En Francia, el debate sobre la muerte asistida ha estado presente durante varios años. Antes de la propuesta actual, Francia tenía una legislación de 2016 que permitía a los pacientes “en agonía” dejar de medicarse y recibir cuidados paliativos, pero no existía una norma sobre la eutanasia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anuncia un proyecto de ley sobre la muerte asistida. Este proyecto se basa en el trabajo de un grupo de 184 ciudadanos franceses seleccionados al azar que debatieron la cuestión. El pasado año concluyeron, tras una votación con un 76% a favor, permitir algún tipo de asistencia para morir.
"Con este texto nos enfrentamos a la muerte", ha declarado en una entrevista conjunta con los diarios franceses 'La Croix' y 'Libération', en la que ha especificado que enviará el texto al Consejo de Estado "en un plazo de ocho a diez días" para que se entregue al Consejo de Ministros en abril y haya una primera lectura en mayo.
"Con este texto nos enfrentamos a la muerte"
Macron ha indicado que el proyecto de ley utilizará la expresión "muerte asistida" en vez de "suicidio asistido" o "eutanasia". "La sustancia letal es administrada por la propia persona o, si no puede hacerlo físicamente, a petición suya, bien por un voluntario designado por ella cuando no existan limitaciones técnicas que lo impidan, bien por el médico o enfermero que la acompañe", reitera el texto.
El mandatario ha declarado que se trata de una "ley de fraternidad, que concilia la autonomía del individuo y la solidaridad de la nación". "No crea, propiamente hablando, ni un derecho ni una libertad, sino que traza un camino que no existía hasta entonces y que abre la posibilidad de solicitar asistencia para morir bajo ciertas condiciones estrictas", ha explicado.
"Traza un camino que no existía hasta entonces y que abre la posibilidad de solicitar asistencia para morir bajo ciertas condiciones estrictas"
Las condiciones, que ya habían sido expuestas anteriormente, son adultos que padezcan una condición grave e incurable que amenaza su pronóstico vital "a corto y medio plazo", que presenten "un sufrimiento físico o psicológico insoportable" relacionado con su enfermedad.
"Es decir, excluimos de esta asistencia a los moribundos, a los pacientes que padecen enfermedades psiquiátricas o neurogenerativas que perjudican el discernimiento, como el alzhéimer", ha insistido el dirigente francés, que ha matizado que el texto prevé que un equipo médico examine la solicitud para "velar por qué se cumplan los criterios de acceso".
En caso de decisión a favor de la muerte asistida, tras un plazo de quince días como máximo para examinar la solicitud, correspondería también a los profesionales sanitarios definir las modalidades de su aplicación, en un diálogo con el paciente.
Esta ley, que contará con tres partes, incluye el desarrollo de los cuidados paliativos "para evitar dar la impresión" de que ofrecen "muerte asistida porque la sociedad no es capaz de ofrecer cuidados". Para ello, el Gobierno galo invertirá millones de euros en este departamento y promete una unidad de cuidados paliativos en cada uno de los 21 departamentos que no la tienen.