Los países deben incrementar el gasto destinado a la Atención Primaria de la salud en al menos un 1 % de su producto interior bruto (PIB). Esta es la principal conclusión que se extrae del nuevo informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentado con motivo de la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidad sobre la cobertura sanitaria universal.
En el Informe se indica que de aquí a 2030 será necesario duplicar la cobertura sanitaria, y se advierte que de mantenerse la tendencia actual, hasta 5.000 millones de personas no tendrán acceso a atención de salud. La mayor parte de esas personas son pobres y ya se encuentran en situación desfavorecida.
“Si de verdad queremos lograr la cobertura sanitaria universal y mejorar la vida de las personas, debemos apostar de verdad por la atención primaria de la salud”, ha señalado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Ello significa proporcionar servicios de salud esenciales (inmunización, cuidados prenatales, asesoramiento sobre estilos de vida saludables, etc.) lo más cerca posible del lugar de residencia y garantizar que las personas no tengan que pagar directamente de su propio bolsillo la atención de salud”.
Incrementar el presupuesto aumentaría la esperanza de vida en 3,7 años
Invertir aproximadamente 182.257 millones de euros más cada año para ampliar la atención primaria de la salud en los países de ingresos bajos y medianos podría salvar 60 millones de vidas, incrementar la esperanza media de vida en 3,7 años para 2030, y contribuir considerablemente al desarrollo socioeconómico. Ello representaría un incremento del 3 % del presupuesto que ya se destinan cada año a la salud en todo el mundo.
La mayor parte de esa financiación procedería de los países mismos. En el informe se señala que la mayoría de los países pueden ampliar la atención primaria de la salud utilizando recursos internos: aumentando el gasto público destinado a la salud en general, o reasignando fondos hacia la atención primaria de la salud, o de ambas formas. En estos momentos, la mayoría de los países no invierten lo suficiente en atención primaria de la salud.
Ahora bien, en el caso de los países más pobres, en particular los afectados por conflictos, puede que esto no sea factible. Estos países seguirán necesitando asistencia externa. Esta financiación debe orientarse cuidadosamente a lograr una mejora duradera en los sistemas y servicios de salud, por medio de un fortalecimiento sistemático de la atención primaria de la salud en todo el país.
Asimismo, los países deben intensificar sus esfuerzos por ampliar la cobertura de los servicios en toda su geografía. Si bien la cobertura viene ampliándose constantemente desde el año 2000, en los últimos años los progresos se han ralentizado. Pese a que el aumento ha ocurrido mayoritariamente en los países de ingresos más bajos, estos siguen rezagados. Las mayores deficiencias en los servicios de salud se observan en los países más pobres y en los afectados por conflictos.
“Demasiadas mujeres y niños siguen muriendo por causas que pueden prevenirse y tratarse con facilidad, simplemente porque no pueden conseguir los cuidados que necesitan para sobrevivir”, ha señalado Henrietta Fore, directora ejecutiva del UNICEF. “Colaborando con las comunidades para ofrecer atención primaria de la salud a las personas más pobres y vulnerables, podemos llegar hasta el final y salvar millones de vidas”.
Por lo general la cobertura es inferior en las zonas rurales que en las urbanas. En el informe se mencionan los siguientes elementos como obstáculos importantes al logro de la CSU: la falta de infraestructuras sanitarias, la escasez de profesionales de la salud, la fragilidad de los sistemas de suministro y la calidad deficiente de la atención, que desembocan en falta de confianza entre las comunidades.
Unos 925 millones de personas gastan más del 10 % de la renta de sus hogares en la atención de salud
“Mejorar y ampliar la atención primaria de la salud en todas las regiones es crucial”, ha especificado Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA. “Es la mejor forma de garantizar que las personas puedan acceder a los servicios que atienden la mayoría de sus necesidades sanitarias, desde antes de nacer y a lo largo de la vida”.
En el informe se subraya también la necesidad de proteger a las personas frente a las dificultades financieras. “La cobertura sanitaria universal seguirá siendo un objetivo inalcanzable si los países no adoptan medidas urgentes para evitar que las personas queden reducidas a la pobreza por tener que pagar cuidados sanitarios esenciales”, ha asegurado Muhammad Pate, director de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial.
Más personas sufren las consecuencias de tener que pagar los servicios directamente que hace 15 años. Unos 925 millones de personas gastan más del 10 % de la renta de sus hogares en la atención de salud y 200 millones de personas dedican a ese concepto más del 25% de sus ingresos. Y el empobrecimiento por tener que pagar la atención de salud ha aumentado excepto entre los muy pobres.
“Es sobrecogedor constatar que un porcentaje creciente de la población tiene dificultades para mantenerse a flote financieramente porque pagan demasiado por la atención de salud, incluso en las economías avanzadas”, ha añadido Ángel Gurría, secretario general de la OCDE. “Los únicos países en que esto no ocurre son los que invierten en salud más y con mayor eficacia”.