Con motivo del Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha querido agradecer la labor altruista de los donantes de órganos y de sus familias, en especial de los 18 donantes que con su gesto han logrado que se realicen 55 trasplantes renales en nuestro país.
En el marco de este día, Darias se ha reunido en el Ministerio de Sanidad con la directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil; la enfermera coordinadora de la ONT, Marta García; y por Daniel Gallego, presidente de ALCER, en representación de la Unión de Trasplantados de Órganos Sólidos (UTxs), además de representantes de los cuatro colectivos que la integran: la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), la Federación de Fibrosis Quística (FEFQ), y la Federación Española de Trasplantados de Corazón (FETCO).
Además, Darias ha anunciado hoy el avance con el Ministerio de Inclusión de una acción conjunta para que las personas que donan uno de sus órganos en vida puedan tener la cobertura sanitaria y laboral que necesitan, incluyendo la baja laboral. “Es una reivindicación justa que nos hacen llegar desde las asociaciones de pacientes y que tanto el ministro Escrivá como yo estamos trabajando para que se haga una realidad con el correspondiente cambio del marco normativo. Una muestra más de que este Gobierno de Progreso trabaja para mejorar la vida de las personas”, ha asegurado Darias.
Desde 2010, un total de 333 personas se han interesado por el Programa de Donación Renal Altruista o de Buen Samaritano
Tal y como informa Sanidad, "la donación de órganos, tejidos y células realizada en vida o tras el fallecimiento permite prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de miles de pacientes cada año en nuestro país". Al hilo, Domínguez-Gil ha recordado que, aunque la donación es siempre un acto altruista, hay un tipo de donación que lo es en grado superlativo: la realizada por un grupo de personas que deciden dar un paso más y donar en vida uno de sus riñones a un paciente desconocido y al que no tendrán la posibilidad de conocer.
Ellos forman parte del Programa de Donación Renal Altruista o de Buen Samaritano, que puso en marcha la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en el año 2010. Por cada donante altruista, de media, tres pacientes han recibido el riñón que les ha permitido mejorar su calidad de vida. Desde 2010, un total de 333 personas se han interesado por esta iniciativa, mediante la que la protección del potencial donante es el pilar fundamental y el protocolo de actuación extremadamente garantista.
El personal de la ONT ha llegado a entrevistar a 285 de estas personas y tras esta primera toma de contacto y una valoración pormenorizada por parte de los profesionales de los equipos españoles de trasplante que participan en este programa, finalmente 18 personas completaron la evaluación médica y psicosocial con éxito y fueron donantes efectivos. Gracias a ellos, se iniciaron 17 cadenas de trasplantes cruzados (uno de ellos donó directamente a la lista de espera) y 55 personas se pudieron trasplantar.
"Es una intervención segura, aunque conlleve algunos riesgos, y con ello ayudo a una madre, a un hijo o a un padre”
"Los donantes altruistas tienen una media de edad de 48 años, de profesiones muy diferentes, habitualmente sin cargas familiares y con una clara trayectoria vital altruista (son también donantes de sangre o de médula ósea, con tarjeta de donante, colaboradores o miembros de ONGs). Tras ser informados de las diferentes opciones, prácticamente todos deciden donar al programa de trasplante renal cruzado e iniciar cadenas de trasplantes, con lo que incrementan exponencialmente el impacto de su solidario gesto. Transcurrida más de una década desde que se iniciara este Programa, la ONT ha realizado una evaluación exhaustiva de la experiencia de estos 18 donantes y de las implicaciones psicosociales que la decisión que tomaron ha tenido en sus vidas", recoge Sanidad.
EL DONANTE ALTRUISTA: "LO VOLVERÍA A HACER"
“Nosotros no queremos ninguna medalla, ni un homenaje público; sólo queremos que se hable con normalidad de la donación altruista a un desconocido sin que nos miren con suspicacia y que más gente se interese por este Programa”, explican Carlos, María Jesús y Pablo. Ellos forman parte de este reducido grupo de 18 donantes buenos samaritanos que hasta ahora no se conocían. Por primera vez, la ONT les ha reunido para que puedan intercambiar impresiones con otras personas que han pasado por el mismo proceso.
Carlos estrabajador social y vive en Cataluña. Tiene 36 años y considera que “la donación es un acto cívico. Más que por qué doné, en realidad me pregunto por qué no iba a donar. Es una intervención segura, aunque conlleve algunos riesgos, y con ello ayudo a una madre, a un hijo o a un padre”.
María Jesús trabaja en una empresa de alimentación en la Comunidad Valenciana. Tiene 61 años y vive con un familiar con problemas de salud le hizo valorar la importancia de estar sano: “Le veía tan mal, que pensé que tenía la obligación de hacer algo. El detonante fue un programa que vi de enfermos renales en diálisis que me marcó y decidí hacerlo”. Pablo es médico, vive en el País Vasco, tiene 54 años y se reafirma en su decisión: “La satisfacción de donar es algo increíble y lo volvería a hacer”.