El recién reelegidopresidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido no contar con María Luisa Carcedo para que siga dirigiendo el Ministerio de Sanidad en el Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos. La persona que le sustituya se conocerá previsiblemente entre este viernes y el domingo, cuando está fijada una comparecencia de Sánchez para anunciar a su nuevo equipo.
Aún así, lo que sí está claro es que se pone fin a la etapa de Carcedo al frente del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, periodo que ha durado 16 meses. Fue el 11 de septiembre de 2018 cuando Pedro Sánchez la nombró ministra. Ocurrió apenas unas horas después de la dimisión de Carmen Montón, tras las supuestas irregularidades relacionadas con el máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos, causa que ha sido archivada recientemente por la justicia.
La política asturiana tuvo que lidiar con un Ministerio de Sanidad en funciones la mayor parte del tiempo y por el que han pasado tres equipos diferentes en menos de dos años
Carcedo, médico de Atención Primaria, fue reelegida como diputada del PSOE por Asturias en las últimas elecciones generales de noviembre. A falta de conocer cuál será su futuro, por el momento continúa siendo secretaria de Sanidad en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE que también preside Pedro Sánchez. Antes de ser ministra, fue designada Alta Comisionada para la Lucha contra la Pobreza Infantil de España y, anteriormente, senadora.
EN FUNCIONES PERO “FUNCIONANDO”
Con su llegada al Ministerio, la ya exministra de Sanidad tuvo que lidiar con un departamento que había sufrido numerosos cambios en poco tiempo. Solamente en 2018 pasaron tres equipos diferentes. Tras ello, María Luisa Carcedo abanderó la culminación parcial del proceso de prescripción enfermera y llevó al Consejo Interterritorial, entre otras tareas, la financiación de los sistemas de monitorización de glucosa mediante sensores flash para pacientes con diabetes.
El Marco Estratégico para la Atención Primaria o el Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias, entre las acciones más destacadas impulsadas por Carcedo
Ya en 2019, la política asturiana ha tenido que lidiar con un departamento en funciones la mayor parte del tiempo. El rechazo del Congreso al proyecto de Presupuestos Generales del Estado de PSOE y Unidas Podemos propició un adelanto electoral, que se repitió hace escasos meses tras no poder formarse un Gobierno en verano. Pese a esta interinidad, Carcedo ha dirigido hasta seis plenos del Consejo Interterritorial y ha puesta en marcha numerosas iniciativas.
Las más destacadas han sido: la puesta en marcha del Marco Estratégico para la Atención Primaria y Comunitaria; el Plan de Garantías de Abastecimiento de Medicamentos, tras los problemas surgidos en los últimos meses; el Plan de impulso de medicamentos genéricos y biosimilares; la presentación de Valtermed, el sistema de información compartida dentro del SNS; el señalamiento de las primeras 77 pseudoterapias; la aprobación de varias terapias CAR-T y la designación de centros para su tratamiento; o el anuncio del inicio de financiación de varios fármacos como la PrEP, tres medicamentos para la fibrosis quística y otros dos para ayudar a dejar de fumar.
VAIVENES POLÉMICOS
Por otra parte, Carcedo y su equipo han protagonizado también algunas polémicas en este periodo que ya acaba. Primero, con la campaña contra el tabaco presentada en septiembre en la que se cargaba también contra el cigarrillo electrónico y se equiparaba al vapeo con una forma más de fumar. Tras las quejas de numerosos usuarios y algunas sociedades, Sanidad reconoció el error aunque no quiso retirar la campaña.
Carcedo no ha sido capaz de dar solución a la reclamación de las comunidades autónomas de blindar la financiación para garantizar la prestación de los servicios públicos
También generó controversia la decisión de la Dirección general de Farmacia de dejar de financiar los medicamentos llamados Sysadoas, para el tratamiento de la artrosis. Esta acción, comunicada ya a los laboratorios, ha despertado inquietud en los pacientes ya que no se ha ofrecido una alternativa terapéutica y ha generado dudas sobre los motivos reales que le han llevado a proceder a su desfinanciación.
María Luisa Carcedo tampoco ha sido capaz de dar solución a la reclamación de las comunidades autónomas de blindar la financiación para garantizar la prestación de los servicios públicos. En todo momento, la titular sanitaria cedió esta responsabilidad a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y a su debate en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Finalmente, ha tenido que lidiar con el rechazo de algunos colectivos de pacientes que no han aplaudido algunas de sus acciones. Es el caso, por ejemplo, de la Asociación de víctimas de la talidomida en España (Avite), que no comparte los criterios seguidos por el Ministerio para conceder las ayudas económicas que llevan persiguiendo desde hace décadas.