La primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado que invertirá alrededor de 23.000 millones de euros al año en el servicio nacional de salud de Reino Unido. Un gesto que se puede interpretar según ha dicho como un “regalo” por su 70 aniversario.
May ha adelantado que esta financiación de la sanidad pública del país provendrá de un dividendo del Brexit, es decir, después de que Reino Unido deje de pagar por su aportación al presupuesto de la Unión Europea.
La oposición acusa a May de provocar con su gestión el cierre de hospitales y un aumento de las listas de espera
La medida, eso sí, vendría acompañada de una subida de impuestos, otra de las vías para financiar este aumento del presupuesto de la sanidad pública. Todo ello llega en un marco en el que la oposición critica las gestiones que May está haciendo en el ámbito sanitario.
Le acusan, por ejemplo, de no contar con una financiación suficiente del sistema pública, lo que ha provocado el cierre de hospitales y un aumento de las listas de espera en detrimento de la atención sanitaria de calidad para los pacientes de Reino Unido.