Este 24 de marzo la ofensiva ordenada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, contra Ucrania cumple su primer mes. De acuerdo con las cifras ofrecidas por Naciones Unidas la invasión de Ucrania se ha cobrado ya la vida de más de 900 civiles. Un cifra que desde la propia organización afirman que está subestimada.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha comunicado que la guerra ha provocado ya más de 3,5 millones de refugiados y alrededor de 6,5 millones de desplazados internos. Europa no se enfrentaba a un éxodo de población de estas características desde la II Guerra Mundial.
Estos datos nos muestran una terrible fotografía: uno de cada cuatro ucranianos se ha visto desplazado a la fuerza. Un movimiento masivo de personas en un escenario epidemiológico dominado por la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, en un contexto de bajas coberturas vacunales no solo frente a la Covid-19, sino también ante algunas enfermedades infecciosas como la polio.
Según los datos hechos públicos por la Organización internacional para las Migraciones (OIM), uno de cada tres desplazados internos en Ucrania sufre una condición crónica. La condición de quienes padecen enfermedades no transmisibles es preocupante ya que la guerra ha interrumpido gran parte de los servicios sanitarios asistenciales.
INFRAESTRUCTURAS SANITARIAS, EN EL OJO DEL HURACÁN
El 9 de marzo de 2022 fue bombardeado un hospital materno infantil en la ciudad de Mariúpol (Ucrania). Uno de los varios centros hospitalarios que han sido atacados en este primer mes de guerra. Hasta el 22 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) había verificado 64 incidentes y ataques a los servicios de atención a la salud en Ucrania entre el 24 de febrero y el 21 de marzo. Estos han provocado 15 muertos y 37 heridos. Los cálculos de la OMS indican que se producen entre dos y tres ataques a infraestructuras sanitarias cada día en Ucrania.
“Los ataques a la atención de la salud son una violación del Derecho Internacional Humanitario, pero una táctica de guerra inquietantemente común: destruyen infraestructura crítica, pero lo que es peor, destruyen la esperanza”, expone el doctor Jarno Habicht, representante de la OMS en Ucrania. “Privan a las personas que ya son vulnerables de cuidados que a menudo marcan la diferencia entre la vida y la muerte. La atención médica no es, y nunca debería ser, un objetivo”.
Los cálculos de la OMS indican que se producen entre dos y tres ataques a infraestructuras sanitarias cada día en Ucrania
La OIM informa de que se han rediseñado varios hospitales para atender a los heridos del conflicto. Un cambio que se produce como consecuencia de la necesidad marcada por la situación y que va en detrimento de los servicios esenciales y la Atención Primaria en el país. Se cree que alrededor del 50% de las farmacias en Ucrania están cerradas y muchos trabajadores sanitarios son desplazados o no pueden trabajar.
Cerca de 1.000 centros de atención sanitaria se encuentran cerca de las líneas de conflicto o se ubican en áreas cuyo control político ha cambiado de manos como consecuencia del avance de la ofensiva rusa. Esto se traduce en un acceso limitado o nulo no solo a las propias instalaciones, sino también a medicamentos y complica que los trabajadores de la salud puedan acudir a sus puestos de trabajo o desempeñar sus funciones con normalidad. Una de las consecuencias más preocupantes de la fotografía que observamos es que la práctica totalidad de los tratamientos de enfermedades crónicas se han interrumpido.
TEMOR A BROTES DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS
La guerra es el caldo de cultivo perfecto para el surgimiento de brotes que sitúan a las poblaciones más vulnerables en una delicada situación. Y el problema es que los países fronterizos con Ucrania que están acogiendo a los millones de refugiados se enfrentan a un colapso de sus sistemas y recursos sanitarios, agotados tras una pandemia que dura ya más de dos años.
La vacunación contra la Covid-19 así como los programas de inmunización de rutina se han detenido. Antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia el promedio diario de vacunaciones contra la Covid-19 era de 50.000. Entre el 24 de febrero y el 15 de marzo tan solo 175.000 personas han sido vacunadas contra la Covid-19.
La Unión Europea anunciaba el 17 de marzo sus intenciones de compra y distribución de vacunas contra el sarampión, la poliomielitis, la tuberculosisy la Covid-19 para inmunizar a los niños ucranianos que huyen de la guerra, así como para todos los refugiados que no están inmunizados frente a estas enfermedades.
“Privan a las personas que ya son vulnerables de cuidados que a menudo marcan la diferencia entre la vida y la muerte. La atención médica no es, y nunca debería ser, un objetivo”
La Comisaria de Salud de la UE, Stella Kyriakides, ha asegurado que “la cobertura de vacunación en Ucrania frente a enfermedades prevenibles es muy baja, especialmente entre los niños ante enfermedades como la tuberculosis, la poliomielitis, el sarampión y la Covid-19”.
Se estima que las tasas de vacunación contra el sarampión, la poliomielitis y la tuberculosis en Ucrania están por debajo de los niveles recomendados para evitar brotes que la OMS establece en torno al 95% para lograr una protección para toda la población.
En 2020, el 82% de los niños ucranianos habían sido vacunados contra el sarampión y alrededor del 93% de la población estaba inmunizada frente a la tuberculosis. Las últimas cifras sobre vacunación contra la poliomielitis muestran que el 84% de los niños habían sido inmunizados, aunque se reduce al 60% en algunas regiones del país de acuerdo con los datos publicados por Reuters.
CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO
Alrededor de 80.000 bebés nacerán a lo largo de los próximos tres meses en Ucrania. Una cifra que se eleva hasta los 250.000 de cara a los próximos nueve meses.
Los expertos afirman que el estrés provocado por el conflicto y la huida de la guerra, la reducción de los servicios de natalidad o la mala alimentación entre otros múltiples factores exacerben las complicaciones maternas.
Los ancianos, en su mayoría, no han podido abandonar el país y se enfrentan a la interrupción de sus tratamientos y posibles complicaciones de sus patologías. Asegurar el abastecimiento de los medicamentos para las enfermedades comunes como la diabetes es vital para la supervivencia de miles de personas ya que la guerra no acabará pronto.
"Nuestra principal prioridad es asegurar los corredores humanitarios dentro de Ucrania para el tráfico de civiles y la entrega de medicamentos a las ciudades afectadas por la guerra. Deploramos los ataques militares a almacenes de medicamentos que salvan vidas"
Medicines for Europe, patronal que representa a la industria farmacéutica de medicamentos genéricos, biosimilares y con valor añadido en toda Europa, ha hecho esta semana un llamamiento a los líderes de la Unión Europea (UE) para que salvaguarden el acceso a los medicamentos en respuesta a la guerra entre Rusia y Ucrania.
"Como suministrador clave de medicamentos, nuestro sector está haciendo todo lo posible para apoyar a los ciudadanos ucranianos y acoge con satisfacción el reciente establecimiento de un enfoque más coordinado de la UE para la donación de medicamentos a Ucrania. Asimismo, estamos movilizando nuestras capacidades logísticas en estrecha coordinación con las Agencias de protección civil de la UE, el Ministerio de Sanidad de Ucrania y las ONG que ayudan a los pacientes ucranianos en este momento de necesidad", expresan.
"Nuestra principal prioridad es asegurar los corredores humanitarios dentro de Ucrania para el tráfico de civiles y la entrega de medicamentos a las ciudades afectadas por la guerra. Deploramos los ataques militares a almacenes de medicamentos que salvan vidas y nos preocupa enormemente la falta de fármacos en las regiones de Ucrania golpeadas por el conflicto. Rogamos a la UE que utilice todos los canales diplomáticos posibles con Rusia para mantener abiertos estos corredores de tan vital importancia".
Atacar la infraestructura sanitaria de un país, tal y como se ha expuesto a lo largo de estas líneas, es vital en un conflicto de estas características en el que Rusia busca cumplir con sus objetivos en el menor tiempo posible. La experiencia de otros conflictos armados sugiere que la atención sanitaria continuará siendo una de las grandes damnificadas porque es una forma de minar las opciones de supervivencia de las poblaciones más vulnerables.
A medida que los objetivos de Rusia continúen viéndose retrasados, la intensidad de los ataques aumentará y la población civil estará cada vez más expuesta en un escenario en el que la capacidad asistencial del país no puede responder. Motivo por el que resulta de vital importancia desarrollar estrategias que permitan mantener y apoyar los servicios sanitarios a largo plazo, garantizando la seguridad y funcionamiento de corredores humanitarios y abastecimiento de medicamentos.
Y, lo más importante, Rusia debería cumplir con el Cuarto Convenio de Ginebra. Un acuerdo ratificado por Rusia que recoge en su artículo 18 que: “En ninguna circunstancia, podrán ser objeto de ataques los hospitales civiles organizados para prestar asistencia a los heridos, a los enfermos, a los inválidos y a las parturientas; deberán ser siempre respetados y protegidos por las Partes en conflicto”.