La titular en funciones del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, ha invitado este lunes, durante la inauguración de la '11ª edición del Diploma de Salud Pública y Género', a trabajar en el abordaje de la salud desde la perspectiva de género para evitar desigualdades. Así, ha explicado que "es necesario profundizar en el conocimiento específico de las diferentes etapas esenciales de su vida, como la primera regla, la etapa reproductiva y de crianza y la menopausia, que condicionan su estado de salud y calidad de vida".
Además, la ministra, que ha estado acompañada por la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti, ha subrayado que se debe trabajar en "acciones específicas para acompañar a las mujeres en la promoción de su salud con información sanitaria y educativa de calidad". Y ha llamado la atención sobre la importancia de "generar un mayor conocimiento científico sobre patologías específicas que sólo sufren las mujeres, como la endometriosis, o aquellas en que la prevalencia es mucho más elevada, como por ejemplo los trastornos alimentarios o las enfermedades autoinmunes, entre otras".
"Se debe trabajar en acciones específicas para acompañar a las mujeres en la promoción de su salud con información sanitaria y educativa de calidad"
Reflexionar sobre cómo optimizar tanto la educación para la salud como la calidad de la asistencia en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS), pensando en mejorar su diagnóstico precoz y el acceso a los servicios sanitarios es otro de los mensajes que ha querido transmitir a los alumnos de este curso, que se imparte de forma colaborativa, entre la Escuela Nacional de Salud del Instituto de Salud Carlos III y el Observatorio de Salud de las Mujeres del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Para todo ello, ha insistido en que "es necesario reforzar la acción intersectorial en salud en todas las políticas".
PERSPECTIVA DE GÉNERO Y SALUD
María Luisa Carcedo ha señalado que existen algunos indicadores en nuestro país que ponen de manifiesto el género como factor determinante en el ámbito de la salud. Así, aunque la esperanza de vida de las mujeres es más elevada que la de los hombres (86,2 años frente a 80,4), su esperanza de vida en buena salud es más reducida (62,6 años frente a 63,8) lo que indica que las mujeres viven más años pero lo hacen con peor salud.
En esta línea, y según la Encuesta Nacional de Salud de 2017, el porcentaje de mujeres que perciben su estado de salud como bueno es menor que en hombres (70% frente a 78%), mostrando las mujeres también más procesos crónicos que los hombres (68% frente a 60%). Asimismo, alrededor del 7% de los adultos refiere padecer ansiedad crónica, aunque es el doble de frecuente que en hombres (9,1% frente al 4,3%).
"La ausencia de información es particularmente destacada en relación con las mujeres trans, personas sobre las que existe una grave preocupación, ya que muchas de ellas se encuentran en grave riesgo de marginalidad y exclusión social"
Un apartado especial merece los pocos datos científicos sobre el estado de salud y la calidad de vida de la población LGTBI. "La ausencia de información es particularmente destacada en relación con las mujeres trans, personas sobre las que existe una grave preocupación, ya que muchas de ellas se encuentran en grave riesgo de marginalidad y exclusión social", ha explicado María Luisa Carcedo.
La ministra de Sanidad en funciones ha afirmado que dichos datos ponen de manifiesto que "las desigualdades de género en salud no han sido abordadas ni suficientemente ni específicamente" pero ha añadido que "el hecho de que estemos inaugurando la 11ª edición de este programa, indica una creciente concienciación con la relación entre género y salud y que la salud de las mujeres se ha empezado a visibilizar como una salud diferente".