La primera voz discordante entre las filas republicanas en el nuevo intento de derribar el Obamacare lleva el nombre de John McCain. El senador republicano asegura que votará en contra de la última propuesta legislativa del partido en la Cámara Alta de Estados Unidos para derogar y reemplazar la actual ley sanitaria, igual que hizo hace unos meses. “No puedo votar en buena conciencia la propuesta. Creo que podríamos trabajar mejor juntos, republicanos y demócratas, y todavía no lo hemos intentado”, explica McCain en un comunicado.
"No podría apoyar el proyecto de ley sin saber cuánto costará, cómo afectará las primas de seguros y a cuántas personas beneficiará o perjudicará”
La legislación, redactada por los senadores republicanos Bill Cassidy y Lindsey Graham, el amigo más cercano de McCain en el Senado, es el último intento de los conservadores para aprobar un proyecto de ley que desmantele la actual ley sanitaria que en su día impulsó el ex presidente Barack Obama. Sin embargo, en una extensa declaración, McCain reitera sus preocupaciones sobre el proceso legislativo concerniente a esta ley, apenas debatida en audiencias dentro de la propia Cámara Alta y con la oposición total de los demócratas.
El proyecto derogaría partes clave del Obamacare, como el mandato individual por el que los ciudadanos son multados si no obtienen seguro y los subsidios a las aseguradoras y los fondos para la ampliación de Medicaid, acceso sanitario para las personas con bajos recursos, con subvenciones en bloque que serían entregadas a los estados.
McCain sostiene que no podría apoyar el proyecto de ley "sin saber cuánto costará, cómo afectará las primas de seguros y a cuántas personas beneficiará o perjudicará”. Al final del mes, “no tendremos respuestas confiables a ninguna de esas preguntas", incide. El veterano senador se refiere así a las intenciones del liderazgo republicano de someter a votación este texto antes del 30 de septiembre, aprovechando antes de su expiración una excepción legislativa que permitiría aprobarla por una mayoría simple de 51 votos.
Los republicanos se han visto incapaces de ponerse de acuerdo dentro de sus propias filas para tumbar la ley sanitaria de Obama
Además, la Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso (CBO, en inglés) no ha tenido tiempo para evaluar su impacto económico ni cuáles serían las consecuencias para los estadounidenses.
Las propuestas anteriores que plantearon los conservadores hubieran supuesto entre 22 y 32 millones de personas sin seguro médico en los próximos diez años, según la CBO.
Hace unos meses McCain, al poco de ser diagnosticado con un tumor cerebral, también descarriló otra de las propuestas republicanas para acabar con el Obamacare, al sumarse a las senadoras de su partido Susan Collins y Melissa Murkowski, que también votaron en contra. De este modo, los republicanos se han visto incapaces de ponerse de acuerdo dentro de sus propias filas para tumbar la ley sanitaria de Obama, ya que los más moderados quieren conservar sus beneficios a los más desfavorecidos, mientras que el ala ultraconservadora quiere ponerle fin de forma completa.