Corría el mes de octubre de 2018 cuando la titular del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, anunciaba en el Congreso de los Diputados que su departamento estaba trabajando en una nueva Estrategia de Salud Mental "bajo los principios de respeto y autonomía, de recuperación de los derechos de las personas con problemas y siguiendo el modelo de salud mental comunitaria".
En este sentido, la ministra explicaba que el desafío de Sanidad es abordar la salud mental en positivo priorizando, por tanto, el fomento del bienestar emocional desde los distintos ámbitos. "La educación para la salud, también la mental, y educación en valores como el arma más eficaz para combatir cualquier atisbo de estigmatización", ha señalado la ministra. "Y también, por cierto, del acoso escolar".
"La educación para la salud, también la mental, y educación en valores como el arma más eficaz para combatir cualquier atisbo de estigmatización"
A juicio de María Luisa Carcedo, la salud mental de los jóvenes es, en gran parte, producto de las condiciones sociales que viven, la educación que reciben, el ambiente en que están inmersos y los servicios de bienestar que les prestan apoyo. Por todo ello, apelaba a las comunidades autónomas, administraciones responsables de los servicios de salud mental, a aunar esfuerzos en torno a esta estrategia desde su elaboración hasta su implantación.
"Trabajaremos para establecer canales eficaces que permitan la participación de las personas que sufren problemas de salud mental y de sus familiares, para recoger sus necesidades y expectativas, sus vivencias y el modo en que les afecta su relación con el entorno social", destacaba la ministra.
"Solamente con esta tarea conjunta", aseveraba Carcedo, se mejorará la calidad de vida de quienes sufren trastornos de salud mental. "Tenemos un gran reto por delante y confío en que vayamos de la mano para lograrlo. Contamos con ustedes, ustedes pueden contar con nosotros".
En la historia natural de las enfermedades mentales hay denominadores comunes, los que llamamos determinantes sociales y ambientales de la salud mental
En la historia natural de las enfermedades mentales hay denominadores comunes, los que llamamos determinantes sociales y ambientales de la salud mental. La pobreza, la exclusión, la falta de instrucción, la soledad y el entorno social disruptivo.
"Circunstancias que están también en el origen del tratamiento 'especial' de la enfermedad mental y, por qué no decirlo, de cierta estigmatización que envuelve a estas dolencias", ha afirmado la ministra. "Como sociedad tenemos la obligación y la responsabilidad de erradicar estas actitudes".