"Existe la voluntad entre Reino Unido y España de mantener la asistencia sanitaria en nuestro país tal y como se produce ahora cuando entre en vigor el Brexit". Así lo ha asegurado la titular de la Consejería de Salud y Consumo de las Islas Baleares, Patricia Gómez, durante un receso del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) que se está celebrando este lunes en Madrid.
En primer lugar, la consejera de Salud ha agradecido al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social la información transmitida a las autonomías acerca de este proceso de ruptura. "La coordinación con la Unión Europea ha impedido al Ejecutivo central anunciar, hasta el momento, nuevos datos", ha explicado.
"La coordinación con la Unión Europea ha impedido al Ejecutivo central anunciar, hasta el momento, nuevos datos"
En este contexto, Patricia Gómez ha señalado que el departamento sanitario que dirige María Luisa Carcedo ha propuesto la creación de un comité de seguimiento que estudie y agilice las nuevas fórmulas de colaboración entre ambos países. "Tendremos que analizar con qué tipo de tarjeta se hará, si con la del National Health Service (NHS, por sus siglas en inglés del Servicio Nacional de Salud) o con otro tipo de documento", ha subrayado.
"En las Islas Baleares hemos aumentado de 13 a 16 millones los turistas que nos visitan y, en torno al 35% de ellos, son británicos", ha dicho la dirigente sanitaria, quien ha añadido que, gracias a la tarjeta sanitaria europea (TSE), las arcas públicas de la comunidad insular reciben más de 10 millones de euros por atender a ciudadanos británicos. "Para nuestra autonomía la facturación a terceros es la única vía de financiación exterior", ha afirmado.
"Para nuestra autonomía la facturación a terceros es la única vía de financiación exterior"
De igual modo, ha incidido en el hecho de que las islas que componen su comunidad cuentan con 15.000 residentes británicos, "un tercio de los cuales son mayores de 65 años". Así, una encuesta impulsada por su Administración revela que uno de los principales temores de este último grupo es el futuro incierto de su asistencia sanitaria en España.